Un Fórmula 1 libre y un piloto resignado a jugar a Call of Duty

Lance Stroll se encontraba indispuesto en la mañana del sábado del GP de Eifel, y explicó a su equipo equipo, con cierto mimo, que no podía estar fuera del baño el tiempo suficiente como para subirse al coche y salir a pista.

Con el canadiense fuera, Racing Point tenía que buscar un sustituto, y dado que la escudería ya tiene experiencia en reemplazos de última hora, Stoffel Vandoorne estaba totalmente a mano, en el circuito.

El belga es uno de los pilotos reservas del equipo por la asociación de motores que tienen con Mercedes, y en una temporada en la que la pandemia puede obligar a cambios en la alineación, todos los equipos tienen a alguien presente en las carreras por si se requieren sus servicios.

Sin embargo, Racing Point decidió llamar a Nico Hülkenberg, que estaba en otra ciudad, con la mente puesta probablemente en el sabor de ese café que se estaba tomando con un amigo.

Mira la odisea de Hulkenberg:

Hülkenberg, de un café en la ciudad, a disputar una clasificación de F1

Cuando Hülkenberg quiso llegar (y eso que estaba cerca), hacerse el test de COVID-19, tener el resultado negativo y subirse al coche, la FP3 ya había acabado dos horas antes, y el alemán solo pudo estrenarse directamente en la clasificación.

Mientras tanto Vandoorne, que había visto una oportunidad de lujo de volver a disputar un gran premio, se lo tomó con humor, y publicó una foto del que, sin poder pilotar el Fórmula 1, iba a ser su pasatiempo: jugar a Call of Duty.

Hülkenberg fue último en la clasificación, y aunque en carrera demostró su talento y evitó problemas para llegar a una meritoria octava plaza, resulta incomprensible que teniendo a mano un piloto también joven, en forma (en agosto disputó en una semana seis carreras de Fórmula E), y que se supone que conoce el coche del simulador, Racing Point decidiera prescindir de él.

Se le preguntó al equipo la razón y el director, Otmar Szafnauer, lo explicó: "Stoffel estaba en el paddock. Había pasado el test de COVID y estaba listo para rodar. Solo que con Nico, teníamos su asiento aquí, sabemos exactamente dónde van los pedales con su altura".

“No tenemos que ajustar los pedales y algunas de las otras cosas por las que habríamos tenido que pasar con Stoffel. Así que era más fácil [llamar a Hulkenberg]".

Cierto que Nico iba a ir al circuito (tenía compromisos con la televisión alemana), que ya se ha subido al RP20 en dos grandes premios en Silverstone (cuando sustituyó a Pérez, positivo en coronavirus), y que Racing Point va con su asiento a todas las carreras por si acaso. Pero entonces, ¿no habría sido más lógico tenerle en Nürburgring desde el jueves?

La explicación de los tiempos del malestar de Stroll deja todavía más dudas: "No se ha encontrado bien desde Rusia. Creo que estaba un poco resfriado. Al principio pensamos que podría ser el virus, pero en todos ha dado negativo y no tiene síntomas típicos. El viernes por la noche tuvo malestar estomacal, pero media hora antes de la FP3 él seguía con intención de correr".

"Pero luego recapacitó: 'Bueno, si no mejoro, entonces tengo que hacer la clasificación, y luego tengo que correr'. Y en su estado, no veía posible hacer la carrera entera".

Si desde el anterior GP de Rusia (dos semanas antes) Stroll ya no estaba al 100%, y el día antes tenía malestar estomacal, parece lógico que Racing Point tendría que haber llamado a Hülkenberg. Se podría haber apurado con Lance hasta el último momento y, si llegados los Libres 3 definitivamente no estaba apto, ahí tenían a Nico dispuesto a sumar kilómetros.

Sí, acabó octavo la carrera, pero como el propio equipo dice, habiendo disputado la FP3 podría incluso haber llegado al nivel de Pérez (el mexicano fue 4º). No habría salido tan atrás (el acceso a la Q2 habría sido 'sencillo') y habría podido aspirar a más el domingo. No está la lucha por la tercera plaza del campeonato de constructores tan fácil como para ir descuidando detalles...