La historia de Chevrolet: aquel 1955 en la NASCAR (VI)

Aunque ganó varias carreras en circuitos cortos, no se le tomó en serio. Pero llegó septiembre y una de las principales carreras: Carolina del Sur, Darlington, Día del Trabajo, la Southern 500 de 1955. Chevrolet inscribió ocho coches equipados con los nuevos motores. Herb Thomas lideró un dominio aplastante de la marca de la pajarita con siete de sus ocho unidades entre los 10 primeros. 

Mientras los coches de siempre destrozaban sus neumáticos y rompían sus motores intentando seguir el ritmo de sus nuevos rivales, los Chevy, muchos más ligeros, consumiendo menos (lo que se traducía en menos paradas en boxes) arrasaban. Y esa ligereza les permitió completar la carrera con el mismo juego de neumáticos. La impresión que crearon fue extraordinaria. Las carreras de NASCAR nunca volvieron a ser lo mismo y todos los fabricantes corrieron a copiar el estilo. 

Algo parecido sucedió en 1982, lo que permitió a Chevrolet dominar en la era moderna de la competición norteamericana por excelencia. 

Chevrolet gana las ‘World Series’ de los coches de producción –stock cars– en 1955.

Bob Stempel, director general de Chevrolet, visitó a Junior Johnson, que corría con el Buick Regal y había ganado el título con Darrell Waltrip, para convencerle de que se pasara a Chevrolet. La marca había introducido el Monte Carlo. Con Johnson y Richard Childress comprometidos con el modelo, Chevy pasó de no tener ni un coche en la Daytona 500 de 1982 (la última vez que había ocurrido eso fue en 1971), a sumar 14 vehículos en 1983.

Chevrolet es la marca más victoriosa en la NASCAR con 34 títulos en su haber y 31 de pilotos. Unido a la figura de Dale Earnhardt, siete veces campeón siempre con ellos, esta se convirtió en la más popular entre los aficionados americanos. 

Dale ‘The Intimidator’ Earnhardt, siete veces campeón de la NASCAR con Chevrolet. El mejor piloto y más mediático de la era moderna del campeonato.