En Aston Martin, la autocrítica se ha convertido en un hábito tan constante como la voz de Fernando Alonso pidiendo más. Tras un Gran Premio de Estados Unidos en el que el equipo solo logró un punto —gracias, una vez más, al asturiano—, el jefe de pista Mike Krack quiso poner freno al pesimismo. "Creo que a veces somos demasiado autocríticos. También hay que recordar celebrar las cosas positivas", dijo tras la carrera en Austin.

Y quizá tenga razón. El fin de semana en Texas fue todo menos sencillo: dos coches destrozados en la carrera sprint, un Alonso obligado a abandonar tras un toque en la primera vuelta y un Lance Stroll sancionado por un incidente con Esteban Ocon. El equipo tuvo que reconstruir ambos monoplazas en tiempo récord, y solo la solidez del asturiano el domingo permitió salvar un punto que, aunque escaso, puede ser crucial en la batalla por la sexta posición del Mundial de Constructores.

"Fue muy bueno contar con el gran trabajo de la fábrica y del garaje. Fue realmente justo, pero creo que salió bien. Esto demuestra lo importante que es estar preparados", destacó Krack.

"No somos el noveno equipo"

Mientras Alonso aseguraba que Aston Martin era "el noveno coche más rápido en Austin" —solo por delante de Alpine—, Krack se negó a aceptar esa lectura tan cruda. "Hay que revisar esos análisis en detalle. Algunos usan blandos, otros medios, otros duros... Tenemos que ver los datos antes de decir realmente dónde estamos en ritmo", respondió.

La realidad, sin embargo, parece dar algo de razón al bicampeón. En Austin, Alonso cruzó la meta en décima posición, sin ritmo para alcanzar al Haas de Oliver Bearman ni al Sauber de Nico Hulkenberg, mientras Lanec Stroll se quedó fuera de los puntos pese a una remontada discreta. "Sabemos dónde estamos. Hay circuitos donde rendimos mejor y otros donde sufrimos más. Lo importante es puntuar siempre que se pueda", insistió Krack.

El equilibrio entre la exigencia y la calma

El contraste dentro del garaje de Aston Martin parece claro. Alonso busca la perfección, empuja al equipo hacia el límite y no disimula su frustración cuando el coche no está a la altura. En cambio, Krack y el nuevo jefe Andy Cowell parecen más inclinados a valorar el proceso, incluso en fines de semana grises.

"Si cada vez que no ganas eres demasiado autocrítico, en 24 carreras se hace demasiado largo", reflexionó Krack. "Cuando consigues un punto o varios, hay que tomarse un respiro. Y luego, al día siguiente, volver a buscar la perfección".

Una frase que resume bien la encrucijada actual del equipo de Silverstone: mantener la moral alta sin perder la ambición. Porque Aston Martin sabe que su gran objetivo está en 2026, con el nuevo túnel de viento, el motor Honda y el coche que diseñarán Adrian Newey y Enrico Cardile. Pero cada fin de semana como el de Austin recuerda que el presente también cuenta, y que mientras Alonso siga al volante, la autocrítica será inevitable.