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La historia de Chevrolet: la Can Am y McLaren (IX)

El binomio McLaren-Chevrolet arrasó en uno de los campeonatos mas impresionantes de siempre. McLaren y Chevrolet siempre estarán unidas a la Can-Am, en lo bueno y lo malo.

Denny Hulme, McLaren M8B-Chevrolet

Foto de: LAT Images

A finales de los 60 el campeonato que atraía tantas miradas como cualquier otro era el Can Am. Podría decirse que era un campeonato sin reglas, basado en el Grupo 7 de la FIA, barquetas con motores potentísimos. Aquel campeonato llevó al límite la potencia bruta y la velocidad. 

Antes de la crisis del petróleo en 1973, el lema ‘lo más grande es mejor’, se aplicaba a los coches de calle y también a la competición.

Un campeonato que atrajo a los grandes del momento, Lola, McLaren, Ford, Chevrolet, Ferrari y Porsche entre otros. Motores con 7 litros de cilindrada y buscando llegar a los 1.000 CV.

McLaren estuvo en el campeonato inaugural ya con los motores Chevrolet en 1966. Y a partir de 1967 arrasó sin remisión, dejando de ganar sólo cinco de 43 carreras. Con gran parte de la culpa en un desarrollo casi espacial de sus modelos M para la categoría y el motor Chevrolet.

Otros capítulos:

El M6A fue evolucionado cada año hasta llegar al M8F. Basado en el aluminio como material mayoritario en su construcción, fue posible gracias al acuerdo con Reynolds (el magnate del metal), que invirtió mucho dinero.

A la vez, Bruce McLaren le encargó la preparación de los motores a Al Bartz. Alrededor del gran bloque V8 de la marca, el conocido como el ‘motor rata’, de 7 litros de cilindrada. Un año después, un nuevo motor de 7,1 litros permitió seguir dominando a los coches naranjas. 

Denny Hulme en acción en Watkins Glen, en la Can Am en 1972 con el M20-Chevrolet.

Denny Hulme en acción en Watkins Glen, en la Can Am en 1972 con el M20-Chevrolet.

El M8D, en el que se mató McLaren, tenía un bloque de 7,6 litros. La escalada era brutal y la tecnología alucinante. Ni la F1 podía competir con ellos. De hecho los F1 eran entre 1,5 y 2 segundos más lentos que las bestias de Can Am.

Para comprender el nivel de competitividad hay tres ejemplos claros. Ford presentó un bloque FV12 de 7 litros para batir a Chevy. No lo consiguió. Ferrari, que de motores sabía algo, también construyó un V12 que fue derrotado. Sólo Porsche en 1972 consiguió, por medio del equipo Penske, parar el domino de McLaren.

Un motor V12 turboalimentado que rendía más de 1.000 CV fue el que acabó con el domino de McLaren y Chevrolet en uno de los campeonatos más alucinantes de siempre. Aunque solo le duró dos años a la marca alemana. Los costes dejaron al campeonato tocado y en cierto ostracismo. Chevrolet ganaría en la trasera de varios equipos, Lola principalmente, todos los títulos hasta 1987.

Una estampa habitual en la Can-Am: los dos coches naranjas de McLaren con motor Chevrolet en cabeza. Su dominio fue alucinante.

Una estampa habitual en la Can-Am: los dos coches naranjas de McLaren con motor Chevrolet en cabeza. Su dominio fue alucinante.

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