El último gran premio ganado por dos pilotos compartiendo coche

Aunque no era muy común, en la Fórmula 1 a veces un piloto tomaba el relevo de otro al volante de un monoplaza, al estilo de las 24 horas de Le Mans. La última vez que esto sucedió fue en 1957, en el GP de Gran Bretaña en la pista de Aintree, cerca de Merseyside. El 20 de julio se organizó una carrera a 90 vueltas en este circuito de 4,828 kilómetros, para un total de 434,52.

Vanwall al poder

Stirling Moss logró la pole con un tiempo de 2:00.2 al volante del Vanwall VW 5, la primera en F1 para el pequeño fabricante inglés de automóviles. Jean Behra, a bordo de un Maserati 250F, se clasificaba en segunda posición (2:00.4), por delante de otro Vanwall, el conducido por Tony Brooks (también 2:00.4). La segunda fila estuvo compuesta por dos serios rivales: Juan Manuel Fangio (Maserati) y Mike Hawthorn (Ferrari).

Behra salía mejor, con Moss situándose detrás de él. Sin embargo, al final de la primera vuelta el de Vanwall cogía el liderato para alegría de los aficionados locales que asistieron al evento. Tony Brooks era tercero, por delante de Mike Hawhtorn, por lo que había tres británicos en las cuatro primeras posiciones.

Durante la 23ª vuelta, la mala suerte sacudió al coche de Moss, que comenzó a emitir un extraño sonido. El motor de cuatro cilindros sufrió una rotura que le obligó a volver a los boxes a toda prisa. Behra heredó el liderato de la carrera, por delante de Brooks. El equipo Vanwall decidió pararle y dejar que Moss se hiciera cargo de su coche. En la vuelta 29, Brooks entró a boxes y cedió el volante a su compañero de equipo, que volvió a la pista en novena posición y con el cuchillo entre los dientes.

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Tremenda remontada de Moss

Behra siguió liderando con una cómoda ventaja sobre Hawthorn, seguido de Stuart Lewis-Evans y Peter Collins. Moss subía hasta la quinta posición, ayudado por los abandonos de otros pilotos. Fangio sufrió un fallo de motor, mientras que Collins se retiró por un problema con un conducto de refrigeración. En la vuelta 47 Moss ya era tercero.

La carrera volvía a sufrir otro golpe de efecto en la vuelta 70 cuando el embrague del Maserati de Behra se rompía y el Ferrari de Hawthorn sufría un pinchazo tras pisar algunos restos. Lewis-Evans se situaba entonces en cabeza, pero casi de inmediato fue superado por Moss, cuando fallaba la conexión de su acelerador.

Finalmente Moss cruzaba la línea de meta en primer lugar después de tres horas y seis minutos de conducción frenética. El italiano Luigi Musso, con el Ferrari 801, terminó segundo, por delante de Hawthorn. Brooks y Moss fueron los ganadores del Gran Premio, después de que Brooks hubiera completado las primeras 26 vueltas y Moss las últimas 64. Con nueve puntos para el ganador, esta vez se dividieron entre los dos, con cinco para Moss y cuatro para Brooks.

Fue la primera victoria para Vanwall, encima conducido por dos británicos y en el GP de Gran Bretaña. ¡Una situación perfecta para los espectadores británicos!