Los Ferrari F1 de leyenda: el 'nariz de tiburón' 156
El Ferrari 156 'nariz de tiburón' fue el primer coche de F1 de los de Maranello que logró el Mundial de Constructores.
Ferrari 156 'Sharknose'
Además del de fabricantes, el 156 sirvió para que Phil Hill consiguiese el título de 1961 después de la muerte de su compañero de equipo Wolfgang von Trips en el Gran Premio de Italia en Monza.
A regañadientes y sin mucho entusiasmo, Enzo Ferrari –que creía que el monoplaza debía tener tracción delantera y no trasera– aceptó este concepto después de verse superado en la temporada por los ágiles y pequeños chasis británicos que había rechazado.
Durante el invierno de 1959 los ingenieros de Ferrari, liderados por Carlo Chiti, trabajaron en secreto. Utilizaron un chasis Cooper de segunda mano comprado como referencia para imitarlo y poder colocar el motor de un Dino 246 en la parte trasera.
Ninguno de los pilotos se preocupó por el balance trasero del pesado 246P, por lo que compitió una sola vez en esta configuración, llevado por Richie Ginther en Mónaco donde acabó quinto.
Su segunda aparición fue en Monza, esta vez con una versión de 1.5 litros V6. Como los coches de F2 eran los únicos presentes en la parrilla porque los equipos británicos habían boicoteado la carrera, se le prestó poca atención.
Durante el invierno la F1 pasó a motores de 1.5 litros, pillando a contrapié a los equipos británicos que habían confiado arrogantemente en que el cambio no se llevaría a cabo.
Tal y como había sucedido en 1952, Enzo tenía un coche y un motor listos. El 156 de Chiti contaba con un chasis tubular desarrollado a partir del 246P pero con un perfil más delgado.
Esto lo hizo capaz de minimizar la resistencia al aire con necesidad de aplicar menos potencia. Para maximizar esa ventaja y reducir el centro de gravedad, Chiti aplanó la V de 65° a 120°. Los radiadores fueron mejorados con distintivas tomas de aire.
Con hasta 40 CV más que sus competidores, Ferrari casi lo gana todo en 1961, a excepción de Mónaco y Nurburgring que fueron a manos de el genio Stirling Moss.
Hill consiguió el título en Monza, pero el triunfo se agrió por la muerte de von Trips, por lo que el equipo optó por no participar en la última prueba en Estados Unidos.
Sin embargo, el 156 no pudo mantener esta superioridad en su segunda temporada. Ese invierno Chiti puso en marcha una renovación de los ingenieros responsables, por lo que el desarrollo se detuvo y los rivales de Ferrari lo aprovecharon.
Stuart Codling
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