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El fin de semana cuando un virus detuvo las carreras... y el mundo

El fin de semana del 13 al 15 de marzo del 2020 el mundo del motor se detuvo ante el avance de la pandemia de COVID-19, que hasta ese momento parecía controlada.

Tablero con mensaje: El Gran Premio de Australia ha sido cancelado

Tablero con mensaje: El Gran Premio de Australia ha sido cancelado

Erwin Jaeggi

Cuando MotoGP decidió cancelar la primera carrera de su temporada 2020 en Qatar ante las dificultades que se estaba encontrando por el avance del entonces nuevo COVID-19 en Europa, algunos consideraron que era una medida exagerada, pero otros aplaudían la decisión ante las escenas de hospitales abarrotados de pacientes en Italia, que fue el inicio de una crisis mundial que, hasta hoy, no ha sido resuelta en su totalidad.

La decisión de la categoría reina del motociclismo parecía una llamada de atención para la Fórmula 1, que arrancaría su curso del 13 al 15 de marzo con el Gran Premio de Australia. Al contrario de lo que algunos pensaban, el Gran Circo siguió adelante con sus planes y viajó a Melbourne para empezar su ambiciosa temporada número 70, donde establecerían un récord de carreras disputadas, 22 en total.

Pero la suerte del GP de Australia comenzó a torcerse 48 horas antes del arranque de la primera sesión de libres en el Albert Park, cuando Haas puso en cuarentena a cuatro miembros de su equipo por sospecha de coronavirus, mientras que McLaren confirmaba el contagio de una persona de su escudería, lo cual comprometía al resto del equipo para el fin de semana.

Esa situación obligó a los de Woking a tomar una decisión sin precedentes: retirarse de la carrera a 24 horas de la primera sesión de entrenamientos.

Al mismo tiempo, Lewis Hamilton cuestionaba la decisión de la F1 de viajar a Australia y de intentar disputar la primera carrera en medio del creciente número de contagios por el nuevo coronavirus SARS-COV2.

Con una parrilla incompleta y con el temor de que el virus ya hubiera recorrido el paddock, la cancelación del primer gran premio pendía de un hilo, pero en realidad, ese temor ya se había difundido por todo el mundo del deporte motor.

El personal de Red Bull empaca su equipo en el pitlane

El personal de Red Bull empaqueta su equipo en el pitlane

En Florida, los rumores de que la IndyCar cancelaría su primera cita crecían a menos de un día del inicio de la actividad en pista, mientras que en México, la tercera cita del Campeonato del Mundo de Rallies (WRC) se desarrollaba con relativa normalidad, aunque con medidas de precaución como evitar el saludo de manos entre las personas o creando zonas de medios con una distancia social para reducir la interacción entre los pilotos y los periodistas.

El momento crítico llegó la mañana del viernes 13 de marzo en Australia cuando Chase Carey no tuvo más remedio que anunciar la cancelación de la primera prueba del calendario 2020 de la F1.

"Tras la confirmación de que un miembro del McLaren Racing Team ha dado positivo en COVID-19 y la decisión del equipo de retirarse del Gran Premio de Australia, la FIA y la Fórmula 1 convocaron una reunión con los otros nueve directores de equipo el jueves por la noche. Esas discusiones concluyeron con la opinión mayoritaria de los equipos de que la carrera no debería seguir adelante. La FIA y la Fórmula 1, con el pleno apoyo de la Corporación del Gran Premio de Australia (AGPC) han tomado la decisión de que toda la actividad de la Fórmula 1 para el Gran Premio de Australia se cancele", explicó la categoría en un comunicado.

Pero desde el día anterior había quienes consideraban que la carrera no se celebraría, tal como reveló Sebastian Vettel a Romain Grosjean cuando le informó el jueves 12 de marzo que ya iba a irse de Australia porque el gran premio no se iba a disputar.

Unas horas después de esa decisión, la IndyCar siguió los pasos en Estados Unidos con la cancelación de la primera carrera en el circuito urbano de St Petersburg. Los pilotos, que ya estaban en la ciudad y habían realizado los primeros preparativos, viajaron de inmediato fuera de la zona para volver a sus casas, pero con la duda de no saber cuándo empezarían su campeonato.

La NASCAR tampoco dudó en seguir el ejemplo y de inmediato anuló las dos citas siguientes en Atlanta y Homestead, con la esperanza de que todo pudiera mejorar en un mes.

Tal vez la situación más crítica se vivió en el Rally México. La competición se había puesto en marcha la noche del jueves 12 de marzo y el viernes, a pesar de lo que había pasado en la F1, se mantenía en pie.

Pero un rumor, que pronto se volvió realidad, del cierre de fronteras en algunos países europeos para intentar frenar los contagios, fue la bomba que obligó al medio día del sábado 14 de marzo a decidir que el WRC adelantaría el final de su tercera prueba al final de las etapas de ese día, para permitir que los pilotos y equipos pudieran volver a Europa y evitar quedarse 'encerrados'.

La noche de ese sábado fue el último día, antes de un largo periodo de espera, en la que un piloto se proclamó ganador de una cita de un campeonato del mundo de la FIA cuando Sébastien Ogier consumaba el triunfo en el WRC con Toyota.

Los motores se apagaron desde ese día y tardarían meses en volver a encenderse.

La NASCAR, a través de su división Cup, fue la primera en adoptar  protocolos de seguridad y, dos meses después de su última cita, volvieron a pista el 17 de mayo en el circuito de Darlington en Carolina del Sur.

La F1 tardaría hasta el 5 de julio para arrancar con el GP de Austria en un calendario modificado que no abandonó Europa ni Oriente Medio, mientras que el WRC aplazaría su regreso hasta agosto con un calendario que solo tuvo cuatro fechas más para un total de siete. La Fórmula E adoptó un esquema de seis carreras consecutivas en Berlín para completar su temporada.

El Gran Premio de Mónaco de F1 fue cancelado, mientras que las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis cambiaron sus tradicionales fechas y se disputaron sin público.  

#22 United Autosports Oreca 07 Gibson: Philip Hanson, Filipe Albuquerque, Paul di Resta

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Cada una de las categorías tuvo que adaptarse a sus posibilidades para completar un calendario que les permitiera tener ingresos y no hiciera desaparecer su industria, pero incluso con esos esfuerzos hubo equipos que no resistieron al impacto económico.

Dos años después, la normalidad que el motorsport conocía antes de la pandemia está más cerca de volver tras un 2021 más esperanzador en ese sentido. La crisis sanitaria mundial aún no está controlada al 100%, pero las vacunas hacen su trabajo y las últimas cepas, menos letales, ayudan a volver al mundo que habíamos disfrutado.

Porque sí, dos años, 730 días más tarde, el mundo es completamente diferente al que conocíamos. Lo positivo es que, poco a poco, nos vamos recuperando. Y que siguen las carreras.

Que no se cancele nada más:

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