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Las 10 mejores actuaciones en lluvia en la historia de la F1

Una de las muchas maneras de medir a los grandes pilotos es su rendimiento bajo la lluvia, cuando las manos marcan la diferencia. Este es nuestro top 10, abierto a debate. ¡Danos tu opinión!

Ganador Michael Schumacher, Ferrari, Jacques Villeneuve, Williams

Foto de: Sutton Motorsport Images

Muchos grandes premios de la Fórmula 1 se han visto afectados por la lluvia a lo largo de su historia, y seleccionar las carreras de esta lista no fue una tarea fácil e implicó una extensa investigación, así como hablar con algunas de las personas involucradas. También decidimos usar las redes sociales para averiguar lo que el público piensa y los resultados ofrecen una lectura interesante y bastante diferente. Admitimos de antemano que alguien echará de menos a Fernando Alonso o Max Verstappen en esta lista, por eso te invitamos a darnos tu opinión.

La única regla para nuestra lista fue que cada piloto solo podía aparecer una vez. Eso implicó elegir entre el GP de Portugal de 1985 y la victoria más famosa de Ayrton Senna en Reino Unido, el GP de Europa de 1993 en Donington Park. En nuestra opinión, la de Portugal se logró con un monoplaza más complicado. La principal oposición de Senna en Donington, principalmente el difícil (en esas condiciones) Williams FW15C del novato Damon Hill y Alain Prost (que hizo siete paradas en boxes), también fue menor de la que Senna sufrió ocho años antes. Pero no hay duda de que Donington fue una de las mejores carreras de F1 de todos los tiempos y es una de las victorias más conocidas en condiciones de mojado.

El top 10: las mejores carreras de Fórmula 1 bajo la lluvia, ¡vaya pilotos!

10. Damon Hill, GP de Japón de 1994, Williams FW16

 

A pesar de no ser considerado uno de los grandes por muchos, Damon Hill tuvo un buen historial en carreras en mojado. El GP de Brasil de 1996, a menudo olvidado, en el que superó al Ferrari de Michael Schumacher, es un ejemplo, pero la carrera en Suzuka en 1994 es el evento que el piloto mismo escoge como su mayor éxito en esas condiciones.

"Fue la carrera más intensa de mi vida", recuerda Hill.

No solo las condiciones en torno a uno de los grandes circuitos del mundo fueron desafiantes, Hill también se enfrentó a Schumacher cuando su pelea por el título se acercaba a su clímax. El piloto de Williams llegó a Japón cinco puntos por detrás y necesitaba vencer a Schumacher para tener una oportunidad realista en el GP de Australia.

"Era cuestionable si la carrera debería haber comenzado", escribió entonces el redactor de Autosport Bruce Jones. "Y aún más cuestionable, si debería haberse permitido que continuara después de que los coches comenzaron a patinar por todos lados”.

Schumacher venció a Hill en la lucha por la pole y mantuvo el liderato en la salida. Después de solo dos vueltas, estaban nueve segundos por delante del tercero, Johnny Herbert. A medida que la lluvia se intensificó, los monoplazas comenzaron a patinar, incluido el Benetton de Herbert.

Un coche de seguridad redujo la velocidad de los competidores unas vueltas antes de que Schumacher liderara una vez más, alejándose rápidamente del británico de Williams. Fue entonces cuando el McLaren de Martin Brundle se salió y golpeó a un comisario. Finalmente, la carrera fue detenida, cuando Schumacher contaba con una ventaja de 6,9 segundos.

La carrera se reinició después y en esa ocasión Hill se colocó cerca de Schumacher, tomando la delantera cuando el Benetton se detuvo en la primera de sus dos paradas en boxes. A media distancia, Hill hizo su única detención y montó tres neumáticos nuevos, ya que su neumático trasero derecho no se pudo sacar. El Williams regresó al frente e inicialmente extendió su ventaja.

Pero en la vuelta 36 (de 50), Schumacher se acercó a Hill. La carrera parecía resuelta, pero después Schumacher realizó una segunda parada, una estrategia que le complicó la vida al alemán.

Al volver a pista, el alemán redujo la distancia, pero no lo suficiente. A pesar de que Hill tenía una goma más desgastada, llegó a la última vuelta con una diferencia de 2,5 segundos y la extendió en los metros finales para lograr la novena victoria en su carrera.

"Lo que había que hacer para mantener viva la pelea por el título exigió más compromiso que nunca antes", dijo Hill. "Suzuka es uno de los circuitos más difíciles para cualquier piloto. El desafío es enorme, pero la satisfacción que la gente siente al recorrerlo es más grande aún".

 

En 1983, la armada de los motores turbo casi había abrumado al Cosworth DFV aspirado. Keke Rosberg había triunfado en una dramática y extraña campaña de 1982, pero la potencia de los turboalimentados era cada vez más lo que se requería para tener éxito.

Los circuitos urbanos ofrecieron esperanza a los pilotos del DFV, como el equipo Williams de Rosberg, pero la clasificación de Mónaco no pareció prometedora. A pesar de realizar su mejor sesión clasificatoria, Rosberg solo pudo acabar quinto, 1,5 segundos detrás del Renault de Alain Prost, que logró la pole. Sin embargo, estuvo tres lugares y fue 1,4 segundos más rápido que el siguiente DFV, el de su compañero de equipo, Jacques Laffite.

La lluvia de la mañana dejó la pista mojada, pero se fue secando antes de la carrera, dejando el debate clásico de qué neumáticos montar. La mayoría de los pilotos con motores turbo, tal vez de manera predecible, eligieron los de mojado. Williams optó por slicks, pero ¿podría Rosberg mantenerse con los líderes en las primeras vueltas?

El finlandés respondió a la pregunta colocándose en el segundo lugar en Santa Devota. Rosberg luego pasó a Prost en la vuelta dos, situándose 1,7 segundos por delante.

Mientras otros iban a boxes para colocar neumáticos de seco, Rosberg continuó alejándose, y Laffite se colocó segundo. Un poco más de 30 segundos separaban a los dos Williams a un tercio de la distancia de carrera, con el siguiente mejor competidor a casi tres cuartos de minuto de diferencia.

"Tal fue su agresividad y control que, en una pista muy húmeda, le permitió dejar atrás a los turbos”, dijo Nigel Roebuck entonces en Autosport. "Eso fue un campeón del mundo mostrando su valía".

Entonces, Rosberg comenzó a sufrir con el motor y Laffite surgió como amenaza. Pero el francés todavía tenía casi 20 segundos de desventaja cuando los problemas de la caja de cambios le obligaron a abandonar después de 53 de las 76 vueltas.

Eso dejó al Williams #1 a más de un minuto por delante de Prost y Nelson Piquet, aunque Rosberg estaba sufriendo para mantenerse en carrera.

"Se había visto debilitado por un virus y sus manos estaban terriblemente llenas de ampollas por el volante", dijo Roebuck. Pero Rosberg se mantuvo para ganar por 18,5 segundos gracias a su "osadía y coraje".

 

"Presentamos a una nueva estrella de la F1", escribió Autosport después de la primera victoria de Sebastian Vettel en su gran premio 22 en Fórmula 1. La temporada 2008 de Toro Rosso fue una de las mejores de su historia, pero aun así el equipo, anteriormente conocido como Minardi, apenas conseguía puntos y no era un aspirante al podio.

La lluvia durante la clasificación en Monza permitió que Vettel explotara el STR3 con motor Ferrari y logró una pole position excepcional. Todavía estaba mojado el día de la carrera, pero la expectativa era que los coches más rápidos, como el McLaren de Heikki Kovalainen que comenzaba en la primera fila, demostrarían ser demasiado fuertes en las 53 vueltas de la carrera.

Todo comenzó detrás del coche de seguridad y Vettel mantuvo el liderato por delante de de Kovalainen cuando las cosas se pusieron en marcha, para de inmediato alejarse.

Fue "un caso de estudio sobre cómo brillar sobre mojado en el equilibrado Toro Rosso", según Mark Hughes, de Autosport. "Vettel conducía desinhibido, como si no tuviera nada que perder, deslizándose como lo hizo en la clasificación".

Vettel sobrevivió desde el principio y aún lideraba después de la primera ronda de paradas. Kovalainen parecía golpeado, pero su compañero de equipo era otro asunto. A media distancia, Vettel tenía a Lewis Hamilton, que no se había detenido, en sus espejos, con el de McLaren remontando después de haber arrancado 15º.

Después, Hamilton entró en boxes y colocó neumáticos de lluvia extrema ante la anticipación de McLaren de un importante cambio en el cielo. Este fue un momento crucial. Si volvía a llover, Hamilton podría quedarse con esos neumáticos hasta el final, mientras que Vettel necesitaría otra parada. Pero la lluvia se mantuvo alejada, lo que obligó a Hamilton a ingresar a por los intermedios.

Por lo tanto, Vettel hizo su segunda visita programada sin perder el liderato y cruzó la meta con 12,5 segundos de ventaja sobre Kovalainen para convertirse en el ganador más joven de la F1 hasta ese momento.

"Sin Sebastian en el coche, esta victoria no hubiera sido posible", dijo el director técnico de Toro Rosso, Giorgio Ascanelli.

"Fue un día increíble, con un paquete que no debía estar cerca del podio", dijo Vettel años después. "Estoy extremadamente orgulloso de haber sido parte de ese día milagroso".

Más de ese GP de Italia:
Graham Hill, BRM P57

Graham Hill, BRM P57

El GP de Alemania de 1962 en Nurburgring es algo así como una joya olvidada, y fue el escenario de una de las mejores actuaciones de Graham HillAutosport lo describió como "una de las mejores carreras jamás vistas en el famoso circuito alemán".

En los entrenamientos libres hubo drama cuando el nuevo BRM de Hill naufragó en un accidente a alta velocidad causado por una cámara de televisión on board que se descolgó del Porsche del holandés Carel Godin de Beaufort. Hill escapó ileso, pero tuvo que cambiar a un P57 más viejo para el resto del fin de semana.

"Hill, Surtees y Gurney ofrecieron una conducción al más alto nivel, los tres dieron una demostración inmaculada de conducción en un circuito mojado", escribió Gregor Grant en Autosport.

El día de la carrera, el inicio se pospuso más de una hora debido a las terribles condiciones que causaron deslizamientos de tierra. Dan Gurney, el hombre de la pole, lideró inicialmente, pero en la vuelta tres de las 15 pactadas, Hill tomó la delantera. El Lola de John Surtees le arrebató la segunda posición dos giros más tarde, pero los tres permanecieron en batalla.

Además de la presión de los dos detrás, Hill también tuvo que lidiar con un extintor suelto, aunque no era el único con problemas.

"La batería del coche se rompió y se movió alrededor del pie con el que presionaba el embrague", dijo Gurney en una entrevista en 2015.

El Porsche perdió terreno, pero luego regresó al ataque. Atrapó a Surtees, pero no pudo encontrar el camino. El BRM líder tenía más velocidad en recta que el Lola, pero Surtees creía que había encontrado una manera de ganar conforme la carrera llegaba al final.

"Calculé que podría trazar la rápida curva a la derecha que conduce a la recta principal mejor que Graham", dijo Surtees en 2014. "Pensé que podría cruzar esa curva y luego ensanchar mi coche. ¡En la última vuelta estuve ahí y salí, y frente a mí estaba otro maldito Porsche! Tuve que soltar, y eso fue todo".

Después de casi 2h40, Hill recibió la bandera a cuadros con solo 2,5 segundos de ventaja ante Surtees, con Gurney 1,9 más atrás. Durante una entrevista posterior a la carrera, Hill la describió como la más reñida de su historia.

 

"Sorpresiva victoria para BRM y Beltoise en Mónaco", decía la portada de Autosport, y ese titular podría considerarse que subestimaba la carrera de 1972. Antes de la cuarta ronda del campeonato, el mejor resultado de BRM había sido noveno. Incluso después de eso, Beltoise no conseguiría más allá de un octavo en el resto de la temporada.

El francés ya había brillado en pista mojada antes, sobre todo subiendo del 16º al segundo en el GP de Holanda de 1968 con Matra, pero no hay duda de que esta fue una de las mejores actuaciones en la historia de la F1.

Jean-Pierre Beltoise fue uno de los cinco BRM inscritos para la carrera, ​​y fue el mejor clasificado en cuarto lugar, aunque 1,1 segundos más lento que la pole del Lotus del contendiente al título Emerson Fittipaldi. Los Ferrari de Jacky Ickx y Clay Regazzoni completaron los tres primeros puestos en una sesión en seco.

Aunque el trío líder también fue rápido en los entrenamientos en lluvia, fue Beltoise quien se metió en la delantera al comienzo de una carrera con un circuito terriblemente mojado. Y luego el BRM simplemente se alejó, cinco segundos por delante después de tres vueltas.

Cuando Regazzoni y Fittipaldi cometieron pequeños errores en la vuelta 5, Ickx escaló a la segunda posición. Parecía más capaz de igualar el ritmo del líder, pero la distancia se hizo visible a medida que los de delante avanzaban entre el tráfico en condiciones de baja visibilidad.

"Beltoise continuó conduciendo con confianza inspirada", escribió Patrick McNally en la crónica de Autosport. "Pasó a la gente por la izquierda, por la derecha y por el centro y estaba dispuesto a poner un par de ruedas por fuera si la situación lo exigía".

Jackie Stewart, que se había clasificado octavo, estaba comenzando a mostrar signos de los problemas médicos que le impedirían comenzar el siguiente GP en Bélgica, pero fue el piloto más rápido de Goodyear en un día en que Firestone tuvo ventaja.

El Tyrrell alcanzó el tercer lugar a mitad de carrera y atrapó a Ickx, pero un trompo al tratar de pasar el Ferrari redujo las posibilidades del escocés. Finalmente cayó al cuarto con problemas de motor.

A pesar de un susto salvaje en Portier, Beltoise se mantuvo en cabeza y recibió la bandera a cuadros con 38,2 segundos de ventaja sobre Ickx. Todos los demás fueron doblados y la mejor vuelta de Beltoise fue 0,6 segundos más rápida que cualquier otro competidor.

Beltoise solo lograría un podio más en su carrera en el mundial de F1, pero eso solo se suma a la sensación de que su inspirada victoria en Mónaco fue el mejor de sus días.

 

"Son las actuaciones de ese calibre las que hacen leyendas", dijo Autosport después de lo que podría decirse que fue la actuación más dominante de Lewis Hamilton en la F1.

Después de un par de malas carreras, incluido su infame error en el pitlane en Canadá, Hamilton había caído al cuarto lugar en la general y necesitaba un buen fin de semana. El británico tuvo problemas en la sesión de clasificación en seco, pero tuvo un comienzo fantástico desde la segunda fila y casi superó a su compañero de equipo y al poleman Kovalainen en Copse, un momento en el que los dos McLaren se tocaron ligeramente.

Mientras manos experimentadas como Mark Webber y Felipe Massa trompearon en la primera vuelta sobre mojado, Hamilton presionó a su compañero de equipo. Claramente más rápido, Hamilton logró pasar en Stowe en la vuelta cinco cuando Kovalainen le facilitó las cosas.

A pesar de tener problemas con una visera empañada que tenía que ir limpiando, Hamilton fue más rápido y cuidadoso con sus neumáticos, y aunque logró ganar distancia se enfrentó a un nuevo ataque de su compañero de equipo cuando salió segundo y el Ferrari de Kimi Raikkonen comenzó a cerrar la diferencia con los de Woking.

Los dos líderes fueron a boxes juntos, mientras Ferrari mantuvo a Raikkonen en el mismo juego de intermedios, a lo que McLaren respondió dándole a Hamilton un nuevo set. Cuando salieron, la lluvia volvió, jugando a favor de las manos de Hamilton: los nuevos intermedios eran mejores que los viejos cuando aumentaron los niveles de agua, mientras Raikkonen estaba a 22 segundos detrás solo cinco vueltas después de las paradas.

Esa fue la última vez que alguien vio a Hamilton, a pesar de un breve susto en Abbey, cuando la lluvia se intensificó nuevamente. En las segundas paradas, McLaren instaló nuevos intermedios en un momento en que los más rápidos en la pista estaban con neumáticos para lluvia extrema.

Durante un tiempo, Hamilton fue tres segundos más lento que el mejor con neumáticos de lluvia extrema, pero mucho más rápido que otros con intermedios. No tuvo que detenerse de nuevo para cambiar a medida que la pista se secaba, por lo que su ventaja solo creció.

El resultado fue que Hamilton superó a todos y acabó 1:08.6 por delante del BMW Sauber del segundo clasificado, Nick Heidfeld.

"Elegir mi carrera favorita de todos los tiempos no es tan fácil, pero ese fue un fin de semana increíble", dijo Hamilton en una entrevista con Mercedes a finales de 2016. "La gente trompeaba por todos lados. Pude ver a los fans de pie, animándome. Ese fue uno de los mejores momentos de mi carrera".

 

Jim Clark tenía varias opciones para entrar en esta lista, pero su victoria por casi cinco minutos en una pista que no le gustaba es digna de recordarse. Es cierto que con el Lotus 25 era el mejor coche, y las regulaciones de 1.500cc de la época no eran las más desafiantes de la F1, pero el circuito original de Spa-Francorchamps, de 14 kilómetros, seguía siendo temible.

La clasificación no fue la mejor para él y fue octavo, pero tuvo un arranque fantástico, tan bueno que el personal del equipo y los espectadores que estaban parados al lado de la pista tuvieron que moverse mientras giraba a la derecha.

El BRM de Graham Hill inicialmente se quedó con Clark, pero el Lotus pronto comenzó a desaparecer en condiciones de mojado. Después de cinco vueltas, estaba ocho segundos por delante. Cuando los problemas con la caja de cambios pusieron punto y final a la carrera de Hill justo después de la mitad de la distancia de 32 vueltas, la ventaja de Clark se convirtió en un minuto y medio.

"Clark comenzó una de esas películas para la historia: tras haber arrancado desde la tercera fila estaba en el primer lugar", escribió Grant.

En la vuelta 24, el GP de Bélgica se convirtió en una carrera completamente en mojado cuando el cielo se desplomó con fuertes rayos que crearon un clima apocalíptico. Los tiempos de vuelta pasaron de cuatro minutos a seis y la ventaja de Clark creció aún más.

Las condiciones eran tan malas que el fundador de Lotus, Colin Chapman, y el jefe de tecnología de BRM, Tony Rudd, pidieron que se detuviera la carrera. Su solicitud fue rechazada.

En un momento, Clark superó al segundo clasificado, Bruce McLaren, pero el Cooper se adelantó antes a la bandera a cuadros, por lo que el margen ganador del Lotus fue 'solo' de 4:54. Para poner las condiciones en perspectiva, la velocidad media de Clark fue de solo 181 km/h, el GP de Bélgica más lento desde 1953, cuando el campeonato mundial se regía por las regulaciones de Fórmula 2.

 

"El hombre milagro de Ferrari", se leyó en Autosport después de que Michael Schumacher lograra su primera victoria con el equipo italiano en Barcelona.

Ante la falta de ritmo en seco (Schumacher fue casi un segundo más lento que el Williams del poleman, Damon Hill) Ferrari optó por configuraciones totalmente para pista mojada: carga aerodinámica máxima y suspensiones más blandas. Aun así, el F310 había demostrado en el pasado ser complicado de controlar bajo la lluvia.

Williams y Benetton, algo sorprendente, optaron por configuraciones de seco esperando que las condiciones mejoraran, pero Schumacher tuvo un comienzo terrible. Era sexto al final de la primera vuelta, a pesar de haber comenzado a recuperar terreno.

"Pisaba el embrague y no había nada", dijo Schumacher. "Casi me detuve, luego lo intenté de nuevo, solo tenía un embrague de encendido/apagado por alguna razón".

A partir de entonces, sin embargo, "estableció un ritmo completamente más allá de cualquiera de sus rivales", según escribió Roebuck. Eddie Irvine, de Ferrari, se salió en la segunda vuelta, y Hill tuvo la primera de tres excursiones dos vueltas después.

Schumacher superó al Benetton de Gerhard Berger en la vuelta cinco para colocarse tercero, luego persiguió al otro B196 de Jean Alesi, a quien pasó en la curva 5 en la vuelta 9. En el giro 12, Schumacher se deshizo del líder Jacques Villeneuve en el mismo lugar, y después de solo dos vueltas y media estaba a más de 10 segundos de distancia.

"Los movimientos fueron elegidos exquisitamente, y todo lo que Schumacher tuvo que hacer después fue mantener su concentración", escribió Roebuck.

Schumacher hizo eso y nunca perdió la ventaja durante las dos paradas en boxes. Incluso con el motor V10 Ferrari perdiendo potencia intermitentemente (en ocho o nueve cilindros) no cedió.

Más que cualquier otro piloto, Schumacher experimentó con diferentes trazadas y se sintió feliz buscando agarre en los bordes del circuito. Ganó por 45 segundos en un día que más de la mitad de la parrilla sufrió un accidente.

"Fue una de las mejores carreras en mojado en la historia, digna de comparación con las actuaciones de Ayrton Senna en Estoril en 1985 o Donington en 1993", dijo Autosport.

Incluso el ingeniero de Williams James Robinson estaba impresionado: "Al mirar el Ferrari, no creo que el coche fuera brillante. Parecía que estaba sobre hielo. El tipo es simplemente otra cosa. Fue bastante sorprendente".

Más de esa carrera:

 

El GP de Europa de 1993 es el más famoso, pero el propio Ayrton Senna calificó como más sobresaliente su primera victoria en el mundial de F1. Dada su inexperiencia en ese momento, la falta de control de tracción y la naturaleza difícil del Renault-Turbo 1985, estamos de acuerdo.

Senna ya había demostrado su destreza en lluvia en el GP de Mónaco de 1984 y en Estoril comenzó en el lugar ideal: la pole position, la primera de su carrera. Senna, en solo su segunda temporada en F1, lideró debidamente desde el principio en condiciones pésimas, completando la primera vuelta 2,7 segundos por delante de su compañero, Elio de Angelis.

Justo antes de mitad de carrera, la lluvia empeoró tanto que incluso Senna, entonces con 37 segundos de ventaja, comenzó a gesticular para detener la carrera. No fue así, y Prost, que todavía intentaba pasar a De Angelis, simplemente se lanzó al ataque en la recta principal. Los dos Lotus se alejaron en las primeras vueltas, con Senna separándose de De Angelis, antes de que el McLaren de Prost avanzara para pelear por el segundo peldaño.

"El gran peligro era que las condiciones cambiaban todo el tiempo", dijo Senna. "A veces era difícil incluso mantener el coche en línea recta y estoy seguro que la carrera debería haberse detenido. Fue mucho peor que Mónaco el año pasado. Una vez casi trompeé frente a los boxes, como Prost, pero tuve la suerte de permanecer en pista".

Solo nueve de los 26 pilotos que arrancaron acabaron ese día, alrededor de la mitad abandonó por trompos o accidentes. Senna dobló a todos, excepto al Ferrari de Michele Alboreto, que terminó 1:03 detrás del Lotus.

"La victoria de Senna será recordada como un clásico. Fue una actuación hipnótica", dijo Roebuck en su crónica de Autosport. "De vez en cuando llega una carrera en la que un piloto hace que el resto parezca normal, y esta fue una de esas. Él estuvo en otra liga desde los semáforos verdes".

 

Para vencer a Senna y Schumacher en esta lista se requería algo especial y el dominio de Jackie Stewart en esta carrera increíblemente lluviosa en el circuito más grande de todos los tiempos de la F1, el Nurburgring de 22 kilómetros, lo fue.

Es cierto que tenía una ventaja de neumáticos sobre sus principales rivales, y que el Matra MS10 era un buen coche, pero el reto de la pista y las circunstancias en las que se dio la victoria de Stewart le dan nuestra posición número 1.

"Sin duda, fue el padre de todos los circuitos, no había una pista de carreras en el mundo que se le acercara", dijo el escocés sobre el histórico Nurburgring.

Stewart se alineó en la tercera fila de parrilla, después de una clasificación complicada, durante la cual pocos pilotos establecieron tiempos representativos, debido a las condiciones de humedad y niebla. Pero incluso con los problemas eléctricos en el Matra alcanzó el tercer puesto en la salida.

"Bajé por el pitlane de hormigón: había más agarre que en el asfalto y apenas tuve una ligera patinada”, añadió Stewart.

Después de ese movimiento, pasó al Ferrari de Chris Amon en Adenau –"No creo que se lo esperara"– y superó al Lotus de Graham Hill para liderar por ocho segundos al final de la primera vuelta.

"En la segunda, Stewart había avanzado 25 segundos más, el Matra azul parecía solitario pero seguro a la cabeza del pelotón", describía la crónica de Autosport, que también explicaba las condiciones como "increíblemente malas" y "probablemente las peores en el Ring desde antes de la guerra”.

En la octava vuelta, Stewart estableció la que sería la vuelta más rápida de la carrera: 9:36, que fue 15 segundos más veloz de lo que cualquier otro competidor logró en los 14 giros totales.

En la parte final, Hill, segundo, trompeó y se detuvo antes de reemprender la marcha, lo que permitió a Stewart aumentar más su ventaja. Al final, el margen de la victoria fue de 4:03.2.

"Cometí un error, justo después del Karussell. Estaba tan mojado que los ríos no eran iguales en cada vuelta y acerté en uno", agrega Stewart.

Como si las condiciones no fueran lo suficientemente desafiantes, Stewart conducía con su muñeca derecha con un soporte de plástico después de haberse roto el escafoides en un accidente en el Jarama.

"Si hubiera sido una carrera en seco, no habría ganado", explicó el vencedor, quien se vio obligado a perderse los GP de España y Mónaco ese año. "Podría haber sido demasiado para mí, pero en mojado no me preocupaba en absoluto".

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En una encuesta que habíamos hecho en 2017 con nuestros lectores, se plantearon muchos otros candidatos impresionantes y la única carrera que está en nuestra lista principal y que no se mencionó entonces fue el GP de Alemania de 1962.

Gracias a todos los que participaron y, finalmente, enhorabuena a la persona que sugirió el GP de Alemania de 1926, una carrera ganada quizás por el primer maestro del automovilismo bajo la lluvia, Rudolf Caracciola. Aunque si seleccionáramos una de las obras maestras en mojado del gran piloto alemán, probablemente sería el GP de Mónaco de 1936.

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