Sainz: "El secreto es que Lucas y yo hemos estado muy unidos"
Carlos Sainz y Lucas Cruz lograron su tercer Dakar juntos en la primera edición en Arabia Saudí, y el madrileño considera que la paciencia y su unión fueron claves.
Qiddiya (Arabia Saudí).- La sonrisa de oreja a oreja y la gorra bien calada. Carlos Sainz se bajó del buggy de MINI X-Raid, aquel que él ha ayudado a desarrollar y evolucionar desde hace año y medio. Aquel con el que se ha coronado por tercera vez rey del Dakar junto a su inseparable Lucas Cruz. La alegría desborda cada poro de su piel. Con 57 años ha elevado el listón dos años más en el récord del piloto más mayor en ganar un Touareg.
"Me siento, como te puedes imaginar, muy contento. Porque ha sido un Dakar difícil, donde hemos ido a fondo desde el día uno hasta el último, además hemos tenido en Nasser y Stephane dos grandísimos competidores. Y orgulloso de esta victoria con este nuevo coche, y agradecer a Lucas el gran trabajo, así como a los sponsors y a MINI", comentó nada más pisar el suelo polvoriento de lo que un día será una gran ciudad de entretenimiento.
"He subido un poco más el listón para que cueste más ganarlo, pero eso es anecdótico. Lo importante es el cronómetro, que es lo que marca la diferencia. Al final tener 10-15 años más o menos, no importa".
Crónica final:
Cuando se le pregunta cuál ha sido la clave de uno de los Dakares más rápidos que se recuerda, donde tres pilotos han batido el cobre hasta la última jornada en apenas unos minutos, Sainz responde: "Cometer menos errores e ir más rápido, no hay secretos, esa es la clave. Hay que ir más rápido que los demás y cometer menos errores, lo que pasa es que parecía que los tres de cabeza no íbamos nunca a cometer ninguno y por eso el ritmo ha ido creciendo y creciendo. La segunda semana eran etapas peligrosas donde había muchas trampas y era muy fácil al ritmo que se iba cometer un error".
Sainz no considera clave la presencia del segundo buggy de MINI X-Raid, el de Stephane Peterhansel, para asegurar la victoria.
“Al principio de la carrera había muchos Toyota y solo dos MINI de dos ruedas motrices. Lo que parecía un handicap... yo sabía que la carrera iba a estar entre Nasser, Stephane y yo y así ha sido. Ha estado muy peleado hasta el final. El rally no empezó de la mejor manera, pero cada victoria es diferente. Esta es una de esas de las que uno se siente orgulloso, contento y las otras no hay que quitarles mérito, son diferentes. Pero esta con un coche diferente además…", añadió.
"Hay que tener paciencia y no te puedes volver loco. En el Dakar cada día hay que resetear y pensar que si pierdes no puedes ganar al día siguiente todo lo que llevas. Quizás en otras ocasiones he sido un poco más impaciente. Lo cierto es que el día siguiente atacamos fuerte y salió todo bien fue clave. Por eso es tan estresante, dentro del coche se pasa mucha tensión, mucha velocidad, mucho riesgo y cuando las cosas salen bien, tienes una satisfacción enorme. El secreto ha sido que siempre hemos estado muy unidos Lucas y yo, hemos estado con confianza y él ha hecho un excelente trabajo".
El bicampeón del mundo de rallies no quiso lanzar las campanas al vuelo ni siquiera el jueves, cuando acabó la penúltima etapa con 10 minutos de ventaja sobre sus rivales. Este viernes reconoció que es su experiencia la que le dice que mantenga los pies en la tierra hasta la línea de meta.
"Sé por experiencia que las carreras hay que acabarlas y en una como esta donde la navegación ha jugado un papel tan importante, sabía que teníamos que llegar hasta el final. Hoy no era fácil, de hecho Stephane ha perdido unos minutos en un punto. El Dakar, como extremo de cualquier carrera de coches, hasta que no llegas al final no puedes cantar victoria", afirmó.
"Sé que teníamos una ventaja lo suficientemente importante como para salir hoy con cierta calma entre comillas, sobre todo no hacer errores de navegación, ir con cuidado en las piedras, ir con más atención de lo normal, porque en condiciones normales, si no ocurre nada, debería ser suficiente, como así ha sido".
Sainz, por el momento, no piensa en la retirada, aunque su respuesta es ambigua, ha vuelto a demostrar que a sus 57 años está igual de en forma que siempre.
"No lo sé, ahora lo primero que quiero hacer es descansar, recuperarme, el estrés ha sido alto, el desgaste ha sido fuerte. Conociéndome lo digo ahora, pero dentro de 3-4 días la cabeza empieza a dar vueltas", concluyó antes de volver a subirse al prototipo alemán y buscar algo de respiro.