Los Ferrari F1 de leyenda: el de la primera victoria con Villeneuve
El Ferrari 312T3, introducido a mediados de 1978, ayudó al mito Gilles Villeneuve a lograr su primera victoria de Gran premio, aunque no pudo competir contra el revolucionario Lotus 79 durante un año completo.
Ferrari 312T3
Ferrari perdió una leyenda en 1977 cuando Niki Lauda se fue a Brabham, pero ganó una nueva al año siguiente con Gilles Villeneuve.
Pilotando el Ferrari 312T3, Villeneuve ganó su primer gran premio en su tierra natal, Canadá, y se convirtió en uno de los pilotos más famosos en toda la historia de la marca.
Frente a la armada de Cosworth V8 y BRM y Matra V12, el motor de 3.5 litros de Ferrari tenía carácter y potencia a raudales.
Sin embargo, le faltaba un chasis decente para apuntar más alto. Todo eso cambió con la generación T del 312 a partir de 1975.
Esto se produjo después de la reestructuración de Ferrari en la que Enzo otorgó a un joven Luca di Montezemolo la dirección del equipo, quien a su vez rescató al ingeniero Mauro Forghieri de un exilio corporativo.
El resultante 312T llevó a Niki Lauda al título mundial en 1975, y nuevamente con el T2 en 1977.
La completa revisión de Forghieri del concepto del 312 se centró principalmente en la distribución de peso, con un chasis monocasco de aluminio rediseñado y una nueva caja de cambios transversal de cinco velocidades.
El motor de 12 cilindros ya tenía un peso bajo, pero su longitud obligaba a colocar la caja de cambios detrás del eje trasero, provocando mucho subviraje. Poner la transmisión por delante del eje mejoró el manejo, ayudando a pelear por el título.
En 1978, el campeonato entró en otra fase con la llegada de Michelin y se inició una guerra de neumáticos.
Enzo Ferrari vio esto como una oportunidad y se unió al fabricante francés. Forghieri rediseñó el 312T desde el morro hasta el alerón trasero, creando el 312T3 con un chasis actualizado y una distancia entre ejes más larga, dobles brazos de suspensión oscilantes y una nueva carrocería probada en el túnel del viento de Pininfarina.
Ferrari había perdido a Lauda, pero ganó al talentoso Villeneuve para ser compañero de Carlos Reutemann. Una pareja de ensueño, que cuando Reutemann ganó la segunda carrera de 1978 con el viejo T2 y posteriormente la cuarta en Long Beach, ya con en el nuevo T3, parecía que tendrían la oportunidad de luchar por el título.
Desafortunadamente para Reutemann, en Bélgica Lotus presentó el 79, un monoplaza que redefiniría el concepto.
Stuart Codling
Forma parte de la comunidad Motorsport
Únete a la conversaciónComparte o guarda este artículo
Suscríbete y accede a Motorsport.com con tu ad-blocker.
Desde la Fórmula 1 hasta MotoGP, informamos directamente desde el paddock porque amamos nuestro deporte, igual que tú. Para poder seguir ofreciendo nuestro periodismo experto, nuestro sitio web utiliza publicidad. Aún así, queremos darte la oportunidad de disfrutar de un sitio web sin publicidad y seguir utilizando tu bloqueador de anuncios.
Mejores comentarios