El día en el que un piloto de McLaren corrió con un casco Ferrari

Eran otros tiempos en la Fórmula 1. La seguridad y la tecnología no estaba a la orden del día como sucede en la actualidad, y el Gran Circo aterrizó en el Principado de Mónaco para celebrar la sexta cita de la temporada 1996.

Aquel fin de semana del mes de mayo, la lluvia amenazaba a los pilotos y escuderías que iban a jugarse el tipo para conseguir una de las mayores gestas en el automovilismo, ganar el gran premio del pequeño país de la Costa Azul.

La climatología es un factor clave en un deporte tan perfeccionista como es la Fórmula 1, por lo que cada mínimo desajuste provocará un gigantesco desastre. Es lo que le ocurrió a David Coulthard durante este evento en Mónaco.

El escocés, preparado para subir de la novena posición que ocupaba en la clasificación tras la carrera de San Marino, salió a la mítica pista callejera. Sin embargo, debido a las condiciones atmosféricas el de McLaren sufrió muchos problemas con su casco y la visibilidad que tenía.

Los aficionados que estaban allí presentes para disfrutar de una apasionante carrera vieron con estupor cómo un monoplaza de Woking rodaba por las calles del Principado con Michael Schumacher a los mandos. Eso es lo que pensaban, pero la realidad es que el germano nunca llevó a subirse de manera oficial durante un gran premio a uno de los coches del equipo británico.

El #8 blanco y rojo que circulaba por el trazado era el de David Coulthard que, ante las dificultades que se le presentaron, pidió prestado al Káiser su casco para poder competir.

El principal contratiempo que encontraba el escocés era que su visera se empañaba con el paso de las vueltas, por lo que le era imposible mantener una referencia clara, algo vital cuando se pilota en Mónaco sobre mojado. Así pues, y como el de Ferrari tenía a Malboro como uno de sus patrocinadores principales, al igual que en McLaren, preguntó si podía usar su casco, a lo que el vigente campeón del mundo aceptó.

De esta forma, el 19 de mayo de 1996, Coulthard fue el primer piloto en usar un casco de Ferrari mientras conducía un McLaren en las calles del legendario trazado.

"Era imposible ver", reconoció en una entrevista con la Fórmula 1 años después. "No tenía la doble visera, que entonces no estaba disponible para las condiciones que se presentaban".

El escocés partió desde la quinta posición, pero era Schumacher el que defendía la pole position. Esto fue así por poco tiempo, ya que el de Ferrari cometió un error en el primer giro de la carrera y se vio obligado a abandonar, dejando vía libre al resto de rivales.

A los mandos del MP4-11, Coulthard manejó con nervios de acero la situación, ya que cada vez más pilotos se retiraban de la prueba por accidentes o problemas mecánicos. De forma sorprendente, Olivier Panis se colocó en cabeza a partir de la vuelta 60, y ahí aguantó hasta que vio la bandera a cuadros después de dos horas bajo el aguacero. Sin embargo, no completó el total de los giros, ya que cumplió el límite de la FIA y cubrió 75 vueltas de las 78 programadas.

Esa fue la primera y única victoria del francés en la Fórmula 1, y la consiguió con el equipo Ligier, quienes celebraban, sin saberlo aún, su triunfo final en la categoría antes de decir adiós tras 21 temporadas en ese mismo año.

Regresando con David Coulthard y su particular casco de Schumacher, logró terminar la carrera en segunda posición, un mérito mayúsculo teniendo en cuanta que solo cuatro monoplazas acabaron y que únicamente tres lo hicieron en el mismo giro que el líder.

Será muy difícil, casi imposible, ver de nuevo esta situación en la que un piloto usa el casco de un rival en un gran premio, pero gracias al intercambio que protagonizaron dos leyendas de la Fórmula 1, ahora podemos recordar con nostalgia uno de los momentos más curiosos y rocambolescos de la historia del Gran Circo.

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