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Análisis

Por qué Red Bull debe dar el mismo trato a Pérez y Verstappen

El fichaje de Sergio Pérez por Red Bull podría implicar un cambio de filosofía en la forma de funcionar del equipo, donde hasta ahora ha sido Max Verstappen el hombre fuerte.

Sergio Pérez, Racing Point, 1ª posición, celebra en Parc Ferme

Foto de: Steven Tee / Motorsport Images

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Tras la edad de oro de Red Bull con Sebastian Vettel entre 2010 y 2013, el equipo no ha vuelto a luchar por el título desde que comenzó la era de los motores turbo híbridos, momento en el que Mercedes comenzó su dominio con siete campeonatos consecutivos. De hecho, en 2017 y 2018 el rival más peligroso del conjunto liderado por Toto Wolff fue Ferrari.

Red Bull, por su parte, ha tenido que conformarse con algunas victorias parciales, y sus últimos dos años han venido marcados por los cambios de alineación.

Tras la sorprendente marcha de Daniel Ricciardo a Renault en 2018, el equipo austriaco mantuvo su filosofía y tiró de los pilotos de su programa de desarrollo.

Max Verstappen siguió siendo el centro del universo alrededor del cual todo giraba. En 2019, Helmut Marko, asesor de Red Bull Racing, decidió ascender a Pierre Gasly desde Toro Rosso a Red Bull, pero después de solo media temporada, en la que el francés no dio los resultados esperados, optaron por devolverlo al equipo de Faenza y darle su lugar a Alexander Albon.

El experimento funcionó al menos hasta el final de la temporada 2019 y el tailandés, que se subió al RB15 en Spa, se convirtió de inmediato en habitual de la zona de puntos e incluso estuvo cerca de conseguir su primer podio en Brasil, antes de que una maniobra de Lewis Hamilton le provocase un trompo.

 

Las bases para que Albon siguiese creciendo en 2020 parecían claras, pero algo no salió bien. El RB16 se convirtió en un coche extremadamente complicado para un piloto como él, que seguramente no tiene el mismo talento que Verstappen, y desde el principio de la temporada quedó patente la diferencia entre el tailandés y su compañero de equipo.

En clasificación, nadie se habría imaginado ver a Albon por delante de Max, pero al menos se podía esperar que estuviese más cerca del holandés. Sin embargo, en la pista se vio una realidad completamente diferente. Albon nunca se hizo uno con el RB16, quejándose a menudo de la falta de confianza con la parte delantera del coche y completando actuaciones grises.

Las únicas alegrías para el tailandés en 2020 fueron el podio en el caótico Gran Premio de Mugello y en la primera carrera en Bahrein.

La última cita en Abu Dhabi podría haber sido una oportunidad para demostrar su valor y conservar su lugar para la próxima temporada. Con la potencia de los motores de los Mercedes reducida para evitar fallos imprevistos y un Hamilton que no estaba en absoluto en buena forma después de contraer la COVID-19, Red Bull dominó la carrera con Max Verstappen, mientras que Albon no brilló como el holandés.

Verstappen le arrebató la pole a Bottas por 25 milésimas. En carrera se escapó de inmediato, hasta ver la bandera a cuadros con 15 segundos de ventaja sobre el segundo.

Albon, mientras, fue incapaz de atacar al siete veces campeón del mundo y terminó su etapa como piloto de Red Bull con un anodino cuarto puesto considerando el potencial del RB16.

Helmut Marko se vio obligado a renegar de la filosofía que ha seguido Red Bull en la última década y decidió no promover a ninguno de los pilotos de su programa en favor de aprovechar la experiencia que puede aportar Sergio Pérez.

Tal vez esta decisión puede ser vista como un fracaso del programa de jóvenes pilotos austriaco. Si bien Tsunoda debutará en la Fórmula 1 en 2021 con AlphaTauri, también es cierto que sin el inesperado crecimiento del japonés en su debut en la Fórmula 2 este año, Red Bull no habría tenido a nadie listo para dar el gran salto.

Rechazar prematuramente a jóvenes como Kvyat y Gasly, o no haber tenido la paciencia de esperar a que maduraran los talentos disponibles en su escuela ha dejado inquieto probablemente al mismísimo Marko, que ahora tendrá que revisar su modus operandi para no repetir en el futuro los mismos errores.

Pérez para pelear por el campeonato de constructores

Sin embargo, la elección de Sergio Pérez debe ser leída desde otro punto de vista. Si se mira la clasificación del campeonato de pilotos, se puede ver que Max Verstappen terminó la temporada en tercer lugar con 214 puntos, sólo 9 puntos por detrás de Valtteri Bottas, mientras que Alexander Albon concluyó séptimo con los mismos puntos que Carlos Sainz, 105, y sólo 7 por delante de un Charles Leclerc que luchó con el complicado SF1000.

Mercedes encabezó el campeonato de constructores con 573 puntos, seguido de Red Bull con 319.

En una temporada en la que Bottas ha estado a menudo en problemas, el equipo dirigido por Christian Horner ha carecido de un segundo piloto que pudiera permitir al menos desafiar a Mercedes en la lucha por el campeonato de constructores.

Si volvemos a mirar la clasificación de los pilotos, vemos que Sergio Pérez acabó justo por detrás de Verstappen a pesar de perderse dos carreras por culpa de la COVID-19, sumando 125 puntos con un Racing Point que no está a la altura del Red Bull.

El mexicano, por tanto, puede representar ese valor añadido ausente en el equipo de Horner desde los días de Daniel Ricciardo.

Pérez es uno de los pilotos que mejor entiende los neumáticos Pirelli. Sus habilidades en este sentido están a la altura de las de Hamilton, y prueba de ello no solo fue su victoria en Sakhir, sino también su gestión de los intermedios al final del delicado GP de Turquía que le valió el segundo lugar del podio.

 

Después de haber sido despedido por Lawrence Stroll y haberse arriesgado a pasar un año sabático, Pérez tendrá la oportunidad de correr finalmente en un equipo de primera línea después de años en mitad de la parrilla.

Red Bull, con esta elección, apuesta decididamente por el título de constructores, ya que el de pilotos parece estar fuera de su alcance el próximo año dada la presencia de un caníbal como Lewis Hamilton.

Helmut Marko y Christian Horner, sin embargo, tendrán que cambiar su mentalidad. El equipo Verstappencéntrico que hizo perder la sonrisa a Daniel Ricciardo, ahora tendrá que ser gestionado de otra manera y ambos tendrán que ser conscientes de que Sergio Pérez deberá ser tratado igual que Max si quieren que su relación con Honda obtenga al menos un éxito antes de que la casa japonesa se marche de la F1.

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