Los sábados, Verstappen sigue siendo superior a Ricciardo, aunque los domingos no solían ser jornadas tranquilas para él. Merecía Max una carrera libre de problemas y al fin la tuvo, pudiendo demostrar su enorme talento y su gran inteligencia. Sabía que Hamilton no se atrevería a luchar cuerpo a cuerpo con él (su fama se ha ganado) y se llevó una victoria incontestable. Es la segunda en F1 y seguro que llegarán muchas más.
Se ganó en los entrenamientos el derecho a ser considerado favorito a la victoria en un circuito que a priori no resultaba favorable a los del Cavallino. Sin embargo, la fiabilidad le dio la espalda y se vio obligado a salir último. Remontó e incluso llegó a aspirar al podio, aunque finalmente su coche no le dio para más. En la primera vuelta esta vez sí tuvo la sangre fría de saber que las carreras no suelen ganarse ahí pero sí pueden perderse. Lo tiene muy difícil pero no se rinde, y la manera en la que aceptó la doble avería del sábado y cómo consoló a sus mecánicos muestra que es el auténtico líder que quieren en Ferrari.
Eran la gran esperanza para impedir un cuarto año de paseo de Mercedes ante el cambio de reglamento de esta temporada y decepcionaron. Sin embargo, y como es habitual, en la segunda mitad de temporada están remontando y en Malasia ganaron por mérito propio, aunque nunca sabremos qué habría pasado con una pizca más de suerte en Ferrari. Pueden ser jueces del final de campeonato y es de admirar el progreso que han hecho en seis meses.
Aprovechó la ausencia de Vettel para llevarse otra pole superando a Raikkonen y el domingo tuvo la inteligencia necesaria para no meterse en problemas y salvar un podio que le permiten salir de Sepang más líder aún. El Lewis moderno es capaz de sacar la calculadora y no pierde oportunidad de aprovechar los fallos o problemas de sus rivales. Cada vez más cerca de ser el segundo tetracampeón de la parrilla.
No llevaba las mejoras que McLaren introdujo en el coche de Alonso, pero batió al español en clasificación y ampliamente en carrera, sumando los únicos puntos de McLaren en Malasia. Lleva dos séptimos puestos seguidos (es su mejor resultado) y asegura que fue la mejor carrera de su corta trayectoria en F1. La tranquilidad de tener contrato asegurado para 2018 le sienta bien.
La fiabilidad les hizo alejarse mucho más del título, pero la lucha de sus mecánicos para cambiar el motor de Vettel de los libres 3 a clasificación y por tratar (sin poder lograrlo) de que Raikkonen empezara la carrera son la señal de que no se rinden y de que haríamos mal en descartarlos antes de que las matemáticas digan que es imposible.
El australiano ya lleva más carreras en 2017 sobre el podio que fuera de él. Es superado por su compañero en clasificación y esta vez también el domingo, pero sigue sumando y acumulando puntos y ya saca casi 40 puntos a Raikkonen, por lo que su cuarta posición parece asegurada. No defrauda.
A pesar de un virus que le tuvo la noche anterior a la carrera conectado a un suero intravenoso, no solo acabó sino que además lo hizo sumando una buena cantidad de puntos gracias a su sexto puesto. Pérez sigue dejando muestras del gran piloto que es y en ocasiones parece que Force India se le queda pequeño.
Se despide de la Fórmula 1 un circuito que nos gusta, un gran premio que ha dejado buenas carreras y muy exigente para pilotos y equipos. La categoría pierde un evento donde los siempre apasionados y ocurrentes fans ponen siempre un toque de color y en el que la meteorología mantiene a todos alerta. Que los circuitos nuevos que lleguen en el futuro tengan algo de Sepang.
El Toro Rosso no permitía muchas alegrías en Malasia, pero Gasly dejó buen sabor de boca en su debut en Fórmula 1. Rindió a una vuelta y acabó delante de los Renault y Sauber en carrera. Probablemente haya convencido a sus jefes para seguir en 2018 aunque, si no lo ha hecho, tendrá otra oportunidad de hacerlo esta semana en Japón. Habrá que seguirle de cerca allí, Giovinazzi (al que ganó el título de GP2 en 2016) también se estrenó con buen pie a principios de temporada y en la segunda carrera dejó muestras de su inexperiencia. Veremos.
Tras un gran GP de Singapur, Renault esperaba que Palmer mantuviera un nivel similar y demostrara que merece ese asiento al que se aferra únicamente porque un contrato impide que le bajen de él. Su respuesta fue una carrera donde pasó sin más pena ni gloria que dos tromps y un toque con Mangnussen y dando un paso atrás en sus aspiraciones por ser piloto de cualquier equipo en 2018.
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