El semáforo del GP de Hungría 2019 de F1
Analizamos lo más destacado de la última cita de la primera mitad de 2019. Lo mejor y lo peor del GP de Hungría de Fórmula 1.
Foto de: Sam Bloxham / Motorsport Images
Lewis Hamilton y Mercedes salen de Hungría doblemente reforzados. Por un lado, aumentan la distancia que construyeron durante una primera mitad de año casi perfecta, y por otro calman la amenaza que habría (en parte) introducido una segunda victoria consecutiva de Red Bull.
El equipo alemán y el piloto inglés han sentado las bases de su sexto mundial y no parece que su segunda parte del campeonato vaya a ser muy intranquila. Prácticamente solo falta saber en qué gran premio serán matemáticamente campeones.
El triunfo en el Hungaroring confirmó que Mercedes es el mejor equipo en cada punto. Cierto que tenían poco o nada que perder, pero su acierto con la estrategia les dio la victoria y hace que equipo y piloto se sientan invencibles después del varapalo de la carrera 'de casa'. Siguen siendo los reyes.
Verstappen logró en Hungría su primera pole position el sábado y se le escapó entre los dedos la tercera victoria de este año. El holandés gana o se queda muy cerca cuando puede hacerlo, sin fallo (o con fallos menos graves, como en Alemania) y multiplica sus posibilidades cuando hay coches mejores en pista. No baja de la quinta plaza en la primera mitad de año y se ha convertido en el gran animador del campeonato.
No, no le dará para ganar a Hamilton el título, pero simplemente verle restar con el color naranja la era plateada que vive la Fórmula 1 es como para premiarle y estarle agradecido. También a Honda, claro, que ha demostrado que dentro de un buen chasis ya sí puede optar a casi todo. Y por supuesto a Red Bull, que año a año, empiece bien, mal o regular, reacciona a mitad de curso.
Cada vez surgen más voces que defienden que el mejor piloto de la actualidad es el holandés. El escepticismo original de quien escribe esto empieza a desaparecer: si compartieran equipo Hamilton y Verstappen, ya no queda tan claro quién ganaría. El duelo que tuvieron en el Hungaroring cuando no había tanta diferencia de neumáticos refuerza el pensamiento. Lástima el desenlace. Y entonces, después de tanto halago... ¿por qué el amarillo para el #33? Pues básicamente porque el verde se lo ganó Mercedes.
Si las buenas palabras son para Verstappen, el rojo no podía ser para otro que para su compañero. Probablemente no sea culpa de Gasly haber subido tan pronto al primer equipo, sino más bien de la falta de candidatos para un equipo donde ya hay un gallo y tiene un trato a los pilotos cuanto menos... curioso.
Mientras Max lucha por victorias y visita el podio con regularidad, Gasly aún ni lo ha olido. Hasta un Toro Rosso acabó antes que él subiendo a los escalones de la gloria. Antes de empezar la carrera ya se sabe de antemano que no va a superar a ningún Ferrari ni Mercedes, que aspira a ser sexto, y a menudo incluso permite que alguno (Sainz/McLaren, habitualmente) acabe ocupando su lugar.
Si mantendrá su asiento en lo que queda de 2019 (¿y 2020?) probablemente también se deba a la ausencia de alternativas, pero debe hacer mucho más para seguir en el equipo de las bebidas energéticas a corto o medio plazo. La gran decepción de la primera mitad de año.
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