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'Ferrari y el deber de ganar en la Fórmula 1', por Diego Mejía

Ferrari suma ya 11 temporadas sin títulos, pero en medio de esa sequía, construye su reivindicación sobre una base que está en proceso de consolidarse, como Diego Mejia nos cuenta tras su visita a Maranello.

Mattia Binotto, Director Scuderia Ferrari y 
Louis Camilleri, Presidente de Ferrari

Ferrari

Que haya pasado esta década sin que la Scuderia Ferrari haya conseguido ganar un título es algo que ha ocurrido por primera vez en la historia de este deporte para el equipo de mayor tradición, cuyo nombre es casi un sinónimo de Fórmula 1 y para quienes ganar no es solo un objetivo, sino una obligación.

En ese lapso de diez años por la silla más caliente, la de jefe en Maranello, han pasado cuatro nombres diferentes. Stefano Domenicalli, visto como el heredero de la última era de dominio de la Scuderia, fue seguido por Marco Mattiacci, cuyo paso fue breve y sin éxito deportivo. Luego llegó la era de Maurizio Arrivabene, en la que el Cavallino pareció empezar a galopar nuevamente, pero sin llegar a cumplir sus objetivos.

Hace cerca de un año se dio el cambio más reciente, posterior a uno más trascendental, consecuencia de la muerte del presidente Sergio Marchionne. La llegada a su posición de CEO de Louis Camilleri, ex de Phillip Morris, fue seguida por la promoción de Mattia Binotto, quien se ha acompañado de nuevas fichas como Laurent Mekies, su mano derecha y quien ha llegado a su rol de director deportivo directamente desde la FIA.

En el frente pilotos, Ferrari ha tenido dos nombres caposquadra en esta década, primero Fernando Alonso, luego Sebastian Vettel, ambos durante cinco temporadas. De ello quedaron cinco subtítulos de pilotos e igual número en el mundial de constructores.

Un lapso en el que su competitividad ha oscilado desde los apretados finales de Alonso en 2010 o 2012, pasando por los prometedores inicios de Vettel en 2017 y 2018, hasta decepcionantes temporadas sin siquiera victorias en 2014 y 2016.

Algo que han tenido en común las eras de dominio de la última década con Red Bull y Mercedes, ha sido la continuidad, la estabilidad de su núcleo. Es lo que busca la Scuderia tras un período de cambio hacia su nueva estructura que sigue siendo, por admisión propia, bastante joven, no por la edad de Binotto, Mekies o Charles Leclerc, sino porque realmente 2019 ha sido su primera temporada juntos, en sus respectivos cargos.

Pero siendo Ferrari, la presión de ganar siempre está presente, una presión que ha resultado destructiva desde dentro en el pasado. La cultura del miedo ha hecho que cundiera el pánico en administraciones anteriores, ha generado tensión permanente dentro de la estructura y les ha llevado a operar casi con el cuchillo en el cuello.

Si algo ha logrado Ferrari este año es dejar de lado el régimen de emperador romano. Y es un cambio que viene directamente de Camilleri, que ha secundado Binotto, que ha empezado a fluir a través de la Gestione Sportiva y que aunque tal vez no trascienda a quienes siguen la Fórmula 1 a través de una pantalla, si que es perceptible en el paddock.

Durante la cena de fin de año en la que acompañamos en Maranello, Camilleri y Binotto entonaron el mea culpa. Admitieron que su equipo erró en sus expectativas, sus proyecciones técnicas y en consecuencia, deportivas, así como en su gestión.

Resaltaron que hubo grandes aciertos, en especial una respuesta notable en la segunda mitad de la temporada, aunque ninguno de sus pilotos subió al podio del mundial 2019. Todo sumó y, tal vez Red Bull con un segundo piloto más fuerte, les habría puesto en mayores aprietos en el mundial de constructores.

Camilleri tiene fe en Binotto, dice que "ven el mundo de la misma manera" y sabe que están en medio de un proceso, cuyos resultados tal vez no esperaban que fueran inmediatos como en el plano empresarial, donde Ferrari cierra otro año récord que se refleja en el valor de sus acciones en Wall Street (RACE) al alza un 67% durante el último año. Ese éxito alimentará la búsqueda su próximo título mundial en la pista.

Ferrari ha aceptado perder, pero han sido derrotados por un rival que ha colocado un listón muy alto y que trae ya muchísimo impulso. Esto último es lo que esperan conseguir, pero no con despidos y nuevas contrataciones, sino basados en la estabilidad del grupo humano que han formado y que siguen mejorando, enmarcado en un cambio en su cultura organizacional, con el que esperan lograr, en palabras de Camilleri, "un equipo cohesivo y unido".

Tal vez 2020 sea pronto para ser el año de consolidación de ese proceso, algo en lo que Red Bull, aparte de Mercedes, les lleva cierta ventaja. Camilleri ha hablado de una visión a largo plazo, pero la próxima será una temporada clave para acabar de marcar el rumbo de un futuro en el que tengan la misma excelencia en pista que en sus impresionantes líneas de producción.

En pista, Charles Leclerc tendrá que acabar de hacerse al rol de líder de filas, tras una temporada en la que no solo absorbió de la experiencia de Vettel, sino en la que además le superó. En 2020 podría dar otro salto.

Vettel, en su último año de contrato, no arrancará como líder predeterminado. "No habrá un número uno," ha dicho Binotto respecto a cómo llegarán a Australia. Los rumores sobre Lewis Hamilton de rojo han hecho espuma recientemente, más con la confirmación y explicación dada por Camilleri, pero por ahora, en Ferrari intentan que se convierta más una distracción para Mercedes que para ellos.

La escudería de la nueva década está aún en producción, aunque ya en un estado avanzado de la línea de ensamblaje, en lo que ha sido una larga lista de espera para los tifosi. Fabricar un Ferrari lleva tiempo y el día más feliz, el de la anhelada entrega, tarda, incluso para sus mejores clientes.

Para recordar los últimos diez dobletes de Ferrari hay que comenzar por 2007. Aquí los repasamos:

Gran Premio de Bélgica de 2007
Kimi Raikkonen salió desde la pole y lideró 42 de las 44 vueltas al circuito de Spa-Francorchamps para vencer por casi cinco segundos a Felipe Massa.
Gran Premio de Brasil de 2007
Victoria de Raikkonen el día en que se consagró campeón del mundo por un punto sobre Fernando Alonso y Lewis Hamilton. Massa debió ceder el triunfo en su país para el festejo de su compañero de equipo.
Gran Premio de Bahréin de 2008
Contundente triunfo de Massa, que adelantó a Robert Kubica en el inicio para colocarse primero y liderar 51 de las 57 vueltas de carrera en Sakhir. Raikkonen completó el 1-2.
Gran Premio de España de 2008
Esa misma temporada Ferrari volvería a hacer un 1-2, ahora en el Circuit de Barcelona-Catalunya con dominio de Raikkonen sobre Massa para irse como líder de un apretado campeonato que tras esa carrera tenía a los cuatro primeros (Raikkonen, Hamilton, Kubica y Massa) en 11 puntos.
Gran Premio de Francia de 2008
El tercer y último 1-2 de Ferrari en 2008 llegó en Magny-Cours en la que hasta ahora ha sido la última visita de la F1 al circuito francés. Raikkonen hizo la pole pero Massa fue el ganador para tomar el liderazgo del campeonato por dos puntos sobre Kubica.
Gran Premio de Bahréin de 2010
Estreno ideal de Alonso vestido de rojo, venciendo en Bahréin seguido de Massa, con Hamilton completando el podio. Sebastian Vettel, con Red Bull, había dominado la carrera pero se retrasó con problemas mecánicos y el español tomó el liderazgo a 16 vueltas del final para ir por el triunfo.
Gran Premio de Alemania de 2010
El segundo 1-2 de Ferrari en 2010 quedó en el recuerdo por el famoso mensaje por radio para Massa donde le indicaban que Alonso era más rápido. El brasileño, que buscaba volver al triunfo tras su grave accidente del año anterior en Hungría, finalmente fue adelantado por el español a 19 vueltas de la bandera a cuadros.
Gran Premio de Mónaco de 2017
Casi siete años debió esperar Ferrari para celebrar un 1-2 tras aquel de Hockenheim. Fue en Montecarlo 2017, cuando Raikkonen había hecho la pole pero Vettel lo adelantó en las paradas en pits. La cara de Kimi lo dice todo...
Gran Premio de Hungría de 2017
El siguiente doblete del equipo italiano ese año llegó en Hungría, donde esa vez Vettel salió desde la pole y ganó con contundencia sobre Raikkonen.
Gran Premio de Singapur de 2019
Como ya había hecho en Mónaco 2017, Vettel sacó provecho de la estrategia de pits para adelantar a su compañero -Leclerc en esta ocasión- y quedarse con el triunfo, algo que el alemán necesitaba y mucho a nivel personal.
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Una versión del diseñador Juan David Barrera de cómo podría ser el Ferrari de 2021

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