El mecánico transformado en copiloto que soñó con ser Vatanen

#336 Springbok MD: Isidre Esteve, Txema Villalobos

Foto: Repsol Media

San Juan (Argentina).- El Dakar avanza hacia su final, un año más, otra edición. La del 40º aniversario. Txema Villalobos (Palafrugell, Girona, 1974) creció con el Dakar. Se iba a la cama soñando con las hazañas de Vatanen y aquellos locos del Mundial que se adentraban en las arenas del Touareg.

En 2000 tuvo la oportunidad de pisar esos mismos desiertos en el Dakar que acabó en El Cairo. Entonces lo hizo como mecánico de Salvador Serviá, que terminó cuarto. 18 años después lo hace como copiloto de Isidre Esteve, al volante del prototipo BV6 de 350 CV con cambio secuencial de Sodicars.

Hace un año debutó en el asiento derecho con el piloto catalán y la experiencia fue intensa y nada habitual.

“El año pasado no hubo mucha navegación, fue muy raro y de lo duro que se planteaba no lo fue tanto al final con las anulaciones de etapas y demás. Yo tenía poca experiencia y me adapté como pude. Al final siempre es trabajo de los dos, sobre todo en los sitios complicados”, recuerda a Motorsport.com el catalán.

“El recuerdo más amargo fue una avería que tuvimos con un tubo del intercooler en Bolivia, y al no llevar un camión T4 que te asiste cuando te quedas en la pista, tuve un momento de crisis. Porque en la TV se ve que alguien se para y todo. Peor en la realidad atrás salimos cada 30 segundos y si te paras 2 minutos en el km 50 te adelantan un montón de coches y cuando te pasan los camiones y sabes que ninguno te sigue, piensas ‘Cuidado que estoy el último del rally y nadie me va a venir a rescatar”.

Este año sí llevan T4, además de varios sistemas nuevos como unos pistones en el portón trasero para sacar las planchas en caso de quedar atrapados en las dunas o el cambio secuencial, con una palanca de recambio que tarda menos de un minuto en estar operativa.

A Villalobos le costaba imaginar que algún día cumpliría el sueño de su infancia: estar en el Dakar. Pero lo cumplió y aún estos días camino de Córdoba se sorprende de compartir mesa y anécdotas con Carlos Sainz, Nasser Al Attiyah o Stephane Peterhansel.

“Yo siempre pienso que cuando era pequeño lo veía con mi padre en la tele y siempre pensaba que era una locura increíble. Ahora hay momentos que pienso: ‘Hostia estoy aquí, es increíble’. Estoy supercontento y me esfuerzo al máximo para que todo salga posible”, reconoce.

“Yo era un fan de Ari Vatanen, con su Peugeot, tenía hasta los coches en miniatura de él. Era mi ídolo. Cuando se bebía el vaso de leche en el podio se me saltaban las lágrimas”.

“A veces vas a comer y estás con la bandeja y tienes a Carlos Sainz al lado. Y él te explica cómo le ha ido la etapa y demás. Cuando acabas dices ‘Esto es un sueño’. Para mí lo es. Con Peterhansel, Al Attiyah… son mis ídolos y estoy aquí con ellos”.

Isidre Esteve, Txema Villalobos, Repsol Rally Team

Foto: KH-7 Rally Team

Una evolución real tras el Dakar 2017

Isidre Esteve reconoce que la evolución de su copiloto ha sido notable, sobre todo tras el rally OiLibya de Marruecos en octubre.

“Es verdad que con Txema no llegamos a un acuerdo para que fuera el copiloto porque fuera su mejor arma. Lo que tiene es un conjunto de cosas buenas que hace que haya aceptado y nos hayamos entendido. Primero porque a nivel mecánico es muy bueno y esto en el mundo de los coches y con mi condición, es muy importante. Él fue quien preparó mi coche para el Dakar 2009 y pensé que si algún día tenía que elegir a alguien para ir a mi lado se lo diría a él”, recuerda Esteve a Motorsport.com.

“Es verdad que empezamos a trabajar con él a partir de 2012 en el Campeonato de España y a partir de ahí hemos ido aprendiendo los dos. Yo le he ido pasando toda la información de cómo había que tratar de hacer esto de la navegación y él siempre ha intentado aprender. Hay una cosa que me gusta muchísimo que es que cuando nos perdemos y no sabemos dónde estamos somos capaces de parar y no continuar en el error”.

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