La F1 introducirá un concepto de monoplaza completamente nuevo a partir de 2022, con el diseño de efecto suelo destinado a permitir que los coches se puedan seguir vez más cerca y, con suerte, aumentar las posibilidades de adelantamiento.
Y si bien Binotto da la bienvenida a las nuevas reglas técnicas, cree que los jefes de la F1 también deben pensar en otros aspectos del deporte, como el diseño de las pistas.
(antes de seguir leyendo, mira cómo se espera que sean los coches de la F1 2022)
“Las reglas técnicas de 2022 son muy restrictivas, y eso dificulta inventar algo nuevo”, dijo Binotto a Sky Italia.
“Pero la premisa es la acertada, porque todo ha sido diseñado para mejorar el espectáculo".
“Los coches perderán menos rendimiento aerodinámico cuando estén detrás de un rival, lo cual es bueno, pero sería un error pensar que eso es suficiente".
“Para aumentar el espectáculo, también se necesitan nuevas ideas deportivas, no solo técnicas".
“Déjame poner un ejemplo: a mí personalmente me gustan las escapatorias de grava, como vimos en Mugello, donde un piloto paga sus errores".
“Sé que la F1 está trabajando en muchos aspectos de ese tipo. [El CEO de F1] Chase Carey comenzó eso y Stefano (Domenicali) lo continuará, y creo que esta es la dirección correcta".
La F1 ya ha presionado para cambiar el reparto económico de los equipos, para garantizar que haya una parrilla mucho más nivelada entre los equipos con respecto a sus presupuestos.
También se ha hablado de que los pilotos vuelvan a tener más importancia, limitando el papel de los ingenieros y haciendo que los coches sean menos complejos técnicamente.
Binotto advierte, sin embargo, del peligro de ir demasiado lejos y quitarle demasiada participación a los equipos.
"La complejidad técnica de la Fórmula 1 se ha discutido a menudo", dijo. "En varias ocasiones he escuchado propuestas para reducir el número de sensores en los coches para aumentar la incertidumbre".
“Esa idea se puede considerar, pero también hay que tener en cuenta que los sensores también contribuyen a la seguridad, al igual que la radio del equipo. Entonces creo que necesitamos un equilibrio".
“La F1 actual es un gran deporte y estoy seguro de que prosperará. Tenemos que ser optimistas y colaborar. Es nuestro deber como equipos, junto con la FIA, la F1 y también los medios de comunicación, informar a los aficionados sobre la categoría sin sacar conclusiones apresuradas”.
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Al principio, los aficionados puristas de la Fórmula 1 despreciarán esta idea. Pero podrán recordar con entusiasmo la victoria de Kimi Raikkonen en el Gran Premio de Japón de 2005. El finlandés salía 17º e hizo el adelantamiento decisivo en la primera curva de la última vuelta. ¡Fue genial verle remontar!
Además, hay muchos campeonatos en los que la parrilla invertida se ha arraigado tanto que ya se da por sentada (como en la F2, que encabeza esta foto).
Es cierto, hay un matiz. Esta idea funciona en campeonatos donde se disputan varias carreras durante el fin de semana. Por ejemplo, el mejor de la clasificación sale desde la pole en la primera, y en la segunda sale sexto, octavo o así. Y el sexto, por el contrario, sale desde la pole. O el piloto que ganó la primera carrera pierde varias posiciones.
La idea es simple: cada piloto durante la carrera tiene varios minutos donde puede hacer que su motor sea significativamente más potente. En la IndyCar, para ello debe presionar un botón, y en la Fórmula E, desviarse de la trazada buena para pasar por una zona de activación.
Quizás, por el campeonato eléctrico, esta idea no siempre se toma en serio. Por ejemplo, no está muy claro por qué obligar a los pilotos a perder tiempo buscando una mayor potencia, aunque compensa de sobra. Un concepto que surgió simplemente del videojuego Mario Kart.
Sin embargo, los equipos de Fórmula 1 ya juegan habitualmente con los modos de funcionamiento del motor. Lo único es que esa manipulación es invisible para los aficionados, salvo cuando escuchamos por radio mensajes como "activa el modo 6". Y dado que aún se producen extrañas manipulaciones, ¿por qué no añadir claridad?
En rallycross, cada piloto debe pasar una vez por una sección alternativa del circuito, que es significativamente más larga que la trayectoria habitual. Eso añade un elemento táctico a las carreras. Cuando hay una lucha apretada, determinar el momento óptimo para completar la vuelta comodín no es tan simple.
En la Fórmula 1, esta decisión podría ser la misma que antes de reabastecerse de combustible, simplemente sin gastar dinero en equipamiento caro. Gracias a las vueltas comodín, al hacer un recorrido más largo, los coches frecuentemente se encontrarán muy cerca unos de otros. Y los pilotos tendrán que atacar más a menudo, exprimiendo al máximo sus coches. Es cierto que habría que cambiar algunas cosas, como el uso de los neumáticos.
El último adiós de la F1 lo protagonizó un motorista, Honda, pero las marcas han demostrado a lo largo de la historia (salvo Ferrari) que van y vienen. Y en un contexto tan complicado como el que ha dejado económicamente la pandemia, nunca está garantizado que no se vaya a caer nadie más de la parrilla.
¿Por qué, en ese caso, no combinar las carreras de Fórmula 1 y la Fórmula 2? Ya ocurría hace medio siglo (como se puede ver en la foto).
El Gran Premio de Alemania de 1967 en el circuito de Nurburgring, Jacky Ickx no era más lento con su Fórmula 2 que la mayoría de pilotos de Fórmula 1.
Con esta idea se prestaría gran atención a los jóvenes pilotos. Y para los líderes, la lucha se volverá más complicada debido a la necesidad de adelantar a coches lentos más a menudo, al estilo WEC. Una vez más, los aficionados recordarán los duelos entre líderes y pilotos con un monoplaza peor.
Vale, la idea es una locura, pero no sería algo nuevo en la F1. Los coches de carreras actuales son muy fiables, y los pilotos están preparados para conducir durante las 24 horas de Le Mans durante tres o cuatro horas. Entonces, ¿por qué no crear algunos grandes premios de tres horas con el objetivo de verificar la resistencia tanto del equipo como de los pilotos?
Teóricamente, incluso se podría permitir el cambio de pilotos durante esas carreras. Al final, no se olvida la carrera de Fórmula 1 de 1955 en Buenos Aires. Se disputó a nada menos que 40ºC, y de los siete coches que acabaron, solo cinco lo llevaba el mismo piloto de principio a fin.
Por supuesto, el sistema de puntuación en ese caso provocaría discusiones interminables, pero ¿qué tal celebrar solo un par de carreras con ese formato? Por cierto, esa sería una gran oportunidad para poner a los pilotos reservas al volante.
Seamos sinceros: la posibilidad de que todas las carreras de la F1 sean nocturnas es peculiar. Voluntariamente nos negaríamos a realizar carreras durante el día, y gastaríamos mucho dinero en iluminación para que, en la noche, parezca que sea de día. Sí, serían carreras en 'prime time' para Europa y tendrían buen horario para América, pero estas carreras no tendrían mucho de especial. De hecho, ya hay carreras de noche en Abu Dhabi o Bahrein.
Si hablamos de la noche de las 24 horas de Le Mans, la sensación es muy diferente. Por cierto, los LMP1 del WEC no son tan diferentes en aerodinámica de los Fórmula 1. Por lo tanto, la iluminación de los coches del mundial de resistencia se pueden tomar de ejemplo para desarrollarla en los de F1.
Recientemente Lucas di Grassi, en una columna para Motorsport.com, propuso poner faros a los coches de Fórmula E. Por lo tanto, el campeonato eléctrico podría quitar otra idea a la Fórmula 1.
Vale, eso no sería la Fórmula 1, y los equipos, grandes protagonistas, pasarían a un segundo plano. Pero al menos una al año sería divertido y muy curioso, y permitiría medir realmente el nivel de los pilotos independientemente del del monoplaza.
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