El semáforo del GP de Hungría 2018 de F1
Destacamos lo mejor, lo peor y lo regular de la última carrera antes de las vacaciones, la del GP de Hungría 2018 de F1 en Budapest.
Lewis Hamilton, Mercedes-AMG F1 y Valtteri Bottas, Mercedes-AMG F1 en el drivers parade
Mark Sutton / Motorsport Images
Verde
Tras lo de Hockenheim y viendo cómo la lluvia en clasificación empapó el favoritismo de Ferrari, resulta inevitable pensar que Hamilton tiene la suerte del campeón mientras fabrica su quinto título. Sin embargo, sobre mojado sacó ese plus que tiene y que le hace, como tantas otras virtudes, un piloto muy especial.
El sábado ganó media carrera y el domingo solo tuvo que evitar problemas en la salida, no cometer ningún error y gestionar bien las gomas para poder alargar su primer stint con ultrablandos y mantenerse lejos de su rival, un Vettel que remontaba con otra estrategia y que solo pudo minimizar daños en un circuito donde las cosas estaban llamadas a ser muy diferentes para Ferrari.
Hamilton parece tener suerte en un momento clave del año, sí, pero la suerte hay que aprovecharla y lo está bordando. Líder más que justo de un mundial al que aún le quedan nueve carreras pero que parece ir tomando color cuando la F1 se marcha de vacaciones. Una fiesta de las suyas se puede pegar el inglés antes de Spa, se la merece.
Amarillo
El futuro de Carlos Sainz, ahora que Renault parece obsesionado con fichar a Ocon, parece incierto. El madrileño necesita más que nunca destacar para recordar a todas las escuderías de la Fórmula 1 que su talento merece quedarse muchos más años en la máxima categoría. Así lo hizo el sábado, en lluvia, sin la posibilidad de tener un segundo intento con nuevos neumáticos como si tuvieron sus rivales.
Salía quinto y, de primeras, extrañó verle arrancar con blandas frente a las ultrablandas del resto (salvo Vettel) de pilotos del top 10. Como era de esperar, perdió tres posiciones ante pilotos con mejor agarre, pero eso no sería lo peor. Renault le mandó parar antes que otros que llevaban un compuesto más blando, y mucho antes que quienes iban en su misma estrategia. Tuvo que entrar y cayó en tráfico a pesar de que llevaba buen ritmo, una decisión incomprensible.
No, no hay conspiración, pero Renault le puso dos trabas en un domingo en el que, con sus manos y las características del circuito, bien podría haberse acercado a su mejor resultado en la F1. Suerte, Carlos, la vas a necesitar.
Rojo
Bottas se quedó a cinco vueltas de hacer buena una estrategia muy arriesgada de una sola parada entrando pronto. Se cubrió de Raikkonen entrando un giro después y, mientras el de Ferrari tuvo que hacer un segundo cambio de gomas, él llegó hasta el final, aunque acabó como acabó.
No tuvo espacio en el incidente con Vettel y por tanto no se le puede culpar de nada, pero la maniobra con Ricciardo es digna de sanción (como recibió) y nubla un domingo en el que había hecho un gran trabajo de equipo manteniendo detrás a Vettel y Raikkonen, facilitando la victoria de su compañero. Le molestó que su jefe le llamara "escudero", pero no demuestra ser nada más. Superado por Hamilton en todos los momentos clave, o acepta ese rol o asume que su lugar no está en el mejor equipo.
Los 10 momentos destacados del GP de Hungría 2018 de F1
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