Dani Solà, una segunda juventud en los desiertos
Dani Solà dejó de competir en 2009, tras haber ganado el JWRC en 2002, pero su carrera deportiva ha renacido con el Dakar y los raids.
Dani Solà (Vic, Barcelona, 1976) vive su segunda juventud desde hace un año. El piloto catalán, campeón del mundo junior de rallies (JWRC) en 2002 con un Citroen Saxo S1600, ha vuelto a la competición y, lo más importante, a sentirse piloto, una década después de haberlo dejado.
A sus 43 años debutó el pasado enero en el Dakar 100% peruano y estuvo liderando la categoría UTV Open los primeros días antes de encontrarse con la dura realidad de los raids y su castigo a las mecánicas. Estos días está debutando en otro de los desiertos más famosos del off road internacional, el de Merzouga, compitiendo por el podio de los SxS.
"Me habían dicho que esta carera es muy bonita y que es muy difícil de navegación. Me gustaría hacer también el Rally de Marruecos y quizás si sale alguna cosita en España con el buggy y luego intentar volver al Dakar con un T3, con el SxS, porque creo que es una categoría muy interesante donde en el futuro, las marcas quizás vean la competitividad de los pilotos y va a tener mucha envergadura", reconoce en conversación con Motorsport.com.
“La verdad es que estoy contento de la experiencia del Dakar. Gracias al Can-Am, que es un coche que sale muy bien económicamente y después de mis títulos en rallies, y tras mis 10 años parado sin correr, volver a correr y en el Dakar, que fue una experiencia nueva, es algo brillante. Fuimos muy bien al principio, tuvimos un problema mecánico, pero fue una buena experiencia".
Solà se ganó la inscripción al Dakar 2019 tras ganar la categoría Dakar Challenge de la Baja Aragón 2018 junto a Mónica Plaza. Esto hizo renacer su sueño 10 años después.
“Estuvimos ganando desde los primeros días la categoría [UTV Open]... se me pone la piel de gallina, porque el Dakar es duro… el coche de asistencia también se atascó, pero logramos reparar el coche Pedro y yo [López, su copiloto en el Dakar], que al ser mecánico tienes esa ventaja de poder actuar con rapidez. Terminamos de noche, en la etapa maratón, dormimos dos horas solo. El día siguiente seguimos, nos pasaron otras cositas, recuperamos y fue una experiencia increíble, nunca la olvidaré. Fue emocionante, sin duda", rememora.
Como emocionante y curioso es el reencuentro con Nasser Al Attiyah estos días en las arenas rojizas del Marruecos más cercano a Argelia. Ambos coincidieron por primera vez en 2004, en el Mundial de Rallies de Producción.
“Nosotros competimos cuando yo hacía el Mundial de Producción en 2004. Él empezaba en rallies y yo iba con el Mitsubishi y él con el Subaru y competíamos juntos. Ha ganado muchos títulos después de que yo ganara los míos y yo he estado 10 años parado, mientras que él ha estado corriendo todos los años. Es un experto en navegación y en dunas", comenta Solà.
"Es la primera vez para él con un Can-Am, pero pueden pasar muchas cosas en una carrera como esta. Es una carrera complicada de navegación y la mecánica hay que cuidarla. Va a ser una carrera interesante, es larga, hay que estar centrados, hacer nuestra carrera y hacer disfrutar a la gente".
La aventura de Solà en los raids estuvo apunto de arrancar hace una década, cuando disputaba algunas pruebas del Nacional de Rallies junto a su copiloto Óscar Sánchez y el Dakar se trasladó a Sudamérica.
"Hace años ya estuve a punto de ir al Dakar, en el primer año de Argentina, pero no pudo ser por tema de patrocinadores. Estuve hablando con Sven Quandt incluso, llegué a probar el BMW X3 incluso, con Marcus Gronholm y Marco Martin. Luego Mitsubishi cerró la fabrica y quedaron Luc Alphand, Peterhansel y Nani libres y a partir de ahí fue imposible acceder", rememora el de Vic.
"A partir de ahí hice algunos rallies sueltos, paré durante 10 años, y gracias a los buggies, que soy distribuidor de Reiger [fabricante de suspensiones de competición] en España, FN Speed me llamó para probar y hacer carreras. Y gracias a los apoyos que siempre he tenido, como Auto-Laca Competición y mucha gente que sigue detrás, volví con el Can-Am y me encantó, es espectacular".
Ahora, los sueños de Solà se desarrollan en dunas, noches sin dormir, terrenos rotos y cruces de ríos.
"Falta la experiencia de en qué momento hay que ir despacio, en qué momento cuidar la mecánica, en qué momento parar para reparar alguna cosa, porque no pasa nada porque a otros les pasan cosas también. Es curioso porque puedes perder 30 minutos, otros también y ganar la etapa. Es otra mentalidad. También tengo una edad, 43 años, con una experiencia y más madurez. Pero aún tengo que aprender muchísimo, porque te pueden pasar muchas cosas y lo más difícil es llegar".
"Solo he hecho un Dakar, para mí fue lo mejor de mi vida, muy bonito, una experiencia brutal. Si se va a los Emiratos Arabes, por mí encantado, porque sera nuevo para todos y quizás ahí las cosas se podrán igualar entre los que tenemos menos experiencia y los que más".
Las mejores fotos del Dakar 2019
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