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Análisis técnico del coche Haas VF-23: ¿un Ferrari negro?

El equipo Haas salió por primera vez a la pista con su VF-23 real de la temporada 2023 de Fórmula 1, y eso nos permitió hacer un detallado análisis técnico.

Kevin Magnussen, Haas F1 Team

Foto de: Haas F1 Team

Haas fue el primer equipo en mostrar la decoración de su monoplaza para la temporada 2023 de Fórmula 1 con el nuevo patrocinador principal, MoneyGram, y el segundo en revelar el aspecto real del coche después de Alfa Romeo. La escudería estadounidense debutó con el VF-23 en una jornada de rodaje en el circuito de Silverstone, con lo que se pudo ver por primera vez juntos a la pareja formada por Kevin Magnussen y Nico Hulkenberg, y los detalles del Fórmula 1.

Como no conoceremos el Ferrari SF23 hasta el próximo martes, por ahora, podemos decir que el monoplaza de los norteamericanos es muy similar a los del Cavallino Rampante, al menos, al de la pasada campaña, el F1-75, y no es de extrañar, puesto que son clientes de los de Maranello en cuanto a motores.

Mira los últimos análisis técnicos de la temporada 2023 de Fórmula 1:

El área de diseño está situada en el corazón de la Gestione Sportiva, en el edificio donde Ferrari tiene su nuevo similar y la sala de prueba de paradas en boxes, y los de Gunther Steiner también utilizan el túnel de viento de los italianos, por lo que existe un tipo de 'cordón umbilical' que va mucho más allá que contar con Simone Resta como director técnico, un ingeniero de los de rojo cedido, y un cualificado grupo de técnicos. La construcción de piezas se confía a Dallara, con una colaboración muy sólida, así que es lógico que se solapen las ideas sobre el diseño final.

Haas, por tanto, no se ha dejado llevar por la tendencia de otros a converger en las opciones de Red Bull, y conserva la identidad del Ferrari del año pasado, incluso de una manera más pronunciada. El análisis debe comenzar por los pontones, con unas entradas hacia los radiadores altos, anchos y estrecho y, respecto al F1-75, hay un labio inferior más prominente, la única concesión a los conceptos de los de Milton Keynes.

En las laterales alcanzan una anchura máxima para evitar que las turbulencias generadas por la rueda delantera ensucien el flujo alrededor del vehículo, mientras que hay más pendiente en la parte inferior de las entradas con la intención de aumentar el aire que va al suelo.

En la zona superior se pueden ver las hendiduras con las branquias que refrigeran el interior del monoplaza, aunque eso se ha retocado. Al igual que el Alfa Romeo C43, el VF-23 puede beneficiarse de unos elementos más pequeños de la unidad de potencia 066/7 sin el riesgo de que se sobrecaliente, lo que permite ahorrar peso y adoptar formas más extremas para ayudar a la aerodinámica.

Los pontones se mantienen altos y no se inclinan, sino que se cierran cerca del brazo superior de la suspensión trasera. La parte inferior se asemeja a la del Ferrari, sobre todo, en los túneles Venturi, más altos en su inicio, y con unas capas que son más bajas en sus terminaciones, ya que se aprecia un escalón muy parecido al de los del Cavallino Rampante en el Gran Premio de Francia.

En el exterior se encuentra una estructura vertical que separa el aire sucio que llega del neumático delantero, mientras que en la entrada del fondo hay un soporte del espejo más grande con los desviadores del flujo debajo del retrovisor para beneficiar las turbulencias más altas que proceden de la rueda. El bordillo del suelo no es demasiado ancho, y se ha cuidado mucho la inclinación que llega hasta ese punto con el objetivo de empujar el flujo mucho más allá del neumático posterior, con una elevación del fondo de 15 milímetros, algo impuesto por la FIA, que posee una abertura horizontal que Red Bull ya copió a Ferrari.

Los ingenieros de Haas no han renunciado al tirante que mantiene rígida la parte inferior donde se eleva el codo del difusor, y la intención es llegar al peso mínimo de 798 kilos, pudiendo así beneficiarse de una plataforma más ligera que deberá ser flexible para ayudar a crear el 'minifaldón neumático'. El airbox o caja de aire es triangular, siguiendo el estilo de Maranello, y muestra dos elementos verticales a cada lado del aro antivuelco, que se ha reforzado.

La cubierta motor se estrecha muy rápidamente, con formas esbeltas, hasta el punto de que puede verse una aleta dorsal con dos crestas muy llamativas, con un patrón ondulado en la zona inferior, con el borde de fuga teniendo que descender para mejorar el efecto downwash de los flujos en beneficio de la eficacia aerodinámica.

Los estadounidenses han elegido una suspensión trasera pull rod, pero los brazos tienen diferentes fijaciones siguiendo el diseño que veremos en el SF23, mientras que el alerón posterior se apoya en dos pilares, con una configuración muy descargada, tanto en el perfil principal como en el flap móvil, al menos, en estaprimera jornada de rodaje.

Si nos vamos a la parte delantera, encontramos un morro más ahuecado en la zona inferior, y que se enrosca hasta la segunda aleta del ala delantera, mientras que el perfil principal muestra un diseño de cuchara en el centro.

El alerón tiene bastante cuerda, con flaps muy cargados, y parece ser una elección estratégica para que la parte delantera sea menos sensible a las variaciones de altura y, por tanto, podría ser una solución antiporpoising. No pasa desapercibido que las aletas disminuyen en los laterales para favorecer la aerodinámica, mientras que están más cargadas en su posición central, con un lateral clásico cuyo perfil exterior está inclinado hacia arriba.

La suspensión delantera mantiene el sistema push rod, con unos triángulos más combados y unas tapas de carbono que están orientadas para dirigir los flujos hacia los túneles Venturi. Esperamos imágenes con detalles y más definición para traer un análisis más detallado del Haas VF-23, un monoplaza en el que Simone Resta no ha buscado demasiadas florituras, sino que trata de extraer el máximo potencial de su conocimiento en Ferrari, un proyecto coherente y directo.


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