'Suban al tren de la F1 del futuro, pero todos', por Albert Fábrega

Daniel Ricciardo, Red Bull Racing RB13, hace algunas donuts

Foto: Glenn Dunbar / LAT Images

La nueva Formula 1 llegó al renovado Silverstone para disputar la prueba que marca el ecuador del campeonato. El Gran Premio de Gran Bretaña estuvo precedido por un increíble evento en el mismo centro de Londres. Un acto con el que Liberty quiso dejar claras las nuevas maneras que van a regir la F1 del futuro.

El F1 Live London cumplió con las mejores de las expectativas en cuanto a asistencia, espectáculo y retorno. Pese a no haber podido lanzar la campaña publicitaria que merecía por las estrictas normas que rigen cualquier acto, Londres, pero sobre todo los londinenses, vibraron con la F1. Sí, la gente. Los aficionados y los no tan aficionados.

El público que abarrotó Trafalgar Square y sus calles colindantes pudo sentir cerca la F1. Esa misma F1, que se había vuelto tan elitista y que muchas veces se había puesto de espaldas a los miles, a los millones de seguidores que adoran y aman a este deporte y a sus protagonistas. Porque también es gracias a ellos que este circo sea ahora tan grande. Tengan o no tengan relojes que lucir y entradas para el carísimo Paddock Club. De todos.

La sensación que me quedó en Londres es que se invirtieron los papeles. Por primera vez en mucho tiempo fue la F1 quien fue a ellos y no ellos a la F1. Solo había que pasar por allí. Muchos de los que allí asistieron a tal show disfrutaron por primera vez de la F1. Tocar monoplazas, oír rugir motores V8, V10 y V12, ver pilotos disfrutando del evento… La F1 ganó adeptos y no los perdió. 

Londres marcará un antes y un después en la relación de la F1 con los aficionados. Porque allí, la F1 se sacó los colores. La F1 se dio cuenta de lo mal que lo había estado haciendo hasta ahora. En Londres, algo cambió.  

En Trafalgar Square estaban todos, o casi todos. Faltaba uno. El más deseado. Lewis. Espero que el paso del tiempo y los cambios aportados por Liberty le hagan entender que con ganar en Silverstone no es suficiente. La F1 ya ha empezado a ser otra y algunos aún no se han enterado. Y los que no quieran cambiar de vagón van a llegar tarde. Porque el tren es de todos.

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