Sin solución a los problemas de la FIA F2 2018

El piloto indio de Trident se quejó amargamente por la radio al final de la segunda carrera disputada en Paul Ricard. En un principio parecía que el destinatario de las críticas era su equipo, pero Maini aclaró posteriormente a Motorsport.com que sus críticas estaban dirigidas al campeonato, al que acusó de acabar con las carreras deportivas de muchos pilotos.

“El equipo hace todo lo que puede", dijo Maini. "Estoy sin palabras porque los organizadores se pasean como si nada fuera mal y es una broma. Están acabando con nuestras carreras, están destruyéndolas por completo".

Paul Ricard puede ser la gota que haya colmado el vaso de la paciencia de muchos equipos y pilotos. Por un lado, están los problemas derivados de los fallos en los motores, como le pasó a George Russell, que tuvo que salir desde boxes, a Tadasuke Makino, cuyo coche entró en "safety mode" en mitad de la carrera o a Santino Ferrucci, al que se le rompió el motor. El sábado, Alex Albon y Ralph Boschung también sufrieron problemas en sus propulsores.

Además de las roturas y fallos en los sensores, algunos pilotos, como el propio Maini, se quejan de la gran diferencia que hay de velocidad punta entre unos y otros. George Russell, el ganador de la primera carrera, consiguió una velocidad de 303,2 km/h en el sensor de velocidad máxima y también logró ser el más rápido en la línea de meta y en la medición del segundo sector durante la clasificación del viernes.

Los pilotos que están en la parte alta de la tabla son los mismos en todos los casos. Paul Ricard es un circuito en el que todos los coches iban con la mayor carga aerodinámica disponible y una relación de cambio idéntica para aprovechar las largas rectas, por lo que no había grandes diferencias que pudieran alterar las mediciones.

Entre Russell y Maini había una diferencia de 5,9 km/h en el sensor de velocidad máxima. Entre el inglés y Fukuzumi, el más lento en ese punto había 8,2 Km/h de diferencia. Un mundo en una categoría monarca que puede suponer entre 6 décimas y un segundo de desventaja en una vuelta completa.

Muchos pilotos han protestado a la organización, pero la respuesta siempre es la misma: "El motor está dentro de los parámetros de la competición". Aceptando que no todos los motores son iguales y que ha de haber ciertas tolerancias, unas diferencias tan grandes como se están viendo, no son aceptables. Sólo la amenaza de plante de algún piloto ha provocado que la organización revisara su motor y encontrase defectos en algún componente.

Los motores no son el único problema que estamos viendo en la categoría, otro de los quebraderos de cabeza habituales esta temporada están siendo los embragues que han provocado que muchos pilotos se hayan quedado trabados en la salida. Uno de los más perjudicados ha sido nuestro compatriota Roberto Merhi, pero no ha sido el único. Fukuzumi, Markelov o Boschung también tuvieron problemas en Francia y otros como Albon, Norris, que están peleando por el campeonato, o Jack Aitken lo sufrieron con anterioridad.

En Barcelona se hicieron algunos ajustes del mapa del embrague, tras los problemas iniciales en Bahrein y Bakú, pero lo cierto es que los fallos se siguen reproduciendo. Normalmente, los pilotos aplican un 60% de gas en el acelerador para poder hacer la salida sin patinar, pero este año, en F2, aceleran a fondo para evitar que se cale el coche. Es preferible patinar un poco que calar el coche, pero ni aun así muchos consiguen que el monoplaza se mueva de la parrilla.

"Esta es la categoría de mayor nivel por debajo de la F1 y tener 14 coches calados en las primeras cuatro carrera es algo que nunca había escuchado y es algo inaceptable", dijo el piloto de ART George Russell tras la cita de Azerbaiyan. "Nadie puede permitirse perder el campeonato por calar el coche" añadió el actual campeón de la GP3.

Lo cierto es que los presupuestos de la Fórmula 2 son de los mas altos en el automovilismo mundial, los pilotos y sus patrocinadores pagan sumas millonarias para conducir uno de estos coches y la calidad que está ofreciendo el campeonato no está en consonancia con sus costes.

El problema de calar el coche es además una cuestión de seguridad y muchos pilotos confiesan que en la salida están más pendientes de ver si algún coche delante ha calado, que de su propia salida.

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Es un problema de seguridad", comentó Lando Norris. "Hay coches calados a ambos lados y los pilotos tirando de evitarlos. Un día, llegará desde atrás alguien a mucha velocidad y no podrá evitar el choque".

Algo con lo que está de acuerdo su compatriota Jack Aitken: "Desde la parte de atrás de la parrilla da bastante miedo".

La organización comentó a Motorsport.com sobre las declaraciones de Maini que "estaban sorprendidos de no haber recibido una petición para hacer una comprobación oficial".

Esta declaración de la F2, supuso la respuesta inmediata de Ferrucci, compañero de equipo de Maini escribió en su cuenta de Twitter: "Están sorprendidos de que nadie pida una comprobación oficial porque sólo te cobran una cantidad intolerable de dinero nada mas que para decirte que todo está bien. Los motores y el reglamento técnico de la F2 son una broma".

Lo cierto es que las mejoras introducidas en los mapas de embrague en Barcelona no han arreglado estos inconvenientes que se están encontrando los pilotos y tampoco hay una solución a lo que está ocurriendo con los motores. Problemas que en ningún caso son comprensibles para una categoría como la F2, que es el campeonato de acceso principal a la F1 y que, como dijo Maini, pueden acabar con más de una carrera por asuntos ajenos al desempeño de los pilotos sobre la pista.