Las mejores historias de 2017, 8: la pelea de barrio entre Vettel y Hamilton

Admite Sebastian Vettel que su peor momento del año fue en Bakú. Y no es para menos. Por la falta de precedentes, por su reacción posterior y por lo que a la postre significaría, ese polémico incidente marcó el curso.

A la de Azerbaiyán, octava prueba de la temporada, llegaba Vettel con 12 puntos de ventaja sobre Hamilton, aunque tocaba un circuito mucho más favorable a Mercedes que, a priori, haría reducir esa diferencia.

Un choque de Kvyat contra las protecciones antes de cumplirse la vuelta 10 hizo aparecer el coche de seguridad en pista. Y, cuando la carrera se relanzó, llegó el caos. Massa tocó a Raikkonen mientras el brasileño y Ocon pasaban al Ferrari, y las piezas del SF70H en pista hicieron que saliera de nuevo el Safety Car.

Cuando el coche de seguridad anunció que se retiraba, Hamilton frenó brusca y voluntariamente para ralentizar al grupo antes de acelerar definitivamente hacia la línea de meta. Eso sorprendió a Vettel, que no pudo evitar el contacto, y se tocaron, quedando dañado el alerón delantero del alemán. Inmediatamente después, en un arrebato de furia, Vettel se puso en paralelo al Mercedes y le embistió lateralmente, recriminando la acción de su rival.

Hamilton pudo continuar sin problemas y sobre Vettel se abrió una investigación que hizo planear la posibilidad de recibir bandera negra y ser eliminado de la carrera. Pese a perder velocidad, Sebastian logró aferrarse a la segunda posición antes de que la prueba se detuviera con bandera roja por el abandono de Raikkonen y el incidente entre los Force India.

Al reanudarse la acción, Hamilton intentó repetir jugada, aunque Vettel logró esquivarle y estuvo cerca de adelantarlo. Al de Ferrari le impusieron una sanción de 'stop and go' de 10 segundos que le haría ser cuarto y Hamilton acabaría quinto tras una extraña avería de reposacabezas por la que dirección de carrera le obligó a parar. Aun así se acercó mucho a su rival en los instantes finales y terminaron a solo dos décimas.

Pero si el duelo en pista fue negativo, lo peor llegó después. Vettel escurría el bulto y dijo que solo se puso al lado de Hamilton a recriminarle con el brazo su acción antideportiva y ahí se tocaron. No reconocía haberlo hecho adrede y se marcó un "competimos como hombres" muy cuestionable (aquí sus declaraciones). 

De manera igualmente macarra, Hamilton respondió que, si quería demostrar que es un hombre, que lo hiciera cara a cara. Muy poco después, y ya arrepintiéndose de lo ocurrido, Vettel dijo que quería hablar con Hamilton sobre lo sucedido, aunque Lewis aseguró que no tenía ninguna intención de hacerlo.

La FIA decidió entrar de lleno y estudiar un posible castigo mayor a Vettel, que ya de por sí estaba a tres puntos en el carnet de pederse una carrera. Sin ningún representante legal, Vettel compareció en París y, tras presentar sus disculpas, el máximo organismo decidió que no habría mayor sanción. Además de hacerlo ante la FIA, el tetracampeón se disculpó públicamente con Hamilton, y más tarde se reveló que le llamó por teléfono.

La FIA juntó a ambos en la rueda de prensa de pilotos de Austria (entre un Kevin Magnussen que pasó casi inadvertido) y todo se solucionó. Vettel reiteró sus disculpas, entonó el 'mea culpa' y Hamilton, que había dado 'Me gusta' a un post de un fan que criticaba a la FIA, a Vettel y a Ferrari, le perdonó.

Desde ese punto máximo de tensión entre rivales, las cosas se fueron suavizando y no volvió a haber más polémica entre Hamilton y Vettel, que a final de curso admitió que el de Mercedes fue mejor. Pero en las cuentas de dónde y por qué perdió el mundial, Sebastian sabe que allí pudo ganar perfectamente y habría salido con una buena ventaja.

Tardará mucho tiempo en borrarlo de su mente Vettel y tardará mucho en olvidarlo la Fórmula 1. Una pelea que se recordará siempre.

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