Por qué el éxito de Red Bull F1 en 2023 no está garantizado

Si bien es cierto que los últimos ejemplos de épocas en las que el reglamento técnico cambió y con él también el orden jerárquico de la parrilla no son muy esperanzadores, como por ejemplo en 2014 cuando arrancó la era turbo híbrida y Mercedes dominó prácticamente sin rivales hasta 2021, momento en el que Red Bull le arrebató el título de pilotos, en esta ocasión hay diferencias.

El curso de 2022 nos trajo de vuelta los coches con efecto suelo y fue uno de los cambios más grandes que se recuerdan en cuanto a los monoplazas, pero la continuidad de las unidades de potencia estabilizó relativamente los rendimientos.

Ferrari arrancó la temporada como el equipo más fuerte, pero Red Bull le robó la cartera a lo largo del año y acabó conquistando ambos títulos con bastante antelación en lo que fue un dominio intratable desde que arrancó la segunda mitad de la campaña.

El aprendizaje de los equipos de F1 con la nueva normativa

No obstante, la normativa pilló por sorpresa a casi todos los equipos desde el primer día de test de pretemporada en el Circuit de Barcelona-Catalunya, en gran parte debido a un efecto rebote, más conocido como porpoising, que no fue detectado por ninguna escudería en sus simulaciones.

Debido a ello, muchos equipos empezaron a trabajar en su proyecto de 2023 muy temprano y, aunque siguieron actualizando sus coches en mayor o menor medida, muchas de esas mejoras estaban pensadas únicamente para recibir algunos datos de cara al próximo curso, entre ellos Ferrari, que pese a comenzar dominando, reconocieron un ligero cambio de enfoque más pronto que por una serie de factores que pillaron por sorpresa a casi todos a nivel técnico.

Además, siempre que se lleva a cabo un cambio reglamentario tan intenso, existe un alto riesgo para el equipo que empieza dominando. El aprendizaje durante la primera temporada es enorme, y este año podría haber sido incluso superior a lo habitual, debido a los más de uno y dos problemas que ninguna escudería supo detectar a tiempo.

La sanción de la FIA a Red Bull por exceder el límite de gastos de la F1 2021

Como vigente campeón del mundo, la estructura austriaca debería tener un 70% de la asignación de tiempo de uso del túnel de viento a su disposición, por el 75% que por ejemplo le toca a Ferrari, que terminaron segundos en el mundial, o el 80% de Mercedes, tercero en discordia.

La Fórmula 1 introdujo hace unas cuantas campañas una normativa de pruebas aerodinámicas en busca de una mayor igualdad en la parrilla. En ella, se establece el tiempo que los equipos pueden pasar trabajando en su túnel de viento dependiendo del resultado de la clasificación de equipos del curso anterior, donde el primer clasificado es el que menos tiempo tiene a su disposición y el último el que más.

Si eso ya suponía un duro castigo para Red Bull, la FIA penalizó al equipo de las bebidas energéticas por exceder el límite presupuestario de 2021 y una de las medidas que tomó fue reducir un 10% más su tiempo destinado a las pruebas aerodinámicas, un porcentaje que se aplica sobre el cómputo total, por lo que deja Red Bull con un 63% de la base total.

Con números más claros, Red Bull sólo podrá completar 201.6 tandas en su túnel de viento a lo largo de todo 2023, mientras que Ferrari, su rival más cercano, tendrá a su disposición 240 tandas. El equivalente en horas, son 50.4h para los austriacos y 60h para los italianos, lo que podría obviamente marcar una gran diferencia en el transcurso de la temporada.

Si la diferencia con Ferrari ya llama la atención, la comparación con Mercedes todavía es más odiosa, ya que cuenta con 5% más de tiempo de uso del túnel de viento que Ferrari. Y, además, el equipo alemán asusta por otro motivo...

El peligro de la resurrección de Mercedes en F1

A principios de 2022 y después de ocho títulos consecutivos de constructores, la mejor racha en la historia de la máxima categoría del automovilismo, Mercedes se vio sorprendido por una nueva normativa que trajo de vuelta los coches con efecto suelo y con ellos el porpoising o rebote.

Eso fue todo un quebradero de cabeza para los alemanes y, pese a que comenzaron asustando en las pruebas de pretemporada, ya que de Barcelona a Bahrein cambiaron de forma radical todo el concepto de su W13 y aterrizaron en la sede de la primera carrera del curso con un coche que prácticamente carecía de pontones, no pudieron exprimir su potencial.

Sin embargo, con el paso de las carreras, los de Brackley fueron sumando aprendizaje a costa de perder puntos y caer a la zona media, un paso atrás que, por fortuna para ellos, significó un importante paso adelante en las últimas rondas de la campaña.

En los últimas cuatro o cinco fines de semana del año, Mercedes, con el porpoising más controlado, pudo empezar a trabajar en la configuración del W13 y empezó a establecerse en la parte delantera de la parrilla, de hecho, en varios grandes premios llegó a ser la segunda fuerza con claridad, muy por delante de Ferrari y bastante cerca de Red Bull. La confirmación llegó en el Gran Premio de Brasil 2022, donde consiguieron la primera y única victoria de la temporada, ganada en pista con merecimiento absoluto ante sus rivales.

Todo eso, sumado a otros factores como por ejemplo las dudas que existen ahora mismo referentes a la relación que hay entre Max Verstappen y Sergio Pérez tras la polémica de Sao Paulo, que acabó con el mexicano perdiendo el subcampeonato, harán que Red Bull no se pueda relajar y tenga que trabajar más duro que nunca para intentar repetir una temporada de récord como la de 2022. Sin duda alguna, no será para nada sencillo.