El semáforo del GP de Azerbaiyán 2018 de F1

Verde

Vaya por delante que había varios candidatos a ser el más destacado del GP de Azerbaiyán: Bottas hasta el pinchazo, Pérez y su tremendo podio, Sainz con el mejor resultado en Renault o Alonso y su remontada tras un complicado inicio.

Pero Leclerc empezó a ganarse este puesto el sábado, metiendo al Alfa Romeo Sauber en Q2. El domingo se mantuvo libre de problemas (que también es una virtud, además de una pizca de suerte) y aguantó el ritmo de los Red Bull y Renault en la primera parte de la prueba, en la que también logró mantener detrás a Raikkonen durante varias vueltas.

Incluso completó un adelantamiento a Alonso que le dejó "loco" (como él mismo ha admitido). Probablemente el propio Alonso, Sainz, Pérez o Bottas tendrán mas oportunidades de ganar este prestigioso (?) reconocimiento, pero el verde de Bakú va para Leclerc, que ha despejado de un plumazo un mejorable inicio de una temporada en la que se espera mucho de él.

Amarillo

Vettel ha empezado con buen pie la temporada. Lleva tres de cuatro poles posibles y, en el primer momento de la verdad del fin de semana, siempre rinde. La suerte que le favoreció para ganar en Australia le ha quitado ya dos grandes resultados en China y Azerbaiyán, pero en Bakú perdió el liderato del mundial por su exceso de ambición.

Es pronto para sacar la calculadora y pedirle a un piloto como Vettel que piense a largo plazo en la cuarta carrera es pedir demasiado. Vettel es insaciable y por eso gusta. Pero este domingo no supo ver cuándo era el momento de ganar una carrera que el bochornoso accidente de los Red Bull le había quitado. Mercedes jugó a la perfección su 2 vs 1 (otra vez Raikkonen dejó tirado el sábado a su compañero) y el alemán quiso recuperar en una frenada lo que aún podía hacer en tres vueltas más.

"Estoy contento de haberlo intentado, ahora es fácil hablar", dice el tetracampeón. Y sí, ahora es fácil hablar, pero lo cierto es que fue buscando 7 puntos más (la diferencia entre el 2º y el 1º) y acabó con 6 menos (4º). Con el pinchazo posterior de Bottas, aún sin pasar al finlandés, habría podido vencer, aunque eso ya es mucho imaginar, porque esos restos en la pista también pudieron castigarle a él de haber ido líder. Ferrari tiene coche y Vettel está en forma. Pero hay oportunidades que no se deben desaprovechar.

Rojo

El año pasado, Grosjean se tiró toda la temporada quejándose de los frenos, pero las excusas no valen en este 2018 y de momento, aunque es cierto que en Australia falló el equipo, está siendo ampliamente superado por su compañero Magnussen. El danés ha sido mejor que él en tres de las cuatro sesiones de clasificación y lleva 11 puntos, mientras que el francés es el único, junto a Sirotkin, que aún no ha sumado.

El sábado no pudo ni completar una vuelta por un problema hidráulico en su coche, aunque antes de eso había estado a punto de estrellarlo nada más arrancar la clasificación. Se vio obligado a salir último y su carrera parecía condenada al fracaso, pero estaba realizando una gran remontada hasta que falló.

Durante el último periodo de Safety Car, ocupando la sexta posición (que habría sido un gran resultado), se estrelló con una maniobra de las que llenan las redes de "¡pero qué haces!" y provocan multitud de facepalm en todos los aficionados.

Para completar su vergonzosa actuación, se mostró muy enfadado. Consigo mismo, supongo. Asegura que presionó un botón por error que cambió el equilibrio del coche y de ahí que perdiera el control del Haas. Lo que sea, pero el rojo es merecido para él.

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