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Análisis

El tercer mundial de Senna en F1, el más difícil y el mejor

Tras la polémica del mundial 1990, Ayrton Senna logró su tercer título de Fórmula 1 tras una dura lucha contra Williams y Nigel Mansell. Así se coronó.

Ayrton Senna, McLaren MP4/6

Foto de: Sutton Motorsport Images

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La lucha por el campeonato de Fórmula 1 en 1991 no es tan famosa como las polémicas temporadas que le precedieron, pero se podría argumentar que fue el mejor mundial de Ayrton Senna.

Antes, en 1989 y 1990...

A menudo se recuerda de ese año que se decidió por las cuatro victorias de Senna con McLaren al principio de la temporada, conseguidas mientras Williams sufría por la falta de fiabilidad.

Ese comienzo sentó una base sólida para el brasileño, ya que después de cuatro carreras Senna tenía 29 puntos de ventaja sobre el segundo y 34 sobre Nigel Mansell, que después se convirtió en su principal rival. Pero la batalla fue más dura de lo que se sugiere, y requirió una fuerte respuesta después de las tres victorias consecutivas de Mansell que le acercaron a la cabeza del campeonato.

El Williams-Renault surgió como un fuerte rival del McLaren-Honda. Ya en la segunda carrera en Interlagos, Mansell persiguió a Senna con un gran ritmo, marcando la vuelta rápida, antes de abandonar por problemas de la caja de cambios semiautomática de su FW14. Incluso entonces, Senna se vio obligado a realizar una de sus mejores carreras, llevando su MP4/6 a la meta en sexta marcha mientras el Williams de Riccardo Patrese se acercaba.

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Patrese, que completó una de sus mejores temporadas a pesar de sus malas salidas, lideró brillantemente en mojado en Imola hasta que sufrió un problema de electrónica. Eso permitió un doblete de McLaren, con Senna por delante de Gerhard Berger.

Senna dominó en Mónaco, pero también allí Mansell puntuó por segunda vez en 1991 con un segundo puesto. Luego, Williams se clasificó primero y segundo en Canadá, con Patrese en la pole. Mansell habría ganado la carrera sin el tremendo fail que se marcó en la última vuelta (aquí), que dio a Nelson Piquet su 23ª y última victoria en el campeonato del mundo.

Ayrton Senna, McLaren MP4-6 Honda, GP del Brasile del 1991

Ayrton Senna, McLaren MP4-6 Honda, GP del Brasile del 1991

Sin embargo, el ataque de Williams continuó en México. Tratando de igualar a los FW14, Senna se estrelló en la temible Peraltada, mientras Patrese volvió a superar a Mansell por la pole. Ayrton terminó la carrera tercero, a 57 segundos del ganador Patrese, que lideró un doblete de Williams.

"A menos que cambiemos nuestro equipo muy rápido, vamos a tener problemas más adelante en la temporada", advirtió Senna cuando solo estaban en la sexta carrera, de 16 en total, de la temporada.

Mansell apretó el acelerador y sumó tres victorias en los Grandes Premios de Francia, Gran Bretaña y Alemania. Sorprendentemente, Senna se quedó sin combustible tanto en Silverstone como en Hockenheim, gracias en parte a lecturas de consumo inexactas debido a los cambios en la especificación del combustible, aunque sumó puntos al ser cuarto en Gran Bretaña.

De repente, el control de Senna en el campeonato parecía menos firme. "Como paquete, ellos son mejores que nosotros en este momento”, dijo el sudamericano en Silverstone, carrera a la que McLaren llevó hasta cinco coches.

En varios grandes premios, Honda proporcionó más de una especificación de motor y Shell aportó múltiples combustibles mientras el equipo intentaba frenar la combinación Williams-Renault-Elf.

Pero no cabe duda de que a mediados del curso, Williams tenía el coche más rápido. A falta de siete carreras, Mansell estaba a sólo ocho puntos de Senna, y el equipo británico había superado a McLaren en la tabla de constructores.

“Estamos esperando introducir mejoras pronto”, dijo Senna en Hockenheim. "Para alcanzar a los Williams necesitamos mucho más de lo que vamos a tener y lo necesitamos rápido porque el campeonato sigue abierto. No podemos competir con el rendimiento que tienen los Williams-Renault ahora mismo”.

Todo eso llevó a que Senna aumentara la presión sobre McLaren y, en particular, sobre Honda. Desde su temporada con Lotus en 1987, el brasileño y la marca japonesa habían disfrutado de una relación especial y, para ayudar, la compañía nipona respondió con un V12 revisado para el GP de Hungría disputado en agosto.

Ayrton Senna, McLaren MP4-6 Honda

Ayrton Senna, McLaren MP4-6 Honda

El fin de semana de Hungaroring, que tuvo lugar pocos días después de la muerte del fundador de Honda, Soichiro Honda, fue crucial. Senna no había conseguido una pole desde Mónaco en mayo, pero superó al dúo de Williams con una vuelta soberbia para lograr una increíble ventaja de 1.2 segundos.

Esa fue quizás una de las grandes actuaciones de Senna en clasificación, pero también se vio favorecido por la capacidad del nuevo motor Honda de llegar a las 14.800 revoluciones en ráfagas cortas.

Eso quizás ayude a explicar por qué, utilizando los llamados supertiempos, el McLaren MP4/6 resultó ser el coche más rápido de 1991. Los supertiempos se basan en la vuelta individual más rápida de cada coche en cada fin de semana de carrera, expresada como un porcentaje de la vuelta individual más rápida en general (si ese coche logra el mejor tiempo, es el 100,000%) y se hace la media a lo largo de la temporada. Y esos datos normalmente son en la clasificación, no en el ritmo de carrera.

Aunque son un dato que no es la verdad absoluta, los supertiempos dan una representación razonable de la velocidad relativa de cada equipo en un año determinado. El impulso casi ilimitado utilizado por los turbo a mediados de la década de los 80 es un ejemplo de esto, pero el desarrollo del V12 de Honda podría considerarse una versión más suave.

Los resultados de principios de temporada, la destreza de Senna a una vuelta y la capacidad del motor Honda de última generación para producir más potencia en tandas cortas hicieron que el ritmo de clasificación del McLaren -y por tanto sus datos de supertiempos- fuera mejor que su competitividad en carrera.

A lo largo de la temporada, el MP4/6 fue un 0,27% más rápido que el FW14 utilizando los supertiempos, aunque se podría argumentar que el Williams fue el coche más rápido en las carreras desde el GP de Canadá de junio hasta el GP de España a finales de septiembre, antes de que los desarrollos de McLaren lo pusieran en una posición más igualada para las últimas carreras en Japón y Australia.

Ese periodo abarca 10 de las 16 carreras de la temporada, y Williams ganó siete de ellas. De manera crucial, Senna ganó dos de las tres restantes, y a final de año había sumado el triunfo en siete de los ocho grandes premios en los que Williams no tenía una clara ventaja (el otro se lo regaló a su compañero). El recuento final fue de 8-7 a favor de McLaren. Senna y su equipo sacaron claramente más partido a lo que tenían que Mansell y Williams, que no lograron convertir en puntos toda su ventaja.

La primera de las victorias a contracorriente de Senna llegó en Hungría. Aprovechó esa pole para mantener a raya a Patrese en el inicio de la carrera. Tras perseguir a Senna durante 44 vueltas, Patrese se apartó para que Mansell atacara al McLaren, pero tampoco pudo superar la barrera defensiva del vigente campeón del mundo ni la nueva velocidad en recta del Honda V12. El ímpetu de Mansell se había frenado.

"Fue la primera vez desde Mónaco que sentí que estaba en una carrera que podía ganar”.

Senna y el Ferrari de Alain Prost mantuvieron a Williams fuera de la primera fila en Spa, y la victoria más afortunada de Senna de la temporada llegó al día siguiente. El motor de Prost se incendió al principio, Mansell tuvo problemas eléctricos y Jean Alesi tuvo un fallo en el motor Ferrari mientras corría por delante de Senna. Mientras Senna tenía problemas con la caja de cambios, el Jordan de Andrea de Cesaris se convirtió en una amenaza, pero reventó su motor a tres vueltas del final.

Esas dos victorias en agosto ampliaron la ventaja de Senna sobre Mansell a 22 puntos, pusieron a McLaren de nuevo por delante en la tabla de constructores y fueron un golpe sobre la mesa. E hizo que Williams tuviera que vencer a Senna en cada una de las cinco rondas restantes, con Patrese entre Mansell y el McLaren en al menos una carrera gracias al (entonces nuevo) sistema de puntuación 10-6-4-3-2-1 (solo sumaban los seis primeros).

Nigel Mansell, Williams, Ayrton Senna, McLaren

Nigel Mansell, Williams, Ayrton Senna, McLaren

Mansell hizo lo que tenía que hacer en Monza a pesar de haberse clasificado segundo, detrás de Senna, poniéndose a la cabeza a falta de 20 vueltas para el final y mantuvo vivas sus esperanzas para el campeonato.

Parecía que todo sería similar en Portugal después de que una salida agresiva le hiciera saltar de la cuarta a la segunda posición. Patrese jugó a favor del equipo y dejó que Mansell le adelantara tras liderar los primeros giros, pero entonces llegó el desastre.

No fue la última vez que el Williams falló en el pitlane, y la rueda trasera derecha de Mansell se soltó cuando regresó a pista. Patrese ganó, pero Senna terminó segundo y amplió su ventaja a 24 puntos a falta de solo 30 por repartirse en las tres últimas citas.

Mansell ganó de forma brillante en el GP de España, con un famoso mano a mano con Senna, a milímetros de distancia, aunque su adelantamiento a Berger por el liderato probablemente estuvo cerca de un nuevo KO.

Ese sábado, Senna no estuvo a la altura de las circunstancias, con un espectacular trompo a la salida de la última curva, lo cual sólo le permitió clasificarse en quinto. Fue quizás la única carrera de 1991 en la que Senna regaló puntos, pero aún así tenía una ventaja de 16 unidades a falta de dos citas.

Superar a McLaren en el terreno de Honda en Suzuka iba a ser difícil, como demuestra el hecho de que Berger aventajara a Senna en la clasificación. Mansell se quedó a 0.222s de la pole en la tercera plaza, con casi dos segundos de ventaja sobre Patrese. Senna permitió que Berger se escapara en los primeros compases del GP de Japón, frustrando los intentos de Mansell por adelantarlo.

Cuando Mansell se salió en la curva 1 y detuvo su Williams en la grava, el título ya era de Senna. El brasileño cedió la victoria a Berger en la última vuelta, y luego ganó el gran premio más corto de la historia del campeonato del mundo bajo el diluvio en Adelaida.

Recuerda esa carrera:

"No fue una carrera como tal, en absoluto, sólo era cuestión de mantenerse en el circuito, era imposible", dijo Senna en Australia para sellar una temporada con siete victorias y un margen de 24 puntos sobre Mansell.

"En general, Ayrton tuvo un poco más de suerte en el aspecto de la fiabilidad, pero al final hizo el trabajo de manera correcta y es campeón del mundo", dijo Berger, que terminó cuarto en la tabla, con menos de la mitad de la suma de Senna.

Con el título asegurado, Senna admitió en Suzuka que había eliminado deliberadamente a Prost en la carrera de 1990, pero también señaló que la batalla de 1991 había sido más limpia y satisfactoria.

"Ha sido emocionante para mí", dijo Senna. "Fue un campeonato triste el de 1990. En 1991 hicimos un campeonato limpio. Fue un campeonato técnico y deportivo y espero que sea un ejemplo, no sólo para mí, sino para todos los que compiten en la F1”.

También fue un año en el que Senna consiguió casi todos los puntos que su coche le permitió. Alguien que sea un duro crítico del piloto podría argumentar que el inusual estilo de conducción de Senna con el acelerador a fondo contribuyó a que se quedara sin combustible en Gran Bretaña y Alemania -Berger se quedó sin él después de la línea de meta-, pero realmente sólo en el GP de España Senna regaló puntos, terminando quinto cuando debería haber sido segundo o tercero.

También Senna fue una pieza clave para impulsar a McLaren y Honda detrás de los focos, al tiempo que exprimía al máximo el coche que tenía en cada una de las carreras.

En 1988, Senna ganó el mundial porque en esa época se tenían en cuenta solo los mejores resultados (de hecho Prost había sumado 105 puntos y Senna 94), y su corona de 1990 quedará para siempre empañada por el accidente de Suzuka. Pero su 1991 fue brillante, y relativamente libre de polémicas en la pista.

Sus legendarios esfuerzos de 1993 contra el muy superior Williams-Renault son más famosos, pero la exitosa campaña de Senna en 1991, luchando contra el ascenso de esa misma combinación, es comparable con aquella y debería considerarse como uno de los mejores títulos de la historia de la F1.

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Ayrton Senna, McLaren MP4/6 Honda

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