El semáforo del GP de Mónaco 2019 de F1
Analizamos lo que, en nuestra opinión, fue lo mejor, lo peor y lo regular de la sexta carrera del año 2019 de Fórmula 1, la de Mónaco.
Charles Leclerc, Ferrari con gorra roja en homenaje a Niki Lauda
Jerry Andre / Motorsport Images
Si hay un circuito donde penaliza no rodar en la primera sesión de libres es en Mónaco. Un problema de fiabilidad dejó a Sainz en el box durante casi toda la FP1, sin la posibilidad de ir buscando los límites a una pista engañosa, de tomarle la medida al coche entre las reviradas curvas. Dio igual. El madrileño volvió a meterse en Q3 (lo ha hecho en cada visita a Mónaco desde que llegó a la F1) y brilló en carrera.
Sin hacer ruido, casi en silencio, fue 'el primero del resto' (6º, aprovechando el traspiés de Leclerc) y ya es también el mejor detrás de los tres principales equipos en el mundial. Lidera una escudería que, también sin brillar, manda en la zona media de la parrilla, y está cumpliendo con exactamente lo que se le pedía.
¿Y la salida? Impresionante. Poca repercusión tiene lo bien que suele empezar las carreras Carlos Sainz. Cada gran premio gana posiciones en el inicio, una cualidad que en la F1 actual multiplica panes y peces. Justo lo que está haciendo sin levantar la voz, con la mirada abajo y las manos en el volante.
Charles Leclerc tenía motivos de sobra para estar muy molesto con Ferrari tras el error que le dejó fuera de la Q1 el sábado. Corría en casa y se vio obligado a salir en la parte trasera de la parrilla en un circuito donde adelantar es una quimera. Pero morder la mano que te da de comer rara vez sale a cuenta. Ante los micrófonos hay que acudir con la calma que lógicamente no se tiene dentro del cockpit ni nada más bajarte del coche. Y previo paso por ducha fría.
Ferrari llevó a Leclerc hasta la Fórmula 1 (con Sauber) y tras solo un año le ha dado un asiento en el primer equipo, no debe olvidarlo. Los errores de los del Cavallino afectan a sus pilotos, pero sobre todo afecta a la propia imagen de la Scuderia. Aprenderá con el tiempo.
Lo del domingo fue resultado de lo sucedido en clasificación, y pese a su posición de salida dejó dos grandes adelantamientos en Loews y La Rascasse que demuestran lo bueno que es. Sin embargo, se precipitó y aunque se entiende que quisiera remontar a toda costa y que el camino para hacerlo en Mónaco es arriesgarse, se equivocó. El año pasado allí, saliendo último, Verstappen al menos buscó los puntos. Leclerc quiso mucho más que una 9ª o 10ª posición, quiso correr antes de andar.
A Ferrari se le recuerdan, a bote pronto, por lo menos tres sesiones de clasificación en la que uno de sus pilotos cae antes de tiempo por un error de cálculo del equipo o exceso de confianza. Lo ocurrido en Montecarlo no es propio de una escudería que quiere recuperar los laureles perdidos, y demostró que 2019 les ha pillado tan a contrapié que aun no sospechan lo por detrás que están de Mercedes.
Pese a su mejor resultado del año, el segundo puesto de Vettel llegó solo gracias al incidente entre Bottas y Verstappen que acabó en pinchazo para uno y sanción para el otro. Sin eso, el potencial real era la cuarta posición (y porque Gasly no da nunca lo que se espera de un Red Bull).
Insisten en que no cambiarán su concepto de alerón delantero, y sus razones tendrán, pero llega el buen tiempo y el momento de lucir tipo y salen todos los defectos de un coche que en invierno pareció muy atractivo. Y ojo, que puede que ya sea tarde para la operación bikini.
Forma parte de la comunidad Motorsport
Únete a la conversaciónComparte o guarda este artículo
Suscríbete y accede a Motorsport.com con tu ad-blocker.
Desde la Fórmula 1 hasta MotoGP, informamos directamente desde el paddock porque amamos nuestro deporte, igual que tú. Para poder seguir ofreciendo nuestro periodismo experto, nuestro sitio web utiliza publicidad. Aún así, queremos darte la oportunidad de disfrutar de un sitio web sin publicidad y seguir utilizando tu bloqueador de anuncios.
Mejores comentarios