Tranquilidad en Red Bull y Ferrari con los coches de Pérez y Sainz

No hay alarmas en el box de Ferrari con el monoplaza de Carlos Sainz: los mecánicos del Cavallino no se han visto obligados a romper el toque de queda para reparar el F1-75 del madrileño tras el accidente en su última vuelta de clasificación. 

Sainz perdió el control del coche en la curva antes del túnel después de encontrarse por sorpresa con las banderas amarillas que ondeaban debido a que Sergio Pérez, que iba delante de él, había trompeado y chocado con su parte trasera contra el muro, obstruyendo parcialmente la pista.

El piloto español intentó girar rápidamente para evitar el doble accidente, pero le fue imposible no tocar con su rueda trasera izquierda el neumático delantero derecho del piloto mexicano.

Tras la experiencia vivida el año pasado por la Scuderia con Charles Leclerc, que ni tan siquiera pudo alinearse en la parrilla de salida del GP de Mónaco debido a los daños provocados por una accidente en la última vuelta de clasificación con el SF-21, los de Maranello se aseguraron de que el coche de Sainz no sufría grandes daños para la carrera de este domingo 29 de mayo de 2022.

Según apunta el equipo, no detectaron problemas con la caja de cambios y tampoco se hicieron más intervenciones que la sustitución de las piezas evidentemente dañadas, pudiendo repararlo todo sin la necesidad de romper el toque de queda y sin realizar cambios que conllevarían a una sanción.

Parece haber algo más de preocupación en el garaje de Red Bull, donde definitivamente están más atrasados que en Ferrari ​​para restaurar el RB18 de Sergio Pérez, pero el equipo de Milton Keynes tampoco ha roto el toque de queda, conscientes de que aún tienen mucho tiempo para reparar el coche del mexicano y de que los problemas no son graves.

En Red Bull parecen estar calmando el nerviosismo que empezó ayer tras la calificación cuando Max Verstappen dudó de la intencionalidad de su compañero de equipo en su accidente al final de la Q3, acusándole de haber provocado la bandera roja deliberadamente para defender la posición en la parrilla frente a él, que finalmente saldrá cuarto.