El semáforo del GP de China 2019 de F1

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Mercedes es ese estudiante que se pasa la semana diciendo que va a suspender, que hace el examen y dice que le ha salido mal, y que en la entrega de notas saca sobresaliente y te deja con cara de bobo conformándote con, en el mejor caso, un notable. Da cierta rabia, pero aprueban y lideran la clase, y merecen el reconocimiento.

Tras una victoria afortunada en Bahrein, se impusieron en China con todas las de la ley y un margen importante, dejando la preocupación, después de tres dobletes en tres carreras, de si este curso va a ser 100% plateado. Sus dos pilotos encabezan el mundial de pilotos y se escapan de Ferrari, que ve amenazado incluso su segundo puesto en el de constructores.

Es cierto que el de Shanghai, de antemano, era un circuito que les favorecía, pero también se impusieron en Australia y estuvieron ahí para aprovechar el problema de fiabilidad de Leclerc en Sakhir. Podrán llegar vacas flacas y sus rivales acercarse, pero parte del recorrido ya lo tienen hecho. Y se llevaron la carrera 1.000 de la F1, como ya hicieron con la 900. ¿Un 10% de la historia de esta categoría les pertenece? Suena sorprendente, pero...

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Charles Leclerc ha llegado a Ferrari y ha tirado la puerta sin llamar, en el mejor sentido de la expresión, demostrando que su ascenso es merecido y que está a la altura de una escudería llamada a luchar por todo. El monegasco está igualando el rendimiento de Vettel y probablemente, empezando por la victoria que perdió en Bahrein, merece más puntos de los que lleva.

Está gozando de una exagerada defensa en los medios por partes interesadas en hundir a su compañero, pero no es culpa suya. Una lástima. Charles tiene cualidades suficientes como para tener que inflarlas con el objetivo de dejar en evidencia a Vettel.

Ha recibido tres órdenes de equipo en tres carreras y debe ser en parte frustrante, pero la manera de asumirlas genera ciertas dudas. Se mantuvo detrás de Vettel en Australia, desobedeció a Ferrari cuando le pidió esperar para adelantar al alemán en Bahrein, y se quejó por radio en China de que estaba perdiendo tiempo a pesar de que, cuando iba delante, no había podido abrir hueco y que Sebastian no le tuviera a tiro de DRS.

La estrategia que hizo la Scuderia con él hunde a cualquiera, pero no hundirá a un Leclerc con hambre que va a por todas fin de semana sí y fin de también. Pero cuidado, que tendrá sentimientos propios y ajenos que controlar.

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Su incidente en la primera vuelta, que dejó sin opciones a los dos McLaren, es un lance de carrera y un hecho desafortunado y entendible con lo pegados que van los coches en los primeros giros. Un leve latigazo le llevó contra Sainz, al que Norris pasaba por fuera, y provocó una carambola que salió cara al español y su compañero.

Dejar casi fuera a dos rivales después de pocos metros de carrera, aunque fuera de manera fortuita, es suficiente para el castigo, pero el rojo en este semáforo llega por sus declaraciones posteriores. Decir que fue el monoplaza de Sainz el que provocó el accidente es una fea manera de escurrir un bulto que te pertenece.

Kvyat ha puntuado en una carrera y su compañero, novato, en dos. Albon ha sido más rápido que él en las dos sesiones de clasificación que han disputado (en China no pudo salir a pista tras un accidente en los libres) y, si se agravara la falta de resultados de Gasly en Red Bull y llegara un cambio que parece poco probable, no tiene pinta de que fuera Daniil el candidato mejor colocado a volver al equipo 'A'.