Leclerc se queja a la FIA por "tirar a la basura" el trabajo de Ferrari

Varios pilotos, en particular los de Mercedes, instaron al organismo rector de la Fórmula 1 a trabajar para eliminar el efecto que hace que los coches de nueva generación reboten contra el asfalto por motivos de salud y seguridad.

La FIA respondió casi de inmediato con una directiva técnica que se envió a los equipos antes del inicio del Gran Premio de Canadá 2022, en la que se detalla un plan de acción. Además de iniciar un ejercicio de recopilación de datos para tratar de crear un margen máximo de aceleración vertical y de movimiento del monoplaza, se ha permitido que las escuderías hagan algunos cambios en sus suelos para ayudar a reforzarlos a partir de la cita en Montreal.

El impacto en el orden competitivo, así como cualquier restricción que la federación pueda imponer en el futuro con respecto a la puesta a punto de los coches, no está claro, pero los equipos que están sufriendo menos con el porpoising no están contentos ante estos cambios.

Charles Leclerc, en particular, está molesto por el hecho de que Ferrari pueda perder parte de su ventaja tras haber trabajado duro en resolver el problema, tan solo porque sus rivales no se han puesto manos a la obra. Cuando Motorsport.com le preguntó sobre lo que hizo la FIA, respondió: "Por un lado, entiendo el punto de vista de George [Russell], porque cuando lo ves a él y a Lewis [Hamilton] salir de su coche en Bakú, es algo malo".

"Pero por otro, no se puede subestimar la cantidad de trabajo que se ha hecho en los últimos meses por las escuderías para llegar al fondo del problema", continuó. "Esta ha sido nuestra prioridad desde la primera vez que probamos estos monoplazas, hemos trabajado en solucionar los contratiempos".

"Creo que la mejora ha sido enorme, y ahora todo el trabajo que hemos hecho lo tiramos a la basura porque hay un equipo que tiene más problemas que otros", señaló el monegasco. "Este es mi punto de vista, entiendo que en Mercedes van mal, pero creo que tal vez haya soluciones para esto".

George Russell, que lideró las quejas hacia la FIA por parte de los pilotos en Bakú para que intervinieran, explicó que era demasiado pronto como para sugerir que las escuderías pudieran perder cualquier ventaja competitiva con estas medidas.

"Al fin y al cabo, la federación es quien dicta las normas, y puede introducir cualquier cambio en el reglamento cuando quiera", dijo. "Nadie sabe si eso va a mejorar el rendimiento de un coche o si va a tener un efecto negativo, así que tendremos que verlo".

"Hay tantos aspectos y elementos diferentes de estos coches que, al elevarlos, no necesariamente se reduce [el efecto rebote], así que son dos cuestiones, el porpoising y el bottoming", indicó el inglés. "Espero que sea más fácil de pilotar para todo el mundo y que no repercuta en el rendimiento de nadie".