El semáforo del GP de Australia 2019
En la primera carrera de la temporada 2019 de Fórmula 1, la del GP de Australia, también hubo un bueno, un malo y un... regular.
Foto de: Steven Tee / Motorsport Images
Verde
Las apuestas daban como claro favorito a Vettel antes del fin de semana y a Hamilton tras su octava pole en Australia. Incluso el domingo la duda estaba en si sería un paseo de Lewis o si Ferrari en ritmo de carrera podría detenerle. Nadie contaba con Bottas y a Bottas le dio igual.
Logró completar una actuación perfecta, de principio a fin, y mostró su mejor cara desde que está en Fórmula 1. Decidido, rápido, ambicioso y con ese punto de agresividad que se le ha echado en falta alguna vez. No en el cuerpo a cuerpo, donde no le hizo falta, sino en esa 'rebeldía' de ignorar la petición del equipo y buscar el punto extra de la vuelta rápida.
Tras un año muy gris donde no ganó (y cuando lo mereció no le dejaron), necesitaba empezar así y la F1 necesita saber que, si Mercedes ha vuelto a hacer un coche imbatible, Hamilton puede tener algo parecido a un rival en su camino al sexto mundial. Probablemente Bottas no aspire al título y seguro que a Ferrari le alivió que fuera él y no el inglés quien comenzara sumando 26 puntos, pero ahí presentó su candidatura y dejó un mensaje: "A quien corresponda, que os j...".
Amarillo
Ser el equipo más mediático y laureado genera todo tipo de sentimientos. Con Ferrari había por un lado ilusión, y por otro escopetas cargadas esperando a que otro año fallaran para dispararles, y a la primera ya se han soltado algunas balas. Mientras otros históricos salen de Australia como han estado estos años, de vacío, a Ferrari se la condena por un cuarto y un quinto puesto que, si bien no era lo que se esperaba, sí es más de lo que ellos mismos consiguieron en algunas carreras decisivas de 2018.
Binotto explicó que en carreras donde no eres el más rápido es importante sumar y, aunque Verstappen y su Red Bull Honda les impidieron minimizar pérdidas, la sangría (afortunadamente para ellos las carreras se miden en puntos y no en los segundos que te sacan) no fue tan grande. Vendrán circuitos que probablemente se adapten más a su SF90 y habrá tiempo de poner el pulgar hacia arriba o hacia abajo, pero no hay que olvidar que son los únicos que han puesto algo de color a esta era plateada y que son la mayor esperanza de que la lucha por el título no sea como en 2016.
¡Ah! Las órdenes de equipo... Solo ellos saben realmente por qué lo hicieron, pero puestos a imaginar, imaginemos que querían compensarle a Vettel lo mal que acabó saliendo la estrategia que siguieron con él. Al fin y al cabo, el alemán fue su mejor piloto en clasificación y el único que siguió el ritmo hasta que llegó el cambio de neumáticos (Leclerc, que luego fue muy veloz, se salió de pista en la primera mitad de carrera). Sus razones tendrán y el tiempo, siempre juez, dirá qué juicio merecen.
Rojo
Ojalá esto fuera eso que llaman 'contragafe' y alguien me recordara estas palabras a final de temporada. O mejor, que las recordara en la siguiente carrera o dentro de un mes. El regreso de Kubica ha levantado la sospecha de que tal vez no está preparado para la Fórmula 1. Fue un gran piloto que se ganó la simpatía de aficionados y medios, y su vuelta ilusionó a todos por ese punto de nostalgia, del qué podría haber sido sin aquel accidente en rallies.
Pero ha ido acumulando errores y pobre rendimiento desde la pretemporada, es cómodamente superado por su compañero debutante y sendos fallos en clasificación y carrera le condenaron. Démosle tiempo, de acuerdo. Tiene el peor coche (con diferencia) de la parrilla, de acuerdo. Pero su nivel demostrado hasta ahora no es como para que realice según qué declaraciones sobre su equipo.
El sábado, tras golpear el muro y sufrir un pinchazo, reveló que tenía un mal presentimiento en esa vuelta. El domingo, después de tocarse en la salida y tener que hacer una parada nada más empezar, admitió que sufrió 'pánico'. Malos compañeros el miedo y la inseguridad en un deporte como este.
Su historia de superación es admirable, el aplauso general que se llevó en rueda de prensa el jueves es totalmente merecido y su imagen no quedará deteriorada salga esto como salga, pero mucho tiene que cambiar el asunto (y mucho tiene que mejorar Williams) para que no acumule farolillos rojos. Y no precisamente los de este semáforo.
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