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Nebrija, el "caramelito" universitario para competir en el Rally Dakar

La Universidad de Nebrija tiene en marcha "un caramelito" con su proyecto de ir al Rally Dakar con un grupo de estudiantes que desarrollan el coche.

Sea Camp-. Ángel Pascual, Adrian Domoque, Borja Arán, Pablo Cid, Adrián Altamira, Paula Narros, la familia Plaza... Son solo unos pocos de los nombres que componen la fórmula para ir al Rally Dakar siendo todavía universitarios, como ocurre en el caso de los ingenieros. En pleno centro de Madrid nació una idea revolucionaria en el mundo de la competición, que una universidad tuviera alumnos participando en la carrera más dura y complicada del mundo, cosa que han logrado con mucho sacrificio, trabajo, dedicación y pasión.

Gracias al plan de estudios de la Universidad de Nebrija, un reducido grupo de quince personas han hecho realidad lo que parece estar destinado solo para grandes fabricantes con presupuestos millonarios, construir un vehículo de la máxima categoría en la mítica cita por el desierto de Arabia Saudí. Tras cerca de ocho meses de esfuerzo y pocas horas de sueño, estos afortunados que han podido ser parte de un equipo del Rally Dakar, ven con emoción estar en el mismo vivac que estrellas como Carlos Sainz, Nasser Al Attiyah o Sébastien Loeb, y miran de reojo a las marcas que podrían ser sus destinos en el futuro, como es en el caso de Audi o Toyota

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En una conversación con medios de comunicación entre los que estaba presente Motorsport.com, explicaron cómo se inicia esta idea de participar en la cita saudí, y a través de las palabras del coordinador de la parte de pista de las prácticas, Ángel Pascual, conocemos de primera mano el funcionamiento del equipo con el que compiten Manolo y Mónica Plaza.

"El proyecto nace para dar prácticas a los alumnos en el ámbito internacional. Llevamos ya tres años, cuando fundamos el Nebrija Performance Engineering y nos presentamos a varias competiciones nacionales", dijo. "Hemos trabajado mucho en tierra, los car-cross, hicimos un coche, aunque antes un equipo, y llevamos esos vehículos trabajando con pilotos junior. Con eso intentamos buscar que aprendan, que son junior y tienen demasiado que aprender, y es una curva de aprendizaje entre los pilotos y los ingenieros".

Sin embargo, para lograr una plaza en la prueba era necesario tener un coche disponible, que llegó poco después. Una vez que se hizo realidad, los estudiantes de Nebrija se pusieron manos a la obra: "El proyecto [del Dakar] surgió un poco el año pasado, lo iniciamos con Óscar Fuertes, y nos valió para conocer un poco esta competición, pero no llegamos a estar presentes".

"Luego empezamos a hablar y había varias opciones, aparecieron Manolo y Mónica [Plaza], que se encontraban con el caso de que el año pasado habían tenido un accidente en el Dakar, tenían un coche destrozado, y nosotros mucha gente con ganas de desarrollar un vehículo, así que era una base perfecta para que con los alumnos hiciéramos un plan de trabajo y desarrollo", comentó.

Ángel Pascual también contó qué camino universitario tomar para vivir la experiencia del Dakar de una manera como esa: "Dentro de la ingeniería mecánica, en el grado del automóvil, en el máster de vehículos de competición, el área del automóvil dentro de la universidad".

Ocho meses, un objetivo, tomar la salida del Rally Dakar

Un plan así requiere una infinidad de 'perfectas casualidades' para que todo salga de cara, y el coordinador explica cuánto tiempo ha sido necesario para atar todos los cabos. En total, fueron más de ocho meses de duro trabajo sin descanso para hacer de la Universidad de Nebrija un perfecto ejemplo de que se puede lograr lo que uno se propone.

"El proyecto y las nuevas ideas empiezan en mayo, pero realmente en trabajar en el coche, en agosto", reveló Ángel Pascual. "Tuvimos que desmontarlo entero, reparar el chasis, dejarlo al desnudo para meterlo en bancada y, a partir de ahí, en paralelo con otras actividades como el desarrollo y la mecánica del montaje, nos sobró un día [risas]".

Cosas así no se pueden hacer de un día para otro ni tampoco con un par de individuos, aunque ha sido un proceso bastante rápido teniendo en cuenta la cantidad de meses de trabajo, en especial por el reducido número de estudiantes implicados en comparación con los grandes fabricantes del Rally Dakar.

"En el proyecto en total son quince, y aquí ha venido un alumno, Alex, que va a estar el Dakar completo, y luego están cinco [más"]", indicó. "Se ha elegido en base al trabajo que ha hecho cada uno, porque al final, muchos han metido mucho esfuerzo, pero creemos que Alex se lo merecía. La idea es un proyecto a largo plazo, ir creando equipo y ser capaces de hacerlo completo de estudiantes, pero al ser la primera carrera debes tener a alguien más como apoyo".

Ángel es uno de los coordinadores, que se compagina con Sergio Corbero, y cuenta cómo surgió esa asociación con Sodicars para seguir el desarrollo de un vehículo con estudiantes universitarios: "Como ha dicho Ángel [Pascual], es un proyecto a largo plazo, el objetivo es hacerlo a cinco años, y este es el primero, por lo que con el tiempo y los condicionantes, que solo tuvimos cinco meses, pero para la parte de desarrollo, solo fueron tres meses".

"Este año hemos hecho el trabajo con los pies en la tierra, intentando resolver los problemas que habíamos detectado", dijo. "Esto nace de una asociación con Sodicars, que tienen un coche consolidado. Es verdad que tecnológicamente se ha quedado atrás, y ahí entra en juego la universidad, donde tenemos una base, nos centramos en el tiempo que tenemos y aplicamos todas las mejoras tecnológicas en el coche".

El desarrollo de una máquina para el Rally Dakar, una montaña de tres pasos que escalar

Hacer funcionar un vehículo para competir por las dunas del desierto no es una tarea fácil, y se necesitan tres pasos fundamentales para lograrlo, como indica el conjunto universitario. Aerodinámica, peso y tecnología, el ABC de lo que debe tener un coche para competir en el Rally Dakar.

"Han ido en tres principales direcciones, todo lo que es descenso de peso, porque es un coche más antiguo, por lo que hemos rediseñado algunas partes estructurales para pasarlas a materiales compuestos, como el otro día, que hablábamos de números y estábamos en torno a 70 u 80 kilos menos respecto al modelo anterior", comentaban los ingenieros. "También en las masas, porque es un vehículo muy grande, hemos intentado centralizar mucho la masa para centralizar las inercias para que sea más fácil de llevar".

"El mayor groso de desarrollo ha venido en la parte de aerodinámica, tanto en la interna como la externa, de hecho, si se compara con el modelo anterior, no tiene nada que ver", explican los de la Universidad de Nebrija. "Se ha desarrollado toda la carrocería con mucho trabajo en la parte aerodinámica y en hacerlo en fibra de carbono para bajar peso, y también todo lo que implica la aerodinámica interna, como los sistemas de refrigeración, el sistema de admisión, mejorar todos los conductos para mejorar el rendimiento y la base que teníamos".

La carrera se unió a la FIA hace muy poco para tener un mayor crecimiento, y todos tuvieron que pasar las especificaciones de la federación internacional, aunque para desarrollarlo no era necesaria la supervisión del organismo rector.

"No, en principio, toda la parte de desarrollo no lo necesitaba, son libres, evidentemente, respetando las limitaciones de la normativa, por lo que no hemos tenido que hacer nada, simplemente ceñirnos a la normativa", aseguran. "Lo que es el desarrollo de chasis completo es algo que va a venir a lo largo de este año, y se habla de implicaciones y debemos negociar con ellos".

El sueño de los dakarianos, al alcance de la mano

Los estudiantes tienen en mente graduarse y llegar pronto al mercado laboral, un sueño que tienen muy cerca después de una experiencia como la del Rally Dakar. Eso es algo de lo que son conscientes, aunque no se cierran las opciones por lo que pudiera pasar.

"Poder dedicarse a este tipo de competiciones es el sueño de cada uno de nosotros, bien sea el Dakar, la Fórmula 1 o cualquier tipo de modalidad, al menos en mi caso, y creo que mis compañeros lo mismo, no me cierro puertas a nada", dijo uno de los miembros del equipo universitario.

"Al final el rol es eso, lo comentábamos el día que presentamos el coche, estábamos desarrollando un vehículo que iba a competir en la categoría en la que están otras marcas, con un conjunto de estudiantes, y todos esos fabricantes tienen equipos de ingenieros de 80 o 100 personas", comentó uno de los coordinadores.

"Su papel es ganar, y el nuestro, evidentemente es hacerlo bien, pero queremos desarrollar a los estudiantes, que lo hagan bien con tres pilares fundamentales: formación, desarrollo y tecnología", continuó. "¿Para qué? Para que el día de mañana Audi, Toyota, todas las marcas, se aprovechen de que hay gente joven y bien preparada, ese es el objetivo".

"Ya han venido al Dakar, saben lo que es desarrollar un coche, a un nivel distinto del de Audi, pero ya tienen mucho camino recorrido, por lo que son unos candidatos perfectos para poder acceder a plazas de trabajo de Audi, Toyota o más equipos", aseguró uno de los máximos responsables del proyecto.

Sobre la relación de trabajo con los fabricantes, los universitarios disponen de un enlace muy estrecho y, sobre todo, a futuro, con todo un lustro por delante para seguir compitiendo: "La relación se va a estrechar mucho más, el proyecto es a cinco años, y el coche del Dakar irá directamente a las instalaciones de la universidad porque hay una hoja de ruta bien definida para el desarrollo que hay que seguir implementando".

En el mundo de los monoplazas, existe la Fórmula Students, una competición en la que varias universidades de todo el planeta compiten por ser los mejores en el plano de la ingeniería, lo que da un currículum a los participantes para el futuro, y en Nebrija creen que esa idea en el Dakar puede ser "un caramelito" para los centros educativos.

"A nosotros nos gusta, y creo que hemos sido pioneros en todo esto, que termina llegando a todo el mundo, y habrá personas que valoren la universidad, porque te permite formar y crecer. Para cualquier universidad, esto es un caramelito, para un grupo de estudiantes, llegar a la Fórmula 1 es imposible, o a Le Mans, pero el Dakar, por el concepto que tiene, es accesible", explicaron.

"Estás participando en la máxima categoría, con una estructura universitaria, y con el tiempo, evidentemente, hagas bien las cosas, eso es muy importante, y el formato es muy agradecido", indican desde un equipo que se pone un objetivo a largo plazo, pero que ya han demostrado de lo que son capaces.


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