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Monisha Kaltenborn admite errores con Giedo

La directora del equipo Sauber señaló que fue un "shock".

Monisha Kaltenborn,director del Sauber Team con la prensa

Monisha Kaltenborn,director del Sauber Team con la prensa

XPB Images

Giedo van der Garde, espera para entrar en el paddock
Giedo van der Garde, entra en el garaje Sauber
Giedo van der Garde, en el paddock

La directora ejecutiva del equipo Sauber, Monisha Kaltenborn, por fin rompió el silencio luego del pleito legal que perdieron ante el piloto holandés Giedo van der Garde y ella admitió que cometió “errores”.

El conflicto legal que al final le costará a Sauber 15 millones de euros en pago de indemnización para Van der Garde levantó la crítica de diversos reporteros quienes cuestionaron que no estaba lista para el puesto y llevar en buen camino la casa que fundó Peter Sauber.

Ahora, tras una semana de alcanzar al acuerdo, Kaltenborn admitió en su primera entrevista que el caso que afrontó en la corte del estado de Victoria y en el paddock fue un “shock”.

“Cuando te sientas en un tribunal australiano y escuchas la palabra cárcel, es un shock”, dijo la directora de 43 años al periódico suizo Sonntagsblick.

La primera mujer directora de la Fórmula Uno, de origen indio pero nacida en Austria, admitió que la historia pudo haber tomado otro giro si Giedo van der Garde hubiera obtenido su súper licencia para manejar en el Gran Premio de Australia, situación por la cual no logró subir al monoplaza en la jornada del viernes.

“Si la hubiera conseguido, hubiera intentado todo para manejar”, indicó Monisha.

En ese caso cualquiera de sus dos pilotos titulares: el brasileño Felipe Nasr o el sueco Marcus Ericsson hubieran tenido que haber cedido su asiento y hubiera significado una fuerte pérdida económica. Por ejemplo, el Banco do Brasil aportó más de 25 millones de euros porque el coche de Sauber tuviera sus colores, mientras que Ericsson también aportó una fuerte cantidad para la temporada 2015.

Ante este problema, ella admitió que “sí, cometí errores y estaba demasiado confiada y me castigaron con amargura”.

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