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Artículo especial

Fangio y su obra maestra

Juan Manuel Fangio realizó toda una proeza en el año 1957 con una inolvidable victoria en Nurburgring el día en que consiguió su quinto título mundial.

Juan Manuel Fangio, Maserati

Foto de: LAT Images

Juan Manuel Fangio
Juan Manuel Fangio
Juan Manuel Fangio
Juan Manuel Fangio
1957 Maserati 250F (Juan Manuel Fangio): Lukas Huni
1957 Maserati 250F (Juan Manuel Fangio): Lukas Huni
Una estatua de bronce de Juan Manuel Fangio y su Mercedes-Benz W196

Las grandes hazañas nunca prescriben, por eso, muchos años después de la increíble victoria de Juan Manuel Fangio en el Gran Premio de Alemania de 1957, siempre se está a tiempo para conocer detalles sobre esa jornada y poner en contexto la gesta del argentino. El habilidoso piloto llegó a Europa con la intención de "ganar alguna carrera", como lo confesó a finales de la década 1940.

Eran tiempos difíciles, el dinero no alcanzaba, y su compañero de ruta, otro de los mitos del volante, José Froilán González, se las ingeniaba junto con el "Chueco" para sobrevivir. Juntaban sus ahorros para poder conseguir un coche, pero eran tan buenos que las marcas comenzaron a fijarse en ellos y a contratarlos.

Conoce más sobre Juan Manuel Fangio en la historia de la Fórmula 1:

Más allá de sus humildes inicios, cuando llegaron a Nurburgring para la carrera del 4 de agosto de 1957, Juan Manuel Fangio ya había ganado algo más que una carrera. Guardaba en sus vitrinas nada menos que cuatro títulos mundiales y 23 triunfos, pero la mejor victoria le esperaba en el 'Infierno Verde'.

Después de vencer con todas los fabricantes con los que corrió, el argentino regresó a Maserati, que con el modelo 250F se enfrentaba a los poderosas Ferrari 801. Los monoplazas de Maranello utilizaban las gomas Englebert, capaces de durar toda una carrera por su dureza, mientras que su equipo calzaba las Pirelli, más veloces y blandas, que necesitaban ser cambiadas durante el gran premio, puesto que no resistían hasta el final.

La estrategia marcaba la obligación al 'Chueco' de sacar medio minuto a sus rivales en pista para montar unas gomas nuevas y volver al ataque para ganar. El campeón cumplió su parte en los once giros iniciales, y llegó a boxes con 29 segundos de ventaja, lo que Ayrton Senna y Michael Schumacher iban a lograr décadas más adelante.

Sin embargo, sus mecánicos tardaron mucho en el cambio de compuestos y el repostaje, y perdieron un minuto y 18 segundos. Juan Manuel Fangio volvió al trazado con casi 50 segundos de desventaja, y solo faltaban diez giros de carrera. Mike Hawthorn y Peter Collins lideraban cómodamente con sus Ferrari.

A partir de ese momento, el argentino escribió su nombre en oro en los libros de historia. Bajó el récord de la pista en todas las vueltas, hasta el punto que mejoró en carrera más de ocho segundos el tiempo de la clasificación. Alguna vez, Stirling Moss contó que al final de la recta principal había un salto en el asfalto, lugar en que todos los pilotos desaceleraban para superarlo.

Sin embargo, el británico aseguraba que Juan Manuel Fangio volaba sin levantar el pie del acelerador, y se dio cuenta de que esa era la manera de ganar algunos segundos sobre sus rivales. Desde ahí hasta el final, el argentino repitió la maniobra en cada giro, y con los monoplaza rojos cada vez más al alcance, primero superó a Collins y, cuando faltaba una vuelta y media, atacó a Hawthorn cuando el inglés se abrió a la derecha para tomar una curva a la izquierda.

El campeón colocó su coche por el interior y fin de la historia, comienzo de la leyenda.  Se hizo muy conocida la famosa frase de Hawthorn, después de abrazar efusivamente al 'Chueco' en el podio: "Si no me apartaba a un lado, el 'viejo diablo' me hubiera aplastado".

Y esa era la realidad. El argentino estaba endemoniado en la pista, y sus declaraciones también dejó una marca en la historia de la Fórmula 1: "Nunca antes había corrido de esa manera y nunca más lo volveré a hacer".

El piloto se llevó su 24º triunfo en la máxima categoría del automovilismo, y alcanzó su quinta corona.


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