Loeb sucumbe ante Sainz en el Dakar 2024: "Fue como morir poco a poco"

Yanbu-. Las opciones de Sébastien Loeb se quedaron en nada cuando el piloto francés sufrió un problema mecánico después de un salto en el que su coche quedó dañado en el triángulo delantero. El galo se quedó detenido en el kilómetro 132, lugar en el que estuvo durante una hora y cuarto y en la que se vio obligado a esperar a que su camión de asistencia lo ayudara, aunque apareció un héroe sin capa.

Se trataba de Yungang Zi, que, con su Hunter, se acercó al nueve veces campeón del WRC para prestarle unas piezas de repuesto y que pudiera continuar con la penúltima etapa del Rally Dakar 2024, en la que consiguió conservar el podio en la clasificación general a falta de solo una jornada. En la llegada a la meta, Sébastien Loeb explicó lo sucedido, y aseguró que fue algo "difícil" porque tuvieron que "empezar de nuevo".

"Fue una etapa difícil para nosotros", señaló el piloto del Bahrain Raid Xtreme. "Perdimos más de una hora al principio tras golpear una gran roca y pensamos que se había acabado por completo para nosotros [brazo de la suspensión roto], pero luego tuvimos suerte, ya que Yungang Zi, del [equipo] YunXiang con el Hunter, tenía las piezas de repuesto que necesitábamos".

"Así que cogimos las piezas, las reparamos y volvimos a empezar. Después, aunque íbamos despacio, tuvimos algunos pinchazos", señaló el francés, quien sufrió hasta cinco pinchazos. "Hoy ha sido un día muy duro para los neumáticos, llegamos al final de la etapa con tres ruedas pinchadas en el coche [más las dos de repuesto también pinchadas], pero aquí estamos".

El galo aseguró que la pieza que se dañó era una que no tenían en su Hunter, y que el resto de la especial fue "como morir poco a poco": "Empezamos rompiendo un triángulo delantero que no teníamos en el coche. A partir de ahí, fue como morir poco a poco... nos hemos quedado a un lado de la carretera durante una hora pensando que se había acabado, y entonces nuestro compañero de equipo chino, que tenía la pieza, nos pudo echar un cable".

"Volvimos a salir y, a partir de ahí, pinchazos, pinchazos, pinchazos... afortunadamente, hemos llegado a la meta, con un coche en un estado lamentable, eso sí", sentenció un Sébastien Loeb que se despidió otro año más de su sueño del Rally Dakar.

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