El semáforo del GP de Francia 2018 de F1
Un gran premio más analizamos lo mejor, lo peor y lo regular de la carrera de Fórmula 1 vivida en el Paul Ricard de Francia.
Foto de: Steve Etherington / Motorsport Images
Verde
Comenzó la temporada siendo ampliamente superado por su compañero Hulkenberg, con más experiencia en F1 y en el equipo que él, pero a base de trabajo y de confianza Sainz ha neutralizado la situación y está en un gran momento. Repitió el sábado su mejor clasificación, siendo el único Renault en Q3 en el gran premio de casa, y el domingo (cuando fue tercero tras una gran salida) mereció un sexto puesto del que solo le alejó un problema mecánico más.
La suerte sigue sin acompañarle (a pesar de que él mismo admite que el VSC le ayudó al final a acabar octavo), pero ha estado en todas las Q3 de la temporada (algo al alcance solo de los pilotos de los mejores equipos) y lleva seis carreras seguidas puntuando. Solo Hamilton, Vettel y Bottas han sumado en tantos grandes premios como él, y el madrileño ya se acerca a Alonso y Hulkenberg en la lucha por ser el mejor del resto. Bravo por él.
Amarillo
Vettel, en el incidente inicial, admitió que fue su responsabilidad y se disculpó con Bottas, pero se quedó sin espacio encajonado entre dos Mercedes en una curva en la que tuvo poco agarre. Falló en la frenada y lo pagó caro, viéndose obligado a remontar, cumpliendo una sanción de cinco segundos y perdiendo el liderato del Mundial, que ya se le va a 14 puntos.
Alcanzó con una gran remontada la quinta plaza y no llegó al podio porque los neumáticos blandos, como le pasó a Alonso y Bottas, duraron menos de lo esperado. Le valió para ser nombrado 'Piloto del día' (aunque huele a lo que se conoce como troleo) y es uno de esos grandes premios de los que se acordará a final de 2018: o bien por los puntos sumados pese a verse penúltimo al inicio de la carrera, o bien por los puntos perdidos en una carrera en la que aspiraba –mínimo– al podio y que tiró al traste por un lance de carrera.
Rojo
Puedes echar un ojo a estas fotos de arriba y ahorrarte leer este párrafo. El Paul Ricard y el GP de Francia volvían al calendario de la F1 y la nota es de suspenso. Atascos interminables en el acceso al circuito que hicieron que muchos aficionados se quedaran sin llegar al circuito, un trazado con multitud de variantes que hacían fácil confundir el camino y unas escapatorias que no ayudaban ni a la vista, ni al espectáculo.
Decía Alonso, y llevaba razón, que la peor opción en la primera curva acabó siendo hacer lo correcto, es decir, ir por lo negro. Él lo hizo y se puso último. Numerosos pilotos avanzaron por fuera y dirección de carrera, de manera sorprendente, no tomó ninguna decisión. Eso llegó tras un previo de dudoso gusto (¿no tiene la Fórmula 1 nada mejor que mostrar que la fortaleza de un ejército?) y antes de la entrega de un trofeo que, como se puede ver en las imágenes, era, cuanto menos, curioso.
Abogamos por la presencia de los circuitos clásicos y por eso el Paul Ricard merece una segunda oportunidad. Volverá a pasar examen en 2019.
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