Por qué los 'simracers' pueden ganar a los pilotos reales
La pandemia por coronavirus está facilitando iniciativas de carreras virtuales entre pilotos de diferentes categorías y jugadores. Pero los resultados están siendo sorprendentes...
En unas semanas en las que la acción del planeta se ha paralizado por la pandemia del COVID-19, el mundo del motor busca maneras de entretener a sus aficionados, confinados en casa en la mayoría de casos para evitar la propagación del virus.
Como no podía ser de otra manera, los eSports, en su versión de carreras, conocida como simracing (carreras virtuales), han salido al paso y a través de diferentes iniciativas han puesto a competir entre sí a pilotos profesionales y a simracers de nivel.
A priori podríamos pensar que el piloto real no debería tener ningún problema para superar a sus homólogos virtuales en una carrera con setup (configuraciones) y vehículos iguales. Pero la realidad de los últimos días nos ha ofrecido todo lo contrario.
En los dos eventos de relieve celebrados el pasado fin de semana, los grandes nombres de la competición real no pudieron entrar siquiera en el top 5 final. Felix Rosenqvist y Lando Norris fueron los mejores representantes de una generación que se ha formado en simuladores y que trabaja semanalmente en las instalaciones de sus equipos profesionales habilitadas para ello. Max Verstappen dominó las mangas previas, pero en la final de uno de los dos eventos se vio involucrado en varios incidentes.
Bien es cierto que figuras como James Baldwin (ganador de concurso World’s Fastest Gamer 2019 y que hará su debut en GT este 2020) o Rudy Van Buren (ganador del mismo concurso en 2017 y piloto de simulador de F1 y Fórmula E) tuvieron mejores actuaciones. Pero los podios estuvieron ocupados por simracers, que sacaron un rendimiento extra de las plataformas rFactor 2 y F1 2019.
Precisamente Van Buren da una pista de los motivos de que esto sea así, en declaraciones a Motorsport.com: "Creo que mucha gente subestima el alto nivel que hay en simracing. Algunos son pilotos virtuales a tiempo completo, se ganan la vida compitiendo online. Van de competición en competición y practican 7-8 horas diarias. Por lo tanto, es normal que, como piloto real, sufras contra estos tíos. Es una cuestión de práctica y de ganar más experiencia".
"Funciona igual en todos los deportes. Tienes que ir sumando experiencia para estar al máximo nivel. Como habrá más eventos de simracing en las próximas semanas, creo que los pilotos reales irán mejorando cada vez más y reducirán la diferencia. Por otro lado, creo que es genial competir contra estos grandes nombres, da otra dimensión al simracing".
Dani Juncadella, ex piloto del DTM y FIA F3, y actual piloto de R Motorsport en el GT World Challenge y el ADAC GT Masters, compite habitualmente en iRacing y Assetto Corsa, y fue el único español que estuvo presente en estas dos competiciones.
"Al final es práctica, también memoria muscular de dar muchas y muchas vueltas. Al final, un simracer no para de dar vueltas al circuito, los cambios de setup son mucho más rápidos que en un día de test en la vida real. Eso, quieras o no, facilita todo. Para mí ahí está la diferencia. Además, son tíos de un enorme nivel. A nivel de software hay diferentes temas de telemetría que te permiten mejorar más rápido y el hardware, volante y pedales, que usan son de un nivel muy, muy alto", comentó a Motorsport.com.
Por su parte, Jon Elgezabal, CEO de NorthWSim (marca española referente en la construcción de cockpits) y su equipo homólogo, sigue una línea parecida, arrojando alguna clave más.
"Un piloto tiene mucho más trabajo hecho de entrada que un simracer con mucho talento. Saben trazar perfecto, les enseñan a visualizar las curvas mucho mejor, a entrar y salir lo más perfectamente posible de ellas, formas de frenar, etc. Además de concentración, reflejos y toda la parte técnica mental. Tienen también una muy buena forma física, lo que ayuda siempre. Un simracer, depende mucho de con quién tope al principio, de si absorbe buenas técnicas en pista y varios factores más. Si eso se da, será muy bueno. Luego están los que tienen una muy buena memoria fotográfica que se quedan con todo. Siempre he pensado que los grandes pilotos tienen esa memoria fotográfica en mayor o menor medida", asegura a Motorsport.com.
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"Luego están los que entrenan más o menos. Dicho esto, un piloto real, no tiene por qué se mejor que un buen simracer en lo virtual, primero porque el simracer tiene su simulador muy cogido de la mano y tiene mucha experiencia, mientras que un piloto usa su experiencia para ello, ya que es su trabajo. Otra cosa será cuando esto vaya creciendo y los mejores pilotos vayan entrenando más y sintiéndose más a gusto en el simulador, unido a lo suyo, pues imaginaos".
Javier Guerra, responsable del proyecto de Williams eSports, también insiste en que el hábito hace al monje, y que con un proceso de adaptación, los pilotos reales podrán estar a la altura.
"Esto se trata básicamente de habituarse a algo. Si tu pones a un piloto todos los días en un simulador en casa, con el mismo cockpit y todo el hardware, va a tener que ir bien sí o sí. Si metes a un piloto que no tiene las horas de entrenamiento, que se acaba de descargar el simulador en cuestión... Si ponemos a un simracer en un coche real, puede ir bien, pero va a tener que echar horas. Es algo parecido a lo que le pasó a Lando Norris con el simracing. Todo es una cuestión de adaptación y de entrenar durante horas", apunta.
Salva Talens, piloto de MSi eSports (el equipo virtual de Teo Martín Motorsport) y ganador de la ESL Mapfre Racing Series 2019, deja claro: "Al fin y al cabo un piloto élite de cualquier simulador, ha tenido un proceso de formación de muchos años, y conoce perfectamente cuales son las técnicas de conducción para llevar los coches al límite. La diferencia entre un piloto real y un piloto de simulador enfrentados en el terreno virtual es que los del simulador cuentan con el conocimiento de las físicas, lo que les permite sacar esas pocas décimas de más".
"Esto lo podemos traducir perfectamente a un enfrentamiento entre un piloto de simulador y un piloto real en un circuito. Posiblemente ambos tengan los mismos conocimientos sobre cómo llevar un coche rápido, pero el piloto real sabría exprimir el coche para sacar estas décimas que marcan la diferencia".
"La gran pregunta que se hace la gente al ver estos eventos es si un piloto de simulador sería capaz de competir y ganar en el ámbito real. Desde mi punto de vista creo que con un proceso de adaptación esto podría ocurrir, como ha pasado ya en el caso de muchos pilotos [Lucas Ordoñez, Igor Fraga, Ricardo Sánchez o Jann Mardenborough, entre otros]".
Queda claro que no deberíamos sorprendernos con seguir viendo durante alguna temporada a los pilotos reales sufrir ante sus homólogos virtuales. Pero si estas iniciativas siguen abundando, alguno será capaz de darle la vuelta a la tortilla. Tiempo al tiempo.
Información adicional de Ronald Vording
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