El semáforo del GP de España 2018 de F1

Verde

Tuvo un inicio de año dubitativo y la mala suerte (o estrategia de Mercedes) le arrebató la victoria en Australia. Sin embargo, y aunque no había sumado la pole en las tres últimas sesiones de clasificación, el sábado voló y volvió a la senda del éxito para liderar la parrilla del GP de España. Y, con una conducción perfecta, logró su segunda victoria consecutiva para aumentar su liderato en el mundial.

Hamilton saca ya 17 puntos a Vettel y un mundo al resto (37 al tercero y 47 al cuarto), y poco a poco va construyendo su pentacampeonato. Pudo parecer falto de motivación o tal vez descentrado pero, con dudoso gusto para su look capilar o no, ya está donde se le esperaba.

Probablemente él y Mercedes estén contentos con el cambio que hizo Pirelli para esta carrera pero, le dieron la herramienta perfecta y él supo exprimirla.

Amarillo

Ferrari dio un paso atrás en Barcelona y se bajó del podio por primera vez en lo que va de temporada. El cambio de neumáticos de Pirelli, una faceta que dominaban, les ha afectado más que al resto pero, aunque es cuestionable la decisión del suministrador italiano, no fue el mayor error.

Con un coche más lento que el Mercedes, Vettel había logrado la segunda posición en la salida y gracias (hay que decirlo) al mal pitstop del equipo alemán con Bottas. Sin embargo, la parada extra durante el Virtual Safety Car -buscando una suerte parecida a la de Australia- le hizo caer al cuarto lugar.

Sebastian defiende a su escudería y dice que era inevitable, con la mala gestión de las gomas que hizo este fin de semana el SF71H, ir a una parada. Se acepta entonces la tercera plaza, pero un mal cambio de neumáticos en ese segundo pitstop hizo que volviera a pista tras Verstappen, teniendo que conformarse con la cuarta plaza. Un error del equipo que vale un podio y tres puntos. En Mónaco todo se reinicia y Ferrari estará ahí, pero van dejándose por el camino puntos de los que a final de año, al hacer recuento, hacen llorar.

Rojo

Por segundo gran premio consecutivo, Romain Grosjean se lleva la peor nota de la carrera. Fue uno de los pilotos que probaron la puzolana durante los libres pero consiguió meterse en la Q3 en clasificación, logrando una posición de salida que, junto al potencial del Haas, le permitía sumar valiosos puntos.

Sin embargo, la emoción le duró dos curvas, y en la tercera perdió el control del coche marcándose un trompo que, lejos de corregir, empeoró aún más acelerando. Los comisarios decidieron -y es debatible- que merecía sanción para la siguiente carrera y en su carnet de puntos, pero lo que nadie devolverá será la oportunidad de acabar en el top10 que tenían también Hulkenberg y Gasly, los pilotos damnificados en el accidente a tres bandas.

En 2016 se vio su llegada a Haas como un posible escalón para el sueño de Ferrari. Él dijo tener esperanza en llegar al equipo italiano, socio de su escudería, después de su buen inicio de temporada en aquel año. Ahora cuesta imaginar que alguien quiera ficharle.

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