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El día que Berger aguantó en el podio de F1 tras morir su padre

Gerhard Berger logró su última victoria en la Fórmula 1 en el Gran Premio de Alemania de 1997, celebrado en Hockenheim, en unas circunstancias complicadas.

Podio: ganador de la carrera Gerhard Berger, Benetton Renault

Podio: ganador de la carrera Gerhard Berger, Benetton Renault

LAT Images

El 27 de julio de 1997 se celebró el Gran Premio de Alemania en el circuito de Hockenheim. En esa ocasión, los focos se habían alejado de Michael Schumacher, que siempre dominaba los titulares cuando llegaba su carrera de casa, y se habían dirigido hacia Gerhard Berger por varias razones. 

El austriaco se había perdido las tres carreras anteriores (Montreal, Magny-Cours y Silverstone), debido a una sinusitis que requirió intervención quirúrgica. Su sustituto en Benetton había sido un joven compatriota, Alex Wurz, que se bajó del asiento una vez que el piloto titular pudo volver a ponerse a los mandos del monoplaza.

Sin embargo, el regreso de Berger no empezó con buen pie, ya que su propio jefe de equipo, el mismísimo Flavio Briatore, no estaba convencido de que estuviera en forma.

"Mi propio jefe tenía dudas sobre si sería capaz de hacer una actuación razonablemente pasable tras el largo parón", confesó Berger en su biografía, Zielgerade. "Flavio Briatore nunca ha sido un gran motivador".

¿Te acuerdas?:
Gerhard Berger, Benetton Renault

"Ya sabía muy bien que quería parar al final de la temporada. Supe con mayor precisión que ya no conduciría para Briatore. Así que dije en una rueda de prensa que una ampliación de contrato con Benetton estaba descartada para mí", recuerda Berger del comienzo del fin de semana de Hockenheim.

La motivación del austriaco para demostrar a todos de qué era capaz no había disminuido. Sobre todo porque tuvo que enfrentarse a una gran pérdida durante su parón. Su padre, Johann Berger, se había estrellado con un avión deportivo en los Alpes, debido a la gran cantidad de niebla, y perdió la vida el 9 de julio. Su hijo lo describió como una experiencia para la que no había "comparación ninguna". 

El sábado en Hockenheim (26 de julio), Gerhard Berger se hizo con la pole por primera vez en casi dos años. Con la mente puesta en su padre y tan solo dos semanas y media después de su fallecimiento, pero todavía consciente de que su trayectoria en la Fórmula 1 estaba llegando a su fin, pasó la noche pensando en la carrera del día siguiente. 

"En realidad, esta pole hubiera sido suficiente para todo lo que quería mostrar y dejar claro, pero antes de irme a la cama pensé: ahora podría ganar la carrera", asegura Berger.

El domingo empezó bien para el austriaco, ya que defendió su pole y empezó a controlar la carrera desde el frente. Pero necesitaba una amplia ventaja para que su estrategia, a dos paradas, saliera bien. 

"Necesitaba 17 segundos y el crono era perfecto", afirma Berger, y continúa: "De repente, un Stewart rompió el motor y había una cortina de humo como nunca he visto en la Fórmula 1".

Gerhard Berger, Benetton Renault

"Venía a 300 km/h, el muro estaba delante y pensé: 'si está ahí, estoy muerto'. Frené, conduje a ritmo de paseo a través del muro de niebla. Perdí cuatro segundos y ese fue el final de la carrera", dijo Berger.

Giancarlo Fisichella , con su Jordan, se puso en cabeza durante un breve periodo de tiempo, debido al lento pilotaje de Berger a través de la niebla provocada por el Stewart de Jan Magnussen. Sin embargo, la prudencia del austriaco le valió salir indemne del momento, mientras que Fisichella se llevó un pinchazo lento de regalo, tras pasar por encima de pequeños trozos del motor roto de Magnussen.

Fisichella finalmente abandonó a cuatro vueltas del final. En ese momento, Berger ya había recuperado el liderato. Por detrás, Michael Schumacher (Ferrari) heredó la segunda plaza tras el abandono de Fisichella, y Mika Hakkinen (McLaren) subió a la tercera posición.

Berger se hizo con la victoria con 17 segundos de ventaja y tras liderar 38 de las 45 vueltas programadas. También logró la vuelta rápida que, sumada a su pole y a su victoria, le hizo adjudicarse un hat-trick.

"Así es como gané el gran premio, y sabía por qué era y de dónde venía la potencia. La alegría que me produjo fue incomparable con cualquier sentimiento que haya experimentado", dijo Berger, que luchó contra las lágrimas en el podio al pensar en su padre. 

Podio: ganador de la carrera Gerhard Berger, Benetton Renault, segundo lugar Michael Schumacher, Ferrari, tercer lugar Mika Hakkinen, McLaren

Con ese fin de semana perfecto, Berger celebró la décima y última victoria de su carrera en la Fórmula 1, que finalizó al acabar la temporada de 1997, tras 210 grandes premios.

El triunfo de Berger en Hockenheim en 1997, hace ahora un cuarto de siglo, sigue siendo la última victoria de un austriaco en la Fórmula 1. Benetton tampoco volvió a ganar después, aunque el equipo siguió compitiendo hasta finales de 2001 antes de ser adquirido por Renault.

También puedes ver:
Gerhard Berger, Benetton

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