El cambio de 'chip' de Alonso en los raids

Aoufous (Marruecos).- Fernando Alonso se encuentra ante la aventura de su vida estos meses. Después de probar por primera vez el Toyota Hilux ganador del Dakar 2019 a finales de marzo, el bicampeón del mundo de F1 se embarcó en un arriesgado proyecto con la marca japonesa en el mundo de los raids.

A finales de agosto, el asturiano se volvió a subir al coche preparado en Sudáfrica en el desierto de Namibia junto a Marc Coma, su compañero en este enorme reto. Finalmente, su estreno competitivo se produjo por sorpresa en la Lichtenburg 400 del campeonato sudafricano de Cross Country. Allí se le esperaba como coche 0.

En estos meses de test, preparación y estudio, como el propio Alonso reconoce, el piloto campeón del mundo de F1 y de resistencia ha tenido que, si no resetear su modus operandi, sí ciertos automatismos dentro del habitáculo.

Sirva como ejemplo el hecho de que Alonso ahora va sentado prácticamente en vertical en el cockpit del Toyota, mientras que en la F1 o el WEC la inclinación del baquet era más que notable. El español comentó precisamente esto el pasado jueves, durante las verificaciones del Rally de Marruecos, con Carlos Sainz, ya que el dos veces ganador del Dakar y bicampeón del mundo de rallies va más echado hacia abajo dentro de su MINI X-Raid buggy.

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"Es otro mundo, no hay quizás la rivalidad de los circuitos. Son carreras que me dicen que puedes ganar o perder media hora en un día, que no me fije en el segundo", reconoció Alonso a un grupo reducido de medios, entre los que estaba Motorsport.com, antes de viajar a Marruecos.

"En Sudáfrica cuando fui hice 10 preguntas del semáforo de cuándo se salía. Nadie me sabía responder y todos me miraban como '¿y qué más da? Cuando se ponga a cero, sales, no hay ninguna luz, ni ninguna cuenta atrás, pero si sales un segundo después no pasa nada'. Ese tipo de cosas son a las que me tengo que habituar poco a poco".

Por supuesto, quizás el mayor reto en competición para Alonso son las dunas, un terreno exigente, traicionero y que requiere de una técnica de conducción muy específica. Cualquier duda puede suponer una buena minutada perdida. En Marruecos, durante la segunda etapa, de 385,97 km, el asturiano se enfrentó por primera vez en competición a este terreno en el famoso complejo dunar de Merzouga.

"No lo tengo controlado aún, pero contento con los días que pasé con Nasser [Al Attiyah] en Qatar. Lo único es que era un SxS, no el coche de verdad, y la visibilidad y el modo de afrontar las dunas será diferente", reconoce.

"Las preguntas que hago a Nasser o a Carlos no tienen respuesta a menudo. Porque ellos lo hacen por instinto. Es como si van al Circuit de Barcelona-Catalunya y me preguntan cuándo freno o cuándo giro. Yo voy a lo que siento y a cómo vaya el coche, es puro instinto porque llevo haciéndolo toda la vida. Ellos, igual con las dunas".

Pero Alonso reconoció a Motorsport.com que lo que más le está costando estos meses, en los que sigue valorando si afrontar el reto mayúsculo del Dakar 2020 en Arabia Saudí, es ir leyendo terreno a gran velocidad y durante decenas de kilómetros sin indicaciones.

"Lo más difícil que tengo ahora mismo es el leer el terreno. Cuando hay claras indicaciones el roadbook, cuando es una zona estrecha, de mucha acción, vas siguiendo lo que te dice el copiloto. Pero de repente te dice '27 kilómetros limpios, todo recto'. Y claro, eso son muchos kilómetros para no tener ninguna indicación", cuenta.

"Abres los ojos un centímetro más y vas 27 kilómetros sin pestañear por lo que va a ir sucediendo, porque va haber un río seco que tendrás que cruzar en algún momento, unas ramas de árbol que están ahí, unas rocas que de repente aparecen... todo eso es lo que más me está costando o lo que más complicado encuentro".

Además, ya se está encontrando estos días con un vivac que nada tiene que ver con el restrictivo paddock de la F1 y en el que se trabaja como si de un pequeño pueblo en el que todos se conocen se tratara.

En Toyota, a pesar de todos estos cambios, se muestran optimistas y sorprendidos con el progreso que ha hecho Alonso estos meses.

"Fernando ha seguido al pie de la letra su programa de entrenamiento, descubriendo y aprendiendo a conducir en terrenos completamente diferentes. Ha hecho un progreso realmente bueno, tal y como esperábamos de él", asegura Glyn Hall, jefe de Toyota Gazoo Sudáfrica, responsable del proyecto de raids de la marca japonesa.