La ‘armada española’ de HIMOINSA aspira a todo en el Dakar 2018

Madrid.– En el Dakar hay sueños que se cumplen y premios que se merecen. El tercer cajón del podio que Gerard Farrés logró en la 39ª edición el pasado enero fue la recompensa soñada a años de dedicación.

El equipo español HIMOINSA afronta desde el 6 de enero su tercer Dakar –el último firmado con la multinacional japonesa allá por mediados de 2015– con la posibilidad de luchar por la victoria entre ceja y ceja.

Así lo reconoce Miguel Puertas, jefe de la escuadra, a Motorsport.com: “El podio de Gerard el año pasado demostró que somos capaces de estar ahí. No tenemos el presupuesto y la logística de las fábricas, pero somos un equipo muy unido y con el trabajo que hemos realizado en la moto durante todo el año no vemos el podio como límite”.

Un año más Gerard Farrés, que disputa su 11º Dakar, capitaneará el equipo formado por Iván Cervantes –5 veces campeón del mundo de Enduro–, Dani Oliveras, Rosa Romero y Marc Solá, la cara nueva del equipo rojo.

El de Manresa, tercero hace 11 meses, se mostró "súper agradecido" con sus compañeros y el equipo tras revivir las imágenes de su histórico podio, y asegura llegar "muy tranquilo" al 40º aniversario del raid.

"Llego muy tranquilo en el sentido en que el año pasado era como un sueño y este año no sé qué haremos, pero ya hemos demostrado que podemos estar ahí y hemos trabajado enormemente para estar al máximo nivel. He tenido lesiones que hemos podido ir recuperando y llegamos con muchas ganas, aunque tenemos a grandes rivales, con 20 pilotos que pueden ganar etapas y 10 que pueden ganar el Dakar. Todo está muy abierto y sé que podemos luchar por ganarlo".

Solá se muestra “súper contento” de haber entrado a formar parte de HIMOINSA de cara al que será su tercer Dakar. “El ambiente es espectacular, es un placer entrar en este gran equipo. Llego en muy buena forma, con muchas ganas y mucho más preparado que en 2017. Tengo ganas de dar gas ya en Lima. Las primeras etapas serán complicadas y habrá que pasarlas como sea”. 

Cervantes, que se ha recuperado de la fractura de clavícula que sufrió el pasado julio durante la Baja Aragón, asegura: “Esta es mi tercera edición y estoy muy contento. Hemos hecho una muy buena puesta a punto, hemos estado trabajando duro para esta 40ª edición y nos enfrentamos a un rally muy, muy difícil. Afrontamos esta edición a tope y trataremos de llegar a meta los cinco, que eso será un gran éxito". 

Dani Oliveras, que correrá su 5º Dakar, explica las mejoras en la moto: "Hemos mejorado mucho a nivel de mecánica, con una centralita más trabajada y llevamos todo el año trabajando en ella. Una de ellas es un modo de motor con 10 posiciones, algo parecido a un control de tracción, que nos ayuda mucho más a la conducción de la moto".

"Además, un sistema con una sonda landa, que le metes unos valores en la centralita y automáticamente ajusta la gasolina a esos valores, esto nos vale mucho a la altura y por los diferentes tipos de gasolina que vemos a lo largo del Dakar. Esto nos permite sacar el máximo rendimiento del motor toda la carrera. Por otra parte, hemos hecho otro invento este año que las Honda ya lo llevaban, que es un control de velocidad para los radares. Llevamos tres botones que fijan la velocidad a 30 km/h, a 50 o a 90 y así no te pasas de velocidad en los puntos de control".

Por su parte, la madre guerrera Rosa Romero disputará su séptimo Dakar con la ilusión de volver a terminarlo, esta vez volviendo a llevar una moto de enduro, más ligera que la de Rally con la que corrió en 2017. 

"Con la de rally lo conseguí el año pasado, pero es una moto muy pesada y tenía que estar pendiente de no cometer ni un solo error", cuenta la catalana. "Como cada Dakar es diferente, tras ver cómo va a ser este con tantas etapas de arena, hemos decidido que vuelva con la moto pequeña, cosa que es mucho más difícil porque hay que crearla, ver qué le pones y qué no... Al menos, psicológicamente voy más convencida de que es posible".

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