McLaren y las 500 Millas de Indianápolis (III): la gloria de azul y amarillo

Gordon Coppuck ya tenía en mente qué modificaciones hacer para 1972. Las 500 Millas eran el premio gordo y no querían dejarlas escapar. Coppuck supervisó y colaboró en la construcción del M16B del que salieron cuatro versiones de chasis de la fábrica.

Dos de aquellas unidades las compró Penske. Mark Donohue y Gary Bettenhausen serían sus pilotos. Mientras, las otras dos, celosamente guardadas y protegidas para hacerlas debutar en Indy (McLaren ganó en Trenton a principio de temporada con el coche del año anterior), serían para Gordon Johncock y Peter Revson.

Bobby Unser se llevó la pole en la Indy 500 con un chasis Eagle, pero Donohue y Revson le acompañaron en la primera línea. La estrategia para la carrera se cambió, ya que la escalada de velocidades iba a provocar más estrés en los motores. Sin embargo, para el equipo oficial las cosas no fueron bien: Revson rompió su caja de cambios y Johncock una válvula del motor.

En el equipo Penske se rompió el encendido en el coche de Bettenhausen. Mientras, Donohue se mantuvo toda la carrera con un perfil bajo, pero en la vuelta 188 se ponía primero tras un problema en la parada del líder Grant, que se detuvo en el box equivocado, y conseguía casi una vuelta de ventaja. A pesar de una bandera amarilla a falta de 5 vueltas, logró cruzar la meta en cabeza, dando a McLaren y a Penske su primera victoria en la Indy 500 con el coche azul y amarillo de Sunoco.

Las enseñanzas recibidas con el M16 sirvieron de mucho para el diseño del M23 de F1, sobre todo en cuanto a ligereza del chasis. La Indy ayudaría al equipo a tener un coche ganador también en la F1.

Mark Donohue, McLaren M16B-Offenhauser, camino de ganar las 500 Millas de Indianápolis en 1972