Laia Sanz y su aventura extrema en Austria

Laia Sanz no puede estar quieta. Tras los últimos seis meses de 2018 para olvidar con su doble infección vírico bacteriana, la piloto catalana se ha preparado para un reto muy especial durante la primera mitad de 2019, tal y como comentó a Motorsport.com el pasado abril.

Después de acabar su noveno Dakar de manera consecutiva el pasado enero en Lima, y hacerlo en 12ª posición, Sanz puso el punto de mira en un nuevo reto al alcance de muy pocos: el Erzberg Rodeo. 

Esta prueba de Enduro extremo que se celebra cada año en Eisenerz (Austria), en una mina de hierro, es un auténtico desafío para los cerca de 2.000 pilotos que suelen inscribirse. De ellos, solo los 500 más rápidos podrán disputar la final, que este año se celebra el domingo de 12.00 a 16.00 (hora peninsular española) y se podrá seguir en directo aquí.

En 2015, por ejemplo, solo cinco pilotos lograron llegar a meta, el resto fue incapaz de completar el recorrido en menos de las cuatro horas disponibles para ello. Nunca antes una mujer ha logrado finalizar, una estadística que Laia Sanz se ha propuesto cambiar en el 25º aniversario de la prueba.

“Hay mucho trabajo para lograr el objetivo de terminar y ser la primera mujer en hacerlo. En realidad, no sé si es posible conseguirlo el primer año”, reconoce la piloto de KTM. “Es un reto muy grande. Pilotos que igual han hecho esta carrera seis o siete veces sólo la han terminado dos o tres… Es algo alucinante. La mina ya impresiona muchísimo, es una montaña entera… Quizás sea como el Dakar de las carreras de Hard Enduro en cuanto a la fama que tiene y el interés que despierta".

El desafío, sin duda, es mayúsculo. La prueba consiste en salir desde la mina y llegar a lo alto de una montaña (1.466 metros de altitud) plagada de dificultades, como el famoso tramo Carl’s Dinner, de algo menos de dos kilómetros, en el que no hay más camino que un sinfín de rocas enormes apiladas unas a otras. Un total de 23 kilómetros que deben ser completados en un máximo de cuatro horas. 

“Es como pasar de correr una maratón a una carrera de 110 metros valla. En el Dakar eres como un camello, que ahorra energía a lo largo de dos semanas; aquí la intensidad lo es todo, son cuatro horas infernales", compara la piloto española. 

“Me ha faltado un poco de tiempo. En el Dakar me fisuré la tibia y llego un poco justa, pero cada vez me encuentro mejor. Una de las claves para terminar es hacer una buena prólogo. Es muy importante conseguir la primera línea y estar entre los 50 primeros, algo que de por sí ya es muy complicado. Salir dentro del segundo grupo de 50 pilotos significa encontrarte muchas aglomeraciones en los obstáculos y se complica todo mucho", sentencia. 

Pedrosa también está presente

El ex piloto de MotoGP vuelve a competir tras su retirada a finales de la pasada temporada. Pedrosa, quien ejerce desde este año como probador de KTM, ha estado de baja desde el pasado mes de febrero tras una operación de clavícula. El catalán apenas ha dado unas pocas vueltas al manillar de la RC16 del equipo de pruebas de la marca de Mattighofen en un test celebrado a mitad de mayo en Mugello para evaluar la respuesta de su hombro tras la operación.