Por qué la F1 buscará IA o matemáticos y no ingenieros para 2026

Cuanto más elementos nuevos de comprensión se introducen en las reglas de las nuevas unidades de potencia, más claro queda que el nacimiento de estos motores está siendo nada perfeccionista.

El objetivo de la Fórmula 1 es tener en 2026 unos 1.000 CV repartidos al 50% aproximadamente entre el motor de combustión y el eléctrico. Una exigencia que había sido defendida a ultranza por Audi y en su momento por Porsche, que finalmente no llegó a un acuerdo con Red Bull.

Sin embargo, para muchos otros, era una opción poco realista que sólo servía para restarle valor al motor de 6 cilindros turboalimentado para potenciar la parte eléctrica. Cuando llegó el momento de pasar de las ideas a los hechos, todo el mundo descubrió lo difícil que es encontrar ese equilibrio con un motor que en determinados momentos tendrá más de 1.000 CV y unos instantes después la mitad por la innegable necesidad de recargar la batería híbrida.

El temor de algunos constructores era que se pudiera ver a pilotos frenando en las rectas y quizá incluso reduciendo una marcha para regenerar la batería. Una locura que habría llevado a la Fórmula 1 a una situación incomprensible para todos los aficionados, razón por la cual la FIA ha considerado que es oportuno apostar por una nueva reglamentación que servirá para definir tanto el consumo de carburante como la explotación de la energía eléctrica.

¿Cómo cambiarán los motores en 2026?

El motor de combustión interna seguirá siendo un V6 turboalimentado de 1,6 litros con una potencia que bajará de los 550-560 kW actuales a 400 kW (535 CV), mientras que el MGU-K podrá aportar 350 kW (480 CV) frente a los 150 kW actuales. Se trata de un cambio sideral que obliga a imponer limitaciones a la gestión, independientemente de que se desee o no un "push to pass". 

Los que están escribiendo las reglas han denominado a dicho modo de adelantamiento "override": el excedente de potencia no será un valor fijo, sino que variará en función de la velocidad que lleven los pilotos en el momento de la activación.

Esa es, por desgracia, todavía una zona gris, ya que la función "override" se describirá en el Reglamento Deportivo, que todavía no existe públicamente, al igual que no existe el técnico (se presentará un borrador del reglamento en la próxima reunión del 11 de abril).

Gestión de potencia ERS-K en las unidades de potencia 2026

Foto de: Gianluca D'Alessandro

La FIA desea que la explotación de la energía eléctrica tenga lugar en la fase de aceleración a baja velocidad, como en los tiempos del KERS: el objetivo es vaciar la batería al máximo y utilizar los motores térmicos para la carga continua.

Los ingenieros de Pirelli no estarán muy contentos con todo esto, ya que tendrán que contar con el sobrecalentamiento de los neumáticos, el enemigo contra el que luchan en estos momentos. En la reescritura del reglamento también está la reducción de la energía que se puede recuperar en una sola vuelta: baja de 9 MJ a 8,5 MJ. La intención es bastante clara: evitar que los pilotos intenten recargar la batería en la recta. Y será interesante ver cómo cambiará la gestión en circuitos donde la regeneración de la batería sea más difícil, como en Monza.

De hecho, la FIA está introduciendo otras restricciones para impedir el uso de gasolina para la recarga eléctrica. Un artificio muy complicado que será muy difícil de explicar a los aficionados para una buena comprensión de lo que ocurrirá en la pista y, sobre todo, complicará también los controles.

Hasta ahora, la F1 ha sido desarrollada por ingenieros, lo que ha hecho que los ingenieros aerodinámicos y electrónicos hayan pasado a ocupar puestos principales, al igual que en su día lo fueron los ingenieros mecánicos. Ahora estamos entrando en una nueva era, la de los algoritmos: no debería ser una gran sorpresa, de hecho, que Fred Vasseur, para Ferrari esté buscando expertos en inteligencia artificial, estadísticos y matemáticos para cubrir esas funciones que exige el nuevo reglamento.

El reto técnico para 2026 es ciertamente muy complejo: ahorrar energía y, por tanto, reducir el consumo será el objetivo de la F1 en un futuro próximo, pero no será sencillo para nadie.

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