Así fue el motín pacífico de las motos en Fiambalá

Motos se preparan para la etapa 4

Foto: Milagro - DPPI

San Juan (Argentina).- Llegan con la nuca roja, gafas de sol y el rostro cansado. Los pilotos de motos y quad deberían haber entrado en el Autódromo El Zonda de San Juan tras dos jornadas completas sin asistencias, pero lo cierto es que lo hicieron tras casi 600 km de enlace este jueves.

Los corredores deberían haber completado dos especiales que habrían sumado 655 km, más otros 553 de enlaces, entre Belén y San Juan, pasando por Fiambalá. Pero la organización, tras las lluvias recientes en la zona, decidió recortar a 288 km la especial del jueves, con lo que las motos y quad saldrían a la especial detrás de todos los coches y los camiones.

La gota que colmó el vaso. Los cerca de 90 pilotos reunidos en el vivac de Fiambalá, donde también estaba Marc Coma, director deportivo del Dakar, dejaron claro tras recibir las indicaciones en el briefing que no saldrían al día siguiente.

“Realmente era muy peligroso. La decisión fue de todos los pilotos. Fuimos a Marc y a Etienne [Lavigne] y les dijimos que no saldríamos detrás de coches y camiones porque ya habíamos salido detrás de 10 coches y había sido un infierno”, cuenta Gerard Farrés, cuarto clasificado de la general.

“Había navegación y seguir una trazada llena de piedras y agujeros es una animalada. Al final ni nosotros que podemos optar siempre que pasen cosas, ni el que va 2º, ni el que va 3º, al final la seguridad es lo primero”.

ASO, ante la union de todos los pilotos, tomó la decisión de cancelar la etapa 12 a última hora de la noche argentina y llevar a los motociclistas en enlace hasta San Juan.

“No sé si un motín porque me lo perdí. Soy de las que se anima rápido siempre y ayer estaba un poco atontada con la caída y estaba haciendo el roadbook”, asegura Laia Sanz, que se dañó el cuello, la espalda y una de las manos en una fuerte caída camino de Fiambalá.

“Me explicaron que cuando teníamos que salir detrás de coches y camiones todo el mundo se quejó porque es algo fuera de lugar. Habría sido muy, muy peligroso”.

“Todos queremos competir, no matarnos. Era un suicidio por lo que habíamos visto el día anterior yo en mi caso solo saliendo detrás de 9 coches. Todos los españoles que salieron atrás tuvieron muchas caídas”, añade Farrés.

No hubo diversidad de opiniones entre los pilotos. Fueron todos a una y, a diferencia de en aquella etapa en el Salar de Uyuni en la que el Mar Coma piloto intentó que no se disputase, esta vez sí, la organización escuchó.