Como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, así cambió Ricciardo en Monza
Daniel Ricciardo habló abiertamente del sentimiento que le invadió en el GP de Italia de Fórmula 1, y que le ayudó a lograr una sorprendente victoria.
Foto de: Mark Sutton / Motorsport Images
El australiano puso fin a una sequía de victorias de McLaren que se remontaba a 2012, liderando un doblete junto a Lando Norris en el GP de Italia.
En las celebraciones que el equipo tuvo durante la semana en la fábrica de Woking, Ricciardo explicó cómo la rabia que sintió después de quedarse fuera de los tres primeros en la clasificación del viernes se convirtió en algo mucho más grande que necesitaba canalizar.
"Todo estaba bastante oscuro después de la clasificación", explicó. "Algo en mí estaba diciendo: 'Ya no quiero estar aquí para ser... quiero ganar, quiero ser el hombre'. El hecho de estar tan cerca me dio combustible".
"Obviamente la clasificación fue buena y el equipo decía: 'ha sido una buena sesión, deberías estar contento'. Y ahora me doy cuenta de que lo fue, comparada con cómo había ido este año fue una buena sesión, pero fue ahí cuando el competidor que hay en mí salió".
"Ni siquiera puedo explicarlo. Fue como una sensación de ardor dentro de mí, y yo pensaba: 'no, no es lo suficientemente bueno".
"El resto del fin de semana estuve cegado. Es fácil decirlo ahora porque gané. Pero, sinceramente, hubo algo que me invadió, sobre todo después del viernes por la noche, y supongo que pasé a ser un hombre con una misión".
Ricciardo dijo que la sensación que le consumía era similar a la que experimentó durante un año de gran avance con Red Bull en 2014, cuando eclipsó a su entonces compañero de equipo, Sebastian Vettel.
"Sí, he afrontado con confianza los fines de semana de carrera, y ha estado ahí en muchos momentos, pero no a ese nivel", analizó. "Eso fue algo con lo que espero que no muchos puedan identificarse, porque parece un sentimiento primario. Pero también es la razón por la que lo hago".
"No lo digo sólo para sonar bien delante de la cámara. Es realmente el otro lado de mí, que, cuando sale, sé que es muy poderoso".
"Fue como en 2014, cuando tuve lo que se puede llamar un año de avance. Fue entonces cuando conseguí dejar que esas emociones aparecieran en la pista. Y por eso se volvió tan poderoso para mí".
Aunque ese sentimiento ayudó a Ricciardo a centrarse en conseguir la victoria en Italia, reconoce que ahora está en condiciones de poder alcanzar más éxitos sin necesidad de volver a recurrir a esa sensación.
"Creo que sí. Quiero estar ahí, porque el competidor que hay en mí me gusta. Me gusta ese tipo de fuego en mí. Es como un chip en el hombro, me gusta esa sensación. Te hace sentir vivo. Y es un buen enfado el que sientes".
"Sacas mucha energía de ese enfado. Pero después de ese fin de semana, no creo que tenga que recurrir a eso todo el tiempo".
"Creo que he sacado mucha confianza de ese fin de semana, y también del equipo, creo que muchos me han apoyado y han creído en mí desde el principio".
"El fin de semana nos tranquilizó a todos, así que creo que, como equipo, podemos estar tranquilos".
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