Galería: los campeones del mundo de la década de los 90's

La década de los 90 marcó un gran avance en la tecnología de los monoplazas de F1. Las suspensiones inteligentes, los controles de tracción, los sistemas antibloqueo, las gestiones variables de motor, y las transmisiones, entre otras novedades, se comenzaron a utilizar con la mejora de la fiabilidad de la electrónica.

Fue tal el avance tecnológico, que los motores eran analizados remotamente vía radio desde la sede del fabricante, a varios kilómetros de distancia, y en tiempo real, lo que permitía anticipar si algo fallaba.

Para la primera temporada de la década, los asientos los ocupaban, Alain Prost y Nigel Mansell en Ferrari; Ayrton Senna y Gerhard Berger en McLaren; Nelson Piquet y Alessandro Nannini en Benetton; Riccardo Patrese y Thierry Boutsen en Williams; Jean Alesi y Satoru Nakajima en Tyrrell entre otros. Lotus, la emblemática marca británica, se asociaba con Lamborghini y comenzaba su final.

1991 sería el mejor año para el brasileño Ayrton Senna, y gracias al intenso duelo con el francés Alain Prost, se pudieron disfrutar de grandes carreras.

Pero la historia de esa década quedaría marcada por la muerte, concretamente en el Gran Premio de San Marino. Roland Ratzenberger se había matado en la clasificación del sábado en la curva Villeneuve. Un día antes, Rubens Barrichello, con su Jordan, se salvó de milagro al volar en la Variante Bassa a más de 220 Km/h, saliendo con solo una fractura de nariz. Desde 1982 no había habido ninguna fatalidad en clasificación ni en carrera.

El domingo de la carrera, Senna lideraba después de un reinicio, presionado por el alemán Michael Schumacher. Pero al llegar a la curva de Tamburello, el Williams de Senna siguió de largo e impactó contra el muro a más de 210 km/h.

El brasileño quedó inconsciente en lo que quedó de cabina, mientras la bandera roja ondeaba para detener la carrera. Su cuerpo tirado en el asfalto indicaba que pasaba algo grave. Las asistencias intentaron reanimarlo, pero su cerebro se había destrozado con una pieza de la suspensión del coche. Fue llevado al hospital, pero todo indicaba que Senna había fallecido. Su deceso no se notificó hasta finalizada la carrera, que ganó Schumacher. Así terminaba una leyenda pero otra acababa de comenzar.