Aunque a la temporada 2025 de Fórmula 1 todavía el quedan tres cuartas partes, entre bastidores ya se presta mucha atención al nuevo reglamento que entrará en vigor el año que viene. Esto es especialmente cierto en el frente de los motores, donde se espera un giro importante.

Tras la noticia de que se dará carpetazo a los motores V10, la categoría reina puede prepararse para las unidades de potencia con una mayor proporción de energía eléctrica, sin MGU-H y con un motor de combustión interna que funcione con combustibles totalmente renovables.

Todos los fabricantes llevan mucho tiempo trabajando en ello, incluido Ford, que se ha unido a Red Bull en las  nuevas instalaciones en Milton Keynes (aquí puedes echar un vistazo).

¿Contribuye Ford más de lo que se pensaba en un principio?

El responsable de Ford Motorsports, Mark Rushbrook, revela durante una entrevista exclusiva con Motorsport.com cómo se está trabajando: "En realidad, la colaboración se está fortaleciendo cada día, desde las primeras conversaciones y el momento en que se firmó el contrato, aunque el trabajo ya había empezado antes. Estamos contribuyendo en diferentes áreas. En general, vamos por buen camino en lo que respecta al motor de combustión interna y los componentes eléctricos".

"Por supuesto, queda mucho trabajo por hacer y aún tenemos mucho que demostrar en términos de fiabilidad, pero en términos de cooperación -la confianza y la contribución de ambas partes- ha sido excelente hasta ahora. Ha sido todo lo que esperábamos y, de hecho, incluso más de lo esperado".

Estas últimas palabras, según Rushbrook, también se aplican exactamente a lo que Ford está haciendo entre bastidores. El estadounidense reveló que Ford está contribuyendo a más cosas de las que figuraban en la lista inicial, sobre las que ahora dice: "Inicialmente, el foco estaba en la electrificación. Pero con nuestra planta de fabricación avanzada y nuestras máquinas de impresión, podemos hacer cosas en tiempo real", señala en referencia a la impresión 3D.

"Literalmente, fabricamos cosas todos los días que vienen de Dearnborn, se envían y se prueban en el laboratorio de Milton Keynes". Además, el personal de Ford participa en el proyecto, lo que Rushbrook cree que añade valor a la empresa: "Pone a prueba a nuestra gente, nuestros procesos y nuestras instalaciones. Nos empuja a hacer cosas que nunca antes habíamos hecho, ni siquiera en otros programas de automovilismo".

"Por supuesto, se basa en las cosas que ya hemos hecho para la producción u otros programas de automovilismo, pero esto nos empuja aún más en términos de velocidad, control de calidad y la precisión necesaria". En la Fórmula 1, en otras palabras, el listón está más alto. "El plazo para desarrollar un coche de GT3, por ejemplo, era más corto. El Mustang GT3 se desarrolló en dos años y medio, mientras que nosotros pronto llevaremos un total de tres años y medio para desarrollar sólo una unidad de potencia. En esos tres años y medio, se trabaja continuamente a mayor velocidad de lo que se haría durante esos dos años y medio para un coche entero".

Esto plantea la cuestión de lo grande que es el reto. Por ejemplo, Red Bull Powertrains es un recién llegado a la Fórmula 1, y Ford tampoco tiene experiencia con motores híbridos en la categoría reina.

"Efectivamente, el proyecto se ha construido desde cero, pero con gente que ya tiene mucha experiencia en la Fórmula 1", replicó Rushbrook. "Y sí, también se ha incorporado mucha gente con poca experiencia, pero todos en nuestro equipo están acostumbrados a trabajar a alta velocidad. Cuando ves que la gente que está a tu alrededor trabaja más rápido, tú mismo aceleras y te adaptas. Eso mismo ha pasado".

¿Va por buen camino Red Bull-Ford con el motor 2026?

No obstante, la pregunta sigue siendo hasta qué punto Red Bull-Ford puede ser competitiva en 2026. A la pregunta de si actualmente se están cumpliendo sus propios objetivos y todo va según lo previsto, Rushbrook respondió: "Sí, aunque por supuesto siempre hay excepciones porque nunca se puede conseguir todo al cien por cien. Pero cuando se trata de cumplir las cifras de potencia, entonces absolutamente".

Y añadió: "Después, todo depende de las pruebas de fiabilidad. Al hacerlo, ¿se consigue todo a la perfección? No, pero esa es la realidad de cualquier programa. Es algo que ocurre por el camino y luego se trata de cómo reaccionas, en términos de urgencia y de mentalidad. Así que reaccionamos a lo que vemos".

Cuando menciona la fiabilidad, Ford deja claro que siempre va de la mano: "Si el motor se desarrolla y encuentra más potencia, entonces, por supuesto, siempre se trata de probar la fiabilidad. Así que es: potencia, fiabilidad, potencia, fiabilidad".

La gran incógnita: cómo se compara Red Bull-Ford con sus rivales en F1

Cómo se compara con la competencia sigue siendo una variable. A la pregunta de si Rushbrook tiene idea de cuál es la situación de la competencia, la respuesta es: "No, no se sabe. Hasta que todo el mundo no haga las pruebas en el mismo banco de pruebas y en las mismas condiciones, no se puede saber. Sólo hay rumores sobre quién va por delante y quién por detrás. Pero la respuesta real es: no, nadie lo sabe".

No obstante, Christian Horner dijo recientemente que Mercedes parece "confiado". Es una impresión que Rushbrook comparte cuando se le pregunta. "Efectivamente, lo parecen. Christian y yo estamos de acuerdo en casi todo, así que sí".

La pregunta final, por supuesto, es: si es imposible hacerse una idea de la competencia, ¿de dónde saca Red Bull-Ford la confianza de que al menos puede ser competitivo? "Cuando analizas las reglas, haces una evaluación de lo que es factible basándote en esas reglas. Hemos dicho 'creemos que esto es factible y queremos llegar a ello de una determinada manera', ese es el camino que seguimos. Pero no sabemos lo que Mercedes o Ferrari piensan que es posible, esa estimación podría ser mayor o menor que la nuestra. Todo el mundo puede decir que va por buen camino, pero con números diferentes".

Es precisamente esto último -lo alto que los distintos fabricantes han puesto el listón internamente- lo que hace que 2026 sea un a especie de lotería. Rushbrook confía en alcanzar sus propios objetivos, pero la cuestión principal en este momento es (también internamente) cómo se comparan con los objetivos de los demás. "Exactamente eso", concluye Rushbrook.