Cómo Palou ha roto los esquemas del automovilismo americano con su tercer título
Con su tercer título de la IndyCar, Alex Palou ha aumentado su leyenda en Estados Unidos, en un automovilismo que a España le era esquivo en el motorsport.
Cuando Alex Palou llegó a la IndyCar tras su periplo por Japón, no muchos apostaban a que pronto estaría jugándose el título allí, a pesar de que venía de estar muy cerca de ganar la Super Fórmula en 2019. Las razones para pensarlo tenían su sentido: los grandes nombres de la categoría americana estaban bien asentados en su estatus de referencia, por más que la IndyCar sea uno de los campeonatos más igualados del panorama internacional, y para España este había sido un terreno más bien inexplorado, más allá de Fermín Vélez, de Oriol Serviá y de la incursión de Fernando Alonso en las 500 millas de Indianápolis.
Sin embargo, cinco años después de la llegada de Palou, la historia ha hablado por sí sola y los resultados no han podido ser más impresionantes. El de Sant Antoni de Vilamajor ha alcanzado nada menos que tres títulos: en 2021, que era su segundo año de experiencia, en 2023 y en 2024, que cerró este pasado domingo en el óvalo de Nashville. Una hazaña que ha aumentado su estatus de leyenda de nuestro deporte y que le ha elevado aún más a la categoría de pionero. Y es que ha roto los esquemas de propios y extraños, consiguiendo récords que se antojaban difíciles de estar a su alcance, y muy complicados de alcanzar en los propios estándares de la IndyCar.
Porque la confianza de Chip Ganassi, uno de los patrones del automovilismo de Estados Unidos, al ficharle desde Dale Coyne y llevarle a su equipo ya bastaba para entender que no estábamos ante un piloto cualquiera. Pero lo que ha conseguido en la IndyCar deja atónitos incluso a quienes han seguido su carrera deportiva desde la primera carrera que disputó en monoplazas, como es el caso de quien escribe estas líneas.
Hay que recordar que, ya el año pasado, Palou se convirtió en un campeón que hacía casi 20 años que no se veía en el campeonato, al ganarlo antes de la última carrera. Lo cerró en Portland, en la penúltima prueba del calendario, siendo el primer alirón desde el de Dan Wheldon, en 2005. Y este año, el catalán ha alcanzado otro hito, siendo el primer campeón consecutivo de la categoría desde otro piloto europeo, Dario Franchitti, en 2011 (el escocés consiguió hasta tres entorchados seguidos, también en 2009 y 2010).
Que un piloto español cuente con estos hitos en su palmarés ya es increíble, pero si comparamos estadísticas y campeones comprobaremos por qué Palou está rompiendo los esquemas en Estados Unidos. Y no es porque no sea un piloto americano. De hecho, atendiendo a la lista de ganadores del campeonato en la era moderna (desde 1996, cuando era la Indy Racing League, y sin contar la Champ Car), los pilotos con más títulos son de fuera de EE.UU.
Scott Dixon manda en esa tabla, con seis entorchados, sobre los cuatro de Dario Franchitti, segundo. Con tres, ahora llega Alex Palou junto al primer americano, Sam Hornish Jr. Atrás quedan, con dos, Will Power y Josef Newgarden. Pero un dato llama la atención: a sus 27 años, el barcelonés ha sido, junto a Hornish (misma edad) el más joven en llegar a los tres títulos. Dixon lo consiguió en 2013, cuando ya tenía 33. En 2010, Franchitti tenía 37.
Scott Dixon, Chip Ganassi Racing
Y la forma en que lo ha conseguido también llama poderosamente la atención porque, entre otras cosas, Palou aún no ha ganado ninguna carrera en un óvalo, la modalidad que más sorprende a quienes se acercan por primera vez a la IndyCar, y santo y seña del campeonato en base a su prueba reina, las 500 millas de Indianápolis.
Muchos podrían pensar que ganar un campeonato tan difícil sin haber subido a lo más alto del podio en una pista ovalada podía ser casi imposible. Pero el #10 también ha destrozado ese mito. Palou ha ido encontrándose cada vez mejor en este tipo de circuitos y, aunque no haya probado las mieles del éxito, ha tirado de regularidad para superar el escollo. Sin contar la carrera de Nashville de este pasado domingo, el catalán tenía en las 20 carreras anteriores en óvalo un total de nueve Top 5 y de dieciséis Top 10, un lapso de carreras que abarca desde que se unió a CGR, en 2021.
Mientras tanto, en trazados urbanos y ruteros, que son más su terreno, Alex se ha hecho grande hasta alcanzar 11 victorias, 31 podios y aún más Top 5, con lo que se ha ganado la fama de ser un piloto nada que falle. De hecho, este año, en carreras tan complicadas como la de Iowa, en la que tuvo un accidente, o en Milwaukee, donde sufrió un problema mecánico, lo primero que destacaron sus rivales es que había que aprovecharlo, porque el español no es alguien que se prodigue a la hora de regalar puntos, y menos bajo presión.
Así las cosas, podríamos describir la irrupción de Palou en la escena del automovilismo americano como un auténtico vendaval. El catalán no solamente se ha hecho un nombre, sino que lo ha agrandado hasta ser uno de los pilotos más respetados del paddock en la pista, donde no ha dejado que le influya su lío contractual con McLaren.
Y lo mejor para Alex es que todo apunta a que seguirá buscando la perfección. Algo que siempre se ha destacado de él es que parece aprovechar mucho la posibilidad de compartir equipo con Scott Dixon, para empaparse de una de las mayores leyendas del campeonato y, de hecho, parecerse cada vez más a él día a día. La retirada del neozelandés está cada vez más próxima (44 años), y no hay un candidato mejor que Palou para que Ganassi siga escribiendo páginas doradas en Estados Unidos. Ello mientras el aún joven pupilo sigue mirando a retos tan excitantes como las 24 Horas de Le Mans y las 24 Horas de Daytona.
Son grandes noticias para el barcelonés que, con un pasado y un presente tan brillantes, aún tiene ante sí un panorama todavía más jugoso, y mucho tiempo para ejecutarlo. Alex ya ha puesto patas arriba un mercado que a España se le resistía, y se ha hecho un hueco en los altares de la IndyCar, batiendo e igualando récords. Pero aún hay margen para seguir brillando y haciendo cosas que el principal campeonato de Norteamérica aún no ha contemplado en su historia. No es descabellado pensar en que Palou pueda convertirse en su piloto más grande, llegando a alcanzar los siete entorchados de AJ Foyt. El tiempo lo dirá.
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