El presidente de Ferrari hace piña con el equipo

Marchionne no acudió a ese encuentro para rendir cuentas por el resultado negativo del GP de Gran Bretaña, sino para apoyar al equipo antes de encarar una carrera de Hungría donde esperan ir bastante mejor.

El presidente no se rinde. Marchionne se reunió con su dirección deportiva no para repasar qué pudo ocurrir en Silverstone, donde no tuvieron ritmo en todo el fin de semana para acercarse a Mercedes, sino para animar a la 'Scuderia'.

El número uno de los del Cavallino es un tipo exigente, pero quien esperaba un tono fuerte por su parte tendrá que esperar a otra ocasión. Entiende que es un momento donde el equipo necesita más ánimo que reproches mientras luchan por recuperar la tan ansiada corona mundial.

Las palabras de Marchionne fueron de apoyo total tras un nuevo doblete de Mercedes. En Silverstone, Ferrari tuvo que conformarse con el tercer puesto de Kimi Raikkonen y el séptimo de Sebastian Vettel después de la parada extra que ambos pilotos se vieron obligados a hacer en boxes a poco para el final por problemas en los neumáticos en el Gran Premio de Gran Bretaña.

El alemán ha visto evaporarse de un plumazo su ventaja de 20 puntos en la clasificación del mundial de F1, donde ahora solo saca un punto a Lewis Hamilton. Y eso, aunque mantienen el liderato, ha apagado un poco el gran entusiasmo que lleva acompañando al equipo rojo durante todo el año.

En Maranello, el presidente quiso dar su apoyo a un equipo centrado en el reto contra Mercedes y no considera que el GP de Gran Bretaña sea el principio de un cambio de tendencia a favor de los de las flechas de plata. Marchionne invitó al departamento de carreras de Ferrari a pasar página y centrarse en el siguiente gran premio, el de Hungría, donde el Ferrari SF70H debe volver a ser protagonista en un trazado que se adapta mejor a sus características que Silverstone.

Desde Maranello llegan señales de que creen que el campeonato sigue muy abierto, y no quieren que nadie del equipo baje la guardia en este momento. Lo importante, recuerdan, no es ganar una batalla, sino la guerra.